Fricciones del bloque macronista con Barnier en plena formación del Gobierno

París, 18 sep (EFE).- Personalidades del bloque político en el que se ha asentado el presidente francés, Emmanuel Macron, en los últimos años y que han formado parte del Ejecutivo saliente han puesto en evidencia sus fricciones con el nuevo primer ministro, Michel Barnier, que todavía no ha presentado su Gobierno.

El todavía ministro en funciones del Interior, Gérald Darmanin, ha lanzado este miércoles una clara advertencia en dirección a Barnier al subrayar que está descartado "entrar" en su nuevo gabinete o apoyarlo si sube los impuestos, que es un ruido que circula en los últimos días.

En una entrevista al canal público France Télévisions, Darmanin ha subrayado que no participará "en un Gobierno que no sea claro sobre la cuestión de los impuestos".

Ha insistido en recordar que Los Republicanos, el partido conservador al que pertenece Barnier, había asentado como uno de sus principales puntos de su "pacto republicano" que no había que aumentar los impuestos, y que lo que había que hacer era recortar el gasto público en 25.000 millones de euros.

"Es lo que tenemos que hacer", señaló. Darmanin indicó que ése es también el mensaje que salió ayer de una reunión del grupo macronista Juntos por la República en la que participó el que precedió en el puesto de primer ministro a Barnier, Gabriel Attal, que también ha querido mostrar un cierto distanciamiento con su sucesor.

Attal dijo entonces que Barnier tenía que clarificar su "línea política, en particular sobre eventuales subidas de impuestos y sobre los grandes equilibrios gubernamentales".

Desde la llegada de Macron al Elíseo en 2017, una de las principales directrices de sus Ejecutivos ha sido la reducción de la presión fiscal y los que han formado parte de esos gobiernos no quieren ver que se revierte la política.

Las filtraciones sobre los planes de Barnier de subir los impuestos llegan en un contexto marcado por la situación más que preocupante de las cuentas públicas francesas, con un déficit que el pasado año escaló hasta el 5,5 % del producto interior bruto (PIB) cuando lo previsto en el presupuesto era un 4,9 %, por unos ingresos muy inferiores a los anticipados.

Además, el tesoro ha anticipado que este año Francia terminará con un déficit del 5,6 %, muy lejos del tope del 3 % preconizado por las reglas europeas, y con una deuda del 112 %.

El Gobierno saliente había programado una rebaja de ese déficit al 3 % en 2027, pero pocos creen que esa trayectoria sea creíble, y es lo que ha dicho este miércoles el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, en una entrevista al canal BFMTV.

Villeroy de Galhau ha insistido en que "hay que reducir ese déficit del 3 %" no sólo por las reglas europeas sino porque "es nuestro interés nacional", pero ponerlo por debajo del 3 % "no es posible hacerlo en tres años", pero en cinco sí.

Sobre cómo hacerlo, el gobernador del Banco de Francia ha estimado que el grueso tiene que venir de un recorte del gasto público porque en Francia es en proporción mayor que en el resto de los países europeos, pero "no se puede hacer todo con los ahorros de gasto".

A su parecer, "un cuarto" de la disminución del déficit habría que conseguirla con más impuestos, pero no a las clases medias, sino a algunas empresas con muchos beneficios o a las personas con rentas más altas.

Villeroy de Galhau también ha querido poner un poco de prisa al Gobierno que Barnier debe presentar esta semana: "Uno de los grandes enemigos del crecimiento es la incertidumbre".

En concreto, ha avanzado que "hay que dar pistas" sobre la política económica que vendrá y eso hay que hacerlo "para el presupuesto", inicialmente se debía presentar antes del 1 de octubre, aunque Barnier ya ha hecho saber que tomará unos días más. EFE

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