Frío polar, la historia y las lesiones: solo una epopeya salvará a los Dolphins en Kansas City
Una auténtica epopeya será para los Dolphins (11-6) vencer a los campeones de la NFL los Chiefs (11-6), el sábado (8:10 p.m. TV: NBC. Radio: Big 105.9, 940 WINZ y en español TU 94.9 con Roly Martin y Eduardo “Vikingo” Martell) en el Arrowhead Stadium en Kansas City, en un duelo de vida o muerte entre comodines en la Conferencia Americana.
Hace 23 años que los Dolphins no ganan un partido en playoffs.
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— Miami Dolphins (@MiamiDolphins) January 12, 2024
Para colmo jugarán en un clima gélido que puede llegar a -8 grados Fahrenheit, con lo cual sería el partido con la más baja temperatura en la historia de la NFL.
El récord se remonta a 1967 cuando en un choque por el título de la Conferencia Nacional los Cowboys de Dallas y los Packers jugaron en Green Bay y la temperatura estaba a -13.
“A veces esto puede galvanizar a la gente”, afirmó el entrenador de los Dolphins Mike McDaniel.
“Debido a su dificultad puede servir para motivar a los jugadores. Ejecutar en esta situación es difícil. Y eso inspira para lograr hazañas”.
Para colmo, los Dolphins han sido devastados por las lesiones. Cinco de sus jugadores más importantes de la defensiva están fuera: Bradley Chubb, Jaelan Phillips, Andrew van Ginkel, Jerome Baker y Xavien Howard.
Dos de los hombres clave en la ofensiva, Raheem Mostert (rodilla/tobillo) y Jaylen Waddle (tobillo), se encuentran en calidad de cuestionables, al igual que los defensores Deshon Elliot (pantorrilla) y Jevon Holland (rodillas).
“La decisión sobre si jugarán se determinará momentos antes del partido”, anticipó McDaniel.
“Hay que decidir pensando que el jugador tiene un razonable chance de jugar todo el partido. Me siento optimista, pero también hay que considerar que uno tiene un límite de jugadores activos que pueden estar en la formación”.
Miami tiene muchas frustraciones pues sus momentos de gloria quedan muy atrás. La conquista de dos Super Bowls seguidos se remontan a inicios de los años 70 y la última vez que llegaron al juego máximo de la NFL fue en la década de los 80.
La temporada del 2023 parecía que iba a romper con los maleficios pues en diciembre el equipo estaba en la punta de la Conferencia Americana.
Las derrotas a semana seguida contra los Ravens en Baltimore y contra los Buffalo Bills en Miami derrumbaron al equipo hasta el sexto lugar.
Por eso ahora en lugar de jugar en el calor del Hard Rock Stadium tienen que ir a una misión casi imposible contra el campeón reinante del Super Bowl en Kansas City.
Hace 23 años que el escuadrón de Miami no gana un partido de playoffs.
“He venido diciendo un cuarto de siglo porque tiene más impacto”, comentó McDaniel.
“Es lo primero que dije en mi primer día de trabajo con los Dolphins para entender la pasión de los fanáticos que siguen alentando a su equipo, pese a no haber vivido la experiencia de un triunfo en playoffs hace tanto tiempo. Todos queremos que termine esa sequía. Es algo muy bonito de alcanzar. Lo repetí en mi primera reunión con los muchachos esta semana. Hay obstáculos, claro, pero la adversidad es también una oportunidad”.
Con lo que tienen a mano, los Dolphins han trabajado durante la semana con el propósito de dar una gran sorpresa en condiciones adversas luego de sufrir dos derrotas al hilo por primera vez en la temporada.
“Encontraremos la manera de recuperarnos”, aseguró Tyreek Hill.
“La vida está llena de altibajos. Hay que acomodarse ante la adversidad. Estamos afrontándola para salir adelante”.
Para Hill la adversidad no solo ha sido en la cancha.
Hace una semana tuvo que interrumpir una práctica para socorrer a los suyos porque se había incendiado su mansión de $7 millones en el sur de la Florida.
Ahora está viviendo en un lugar de emergencia. Pese a ello no ha faltado a las prácticas y tiene ahora la mente puesta en su regreso al Arrowhead por primera vez desde sus tiempos con los Chiefs.
Por su parte, el experimentado tackle Terron Armstead afirmó que jugar en un frío infernal en Kansas City no será un gran problema y señaló que la dificultad se produce cuando hay viento y/o lluvia, porque en esos casos es muy difícil controlar el ovoide.
El objetivo de Miami, aseguró Armstead, es vencer al campeón.
“Tenemos que tumbar a Kansas City para lograr nuestros sueños, nuestras metas y nuestras aspiraciones”, afirmó el tackle.
“No hay mejor manera de hacerlo que con la victoria: noquear al campeón defensor y a partir de ahí continuar avanzando’’.