Fotografíate con una, dos y tres copas de vino... y verás qué pasa.
Este chico que ven e la siguiente fotografía es tímido, muy tímido.
Sin embargo, enl a última captura parece la persona más divertida y cachonda de la pandilla. ¿Qué le ha pasado?
Tres copas de vino.
Su amigo, el fotógrafo brasileño Marcos Alberti le fotografió sobrio -imagen de arriba a la izquierda-. Después con una copa de vino -imagen de arriba a la drecha-. En la siguiente fotografía había bebido ya dos copas. Y en la última -no lleva ni las gafas- había tomado tres copas de vino.
Alberti reunió a algunos de sus amigos y les propuso fotografiarlos antes y después de beber vino. El proyecto “tres copas después” quiere probar que el vino no sólo tiene los efectos nocivos de los que se habla, sino que es un excelente socializador, según explica Alberti en su web.
“En un ambiente feliz, con amigos, y bebido con moderación, mis fotografías quieren demostrar que el alcohol puede ser algo bueno”, explica el fotógrafo brasileño.
¿Qué hubiera pasado si hubiera seguidio la serie? ¿Cuatro, cinco o seis copas de vino después? Quizá la alegría se transformara en otra cosa.