En la frontera con Colombia, venezolanos votan bajo el peso de la migración

Los centros electorales amanecieron con extensas filas en San Cristóbal, pero la afluencia de votantes empezó a caer sobre el mediodía (Jhonny PARRA)
Los centros electorales amanecieron con extensas filas en San Cristóbal, pero la afluencia de votantes empezó a caer sobre el mediodía (Jhonny PARRA)

Vanessa despidió a su hija. Brando ha visto a sus amigos partir. En la frontera de Venezuela con Colombia, la migración domina las conversaciones durante una elección que decide entre la continuidad del presidente Nicolás Maduro o un cambio con el opositor Edmundo González Urrutia.

La ONU estima que más de 7 millones de venezolanos han migrado durante el gobierno del izquierdista Maduro, quien este domingo busca un tercer mandato que lo proyectaría a 18 años en el poder.

Su principal adversario es el diplomático Edmundo González Urrutia, postulado por la alianza opositora Plataforma Unitaria tras la inhabilitación de su candidata original, la liberal María Corina Machado.

"Es muy triste, demasiado triste. A todo el mundo le toca", dice a la AFP Vanessa Tolosa, de 39 años, tras votar en San Cristóbal, en los Andes venezolanos, cerca de la frontera con Colombia.

Su hija vive en Colombia junto a su padre, y es parte de un fenómeno migratorio que despierta preocupación en América Latina.

"Duele mucho, porque separarse de la familia es lo más difícil que puede haber", cuenta Tolosa, quien trabaja en un supermercado en el que circulan habitualmente dólares y pesos colombianos en lugar del depreciado bolívar local. "¡No vale nada!", lamenta.

En el estado Táchira, como suele pasar en la provincia, en especial en zonas fronterizas, los apagones eléctricos son cotidianos y la falta de combustible obliga a hacer kilométricas filas en gasolineras.

"Vivimos peleando por la gasolina, haciendo cola, rogando a Dios que no se nos vaya la luz para poder trabajar o llegar a casa y tener tranquilidad", relata Daisy Rangel, una bioanalista que votó con una pañoleta con los colores de la bandera venezolana.

Ha visto partir al extranjero a cuatro de sus seis hermanos. "Nunca me imaginé tener pasar por eso", expresa.

Los centros electorales amanecieron con extensas filas en San Cristóbal, pero la afluencia de votantes empezó a caer sobre el mediodía.

"Es la primera vez que voto", dice Brando Garza, un panadero de 25 años. "Todos me decían: 'vaya y vote' (...). He pensado en irme. Si sigue igual, estoy pensando en irme (...). Es fuerte ver a los amigos irse. Se queda uno solo".

Según un estudio de la encuestadora ORC Consultores, 18% de los venezolanos se iría en un plazo de seis meses si Maduro prosigue en el poder, y 17% en los siguientes 18 meses.

El gobierno de Maduro desestima las cifras de migración y puso en marcha un plan para repatriar venezolanos llamado "Vuelta a la patria".

- Escala hacia el Darién -

A poco más de una hora de San Cristóbal por carretera queda San Antonio, donde está el puente Simón Bolívar, principal paso peatonal en la frontera venezolano-colombiana, atravesado a diario por miles de personas bajo la mirada de militares.

A la vez, San Antonio es escala común entre migrantes que cruzan a pie por pasos ilegales en vía a Estados Unidos, en una peligrosa ruta que atraviesa la selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Más de medio millón de migrantes cruzaron esa jungla el año pasado, de los cuales aproximademente dos tercios eran venezolanos.

"Muchos se van con ilusión de hacer algo y se quedan en el camino. Muchos se mueren por ahí en el Darién", dice Lucas Ruiz, un hombre de 70 años que sale de votar. Tres de sus cinco hijos decidieron irse de Venezuela y viven en Estados Unidos y Chile.

La líder opositora María Corina Machado, que ha prometido reunir nuevamente a las familias venezolanas, evocó este domingo a los venezolanos en el exterior.

"Está claro que si Maduro se aferra al poder por la fuerza o con violencia, en un muy breve plazo veremos una oleada migratoria aún mayor", dijo luego de votar en Caracas.

Pero "una transición pacífica a la democracia significará no solo que se detenga el éxodo, sino también que muchos regresarán", aseguró la dirigente.

Ruiz dice esperar que "gane quien gane las cosas se queden en paz (...), porque después los que llevamos el bulto somos la gente de a pie".

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