¿Era un fraude el perro más viejo del mundo? Guinness World Records lo está investigando

¿Era un fraude el perro más viejo del mundo? Guinness World Records lo está investigando

Cuando Bobi, "el perro más viejo del mundo", cumplió 31 años el año pasado, el mundo lo celebró con él y cuando falleció en octubre todos lloraron su muerte, pero ahora su récord está en entredicho después de que expertos cuestionasen la edad de Bobi tras su muerte.

Esto ha llevado a Guinness World Records a abrir una investigación, mientras se lleva a cabo han suspendido tanto el título de Bobi como la petición para llevarse el título de el perro vivo más viejo del mundo y de el perro más viejo de la historia.

"Mientras se lleva a cabo la revisión, hemos decidido suspender temporalmente los títulos hasta que concluya el proceso", aseguró Guinness World Records a la agencia de noticias Associated Press el martes.

¿Por qué se cuestiona la edad del perro más viejo del mundo?

Bobi era un Rafeiro do Alentejo de pura raza, una raza portugesa -empleada tradicionalmente por los pastores lusos como guardián de rebaños- que suele vivir entre 12 y 14 años; los que tienen sobrepeso, como Bobi, no suelen llegar a esta edad. Guinness World Records dijo que había recibido cartas de algunos veterinarios cuestionando la edad del perro y tomó nota de sus comentarios y los de otros profesionales.

Los que cuestionan la veracidad del título aseguran que la edad de Bobi se basa en la palabra de su dueño y las imágenes del perro en los años 90 lo mostraban con las patas de distinto color, según el periódico británico The Guardian. No se pudo verificar su edad exacta mediante pruebas genéticas.

La revista de tecnología Wired inició una investigación en diciembre en la que descubrió que nunca se había contactado con la base de datos del Gobierno portugués para el registro de mascotas con el fin de confirmar la edad de Bobi. El récord anterior lo tenía Bluey, un perro australiano que murió en 1939 a la edad de 29 años y cinco meses.

El dueño de Bobi dice que las acusaciones son falsas

Bobi vivió toda su vida con la familia Costa en la aldea rural de Conqueiros, al oeste de Portugal. Se salvó por los pelos de la muerte tras nacer en 1992 en un cobertizo donde almacenaban leña.

Su dueño, Leonel Costa, afirma que los veterinarios intentan manchar el legado de Bobi porque se citó como uno de sus secretos para la vejez el hecho de que comía comida humana, algo que no suelen recomendar los expertos, informa la agencia de noticias Reuters. Según Guinnes World Records la revisión del título de Bobi no debería durar más de tres meses.