Al final de una dura jornada, los migrantes enfrentan otra: sortear la burocracia

Haitianos en un refugio para migrantes en Reynosa, México, cerca de la frontera con Estados Unidos, el 4 de mayo de 2022. (Kirsten Luce/The New York Times)
Haitianos en un refugio para migrantes en Reynosa, México, cerca de la frontera con Estados Unidos, el 4 de mayo de 2022. (Kirsten Luce/The New York Times)

WASHINGTON — Etienne Termulis pasó nueve días intentando concertar una cita con el gobierno estadounidense para tener la oportunidad de solicitar asilo.

El proceso forma parte de un nuevo plan de gestión fronteriza que el gobierno de Biden anunció este año para disminuir el número de cruces ilegales en la frontera sur del país. Pero según los defensores de los migrantes, así como las experiencias de estos últimos, este sistema dista de ser “justo, ordenado y compasivo”, como prometió el presidente.

A fin de llenar una solicitud para el programa gubernamental, los migrantes deben usar una aplicación, llamada CBP One, en un teléfono inteligente en una ubicación con buen acceso a internet. Ahí es donde las cosas se le dificultaron a Termulis, haitiano de nacimiento.

Como el refugio donde estaba en Reynosa, México, no tenía internet, él, su esposa y su hija de 6 años tuvieron que aventurarse al centro de la ciudad para encontrar señal. Reynosa es una de las ciudades más violentas, dominada por carteles que secuestran, violan y extorsionan a los migrantes.

“Tengo que arriesgar mi vida solo para que me den una cita”, dijo Termulis, de 47 años, sobre los recorridos por la ciudad.

Termulis y su esposa tuvieron dificultades para tomarse la fotografía que se necesita para la solicitud de reconocimiento facial. Y para cuando tomaron la foto y consiguieron subirla, ya no quedaban citas.

Los migrantes cruzan el río Bravo desde Ciudad Juárez, México a un área del lado estadounidense donde los soldados de la Guardia Nacional de Texas, que forman parte de una “fuerza fronteriza de contingencia”, habían formado un bloqueo temporal para detener más tráfico de migrantes, el martes 20 de diciembre de 2022. (Paul Ratje/The New York Times)
Los migrantes cruzan el río Bravo desde Ciudad Juárez, México a un área del lado estadounidense donde los soldados de la Guardia Nacional de Texas, que forman parte de una “fuerza fronteriza de contingencia”, habían formado un bloqueo temporal para detener más tráfico de migrantes, el martes 20 de diciembre de 2022. (Paul Ratje/The New York Times)

Las dificultades a las que se enfrentó Termulis son solo algunas de las complicaciones del emblemático plan fronterizo del presidente Joe Biden.

Biden llegó al cargo con la promesa de devolverle el lado humano al sistema migratorio y de reabrir el acceso al asilo después de que el gobierno de Trump lo restringiera de manera sistemática. Dos años después, los críticos afirman que las políticas migratorias del gobierno de Biden no se centran en restablecer el derecho internacional a solicitar asilo sino en aplicar medidas coercitivas para disuadir a los inmigrantes que huyen de países autoritarios y de la devastación económica de venir a Estados Unidos.

Pero el giro de la administración de Biden hacia estas medidas cada vez más restrictivas pretende ayudar a gestionar el número inusitado de cruces fronterizos en medio de incesantes ataques republicanos y mientras se prepara para la expiración el 11 de mayo de la medida de salud pública, conocida como Título 42, que permitía a las autoridades expulsar a los migrantes de manera acelerada.

El plan de Biden tiene varios componentes: expande el uso de una aplicación gubernamental para que los migrantes soliciten una exención humanitaria al Título 42, que en su mayor parte cerró el acceso al asilo desde el comienzo de la pandemia de coronavirus.

El gobierno también creó vías legales para que los inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela puedan solicitar una estancia de dos años en Estados Unidos, puedan tener acceso a una estancia de dos años en Estados Unidos, mientras que expulsa a México a las personas procedentes de esos cuatro países que hayan cruzado la frontera de manera irregular. Quienes hayan ingresado al país de esta manera tampoco podrán acogerse al programa de permiso de permanencia temporal en Estados Unidos por razones humanitarias, también conocido como permiso humanitario.

Los defensores de los migrantes critican estas políticas por tratar de gestionar problemas inmediatos en lugar de buscar cambios más amplios. Pero las políticas han logrado el objetivo del gobierno de reducir el número de cruces fronterizos.

Las opciones son confusas y los inmigrantes y sus defensores afirman que el gobierno estadounidense aún no ha comunicado claramente las nuevas políticas a los migrantes.

En algunos casos, los migrantes desconocen las opciones y, si las conocen, no saben si pueden beneficiarse de ellas. Si un migrante no tiene un patrocinador en Estados Unidos que lo apoye, entonces la opción de la exención humanitaria es mejor para él. Y para aquellos que llevan meses esperando en México a que finalice el Título 42, solicitar la exención humanitaria puede parecer la vía más rápida para llegar a Estados Unidos.

La solicitud de un permiso humanitario comienza con un patrocinador en Estados Unidos que se compromete a proporcionar apoyo financiero al solicitante durante dos años. Una vez que el gobierno aprueba al patrocinador, el solicitante presenta información adicional y debe tener documentos de viaje oficiales como un visado o un pasaporte para viajar a Estados Unidos.

Los haitianos son quienes más problemas han tenido con el nuevo programa de permiso temporal, ya que no hay un gobierno plenamente operativo que pueda expedir documentos de viaje oficiales de forma confiable. Desde el asesinato del presidente de Haití en julio de 2021, el país caribeño se ha vuelto cada vez más inestable y ha caído en manos de las mafias.

Desde que se anunció el programa, muchos haitianos han acudido en masa a los centros locales de migración con maletas y bolsas, tratando de obtener sus documentos, afirmó la representante demócrata de Florida Sheila Cherfilus-McCormick, quien sigue de cerca los problemas de los migrantes haitianos. Los extorsionadores exigen grandes sumas de dinero para proporcionar a los haitianos su documentación, según un informe de las noticias locales.

Cherfilus-McCormick señaló que el gobierno de Biden necesitaba crear un proceso que tuviera en cuenta los desafíos particulares de las personas de países específicos.

“Les pedimos que tuvieran en cuenta las circunstancias y crearan un proceso real que funcionara de verdad”, afirmó.

A pesar de los problemas para acceder al programa, Biden lo calificó de éxito en su discurso sobre el Estado de la Unión del mes pasado.

El permiso humanitario es una de las pocas opciones que el Poder Ejecutivo estadounidense puede ofrecer sin el permiso del Congreso.

“Se trata de un enfoque muy novedoso para crear vías legales y seguras basadas en un punto fundamental, que históricamente ha demostrado ser cierto”, declaró hace poco Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional. “Que la gente esperará si les proporcionamos una vía legal y segura para venir aquí”.

Veinte estados liderados por republicanos no están de acuerdo y afirman que el programa de permisos humanitarios es en esencia un programa nuevo de visados que el Congreso no aprobó.

Los defensores de los migrantes y algunos demócratas también critican el nuevo plan, pero por razones diferentes. Dicen que estas y otras medidas que el gobierno ha dicho que pondrá en marcha (así como otras políticas en consideración, como revivir la práctica de detener a las familias migrantes) tienen similitudes sorprendentes con las políticas de la era de Trump que fueron tan condenadas porque restringían el acceso al asilo.

Antes de las restricciones implementadas por Trump, los migrantes podían solicitar asilo cuando cruzaban la frontera. Los funcionarios del gobierno actual rechazan cualquier comparación con el gobierno anterior y dicen que sus políticas se centran en encontrar maneras de disminuir el número de cruces ilegales y ampliar la capacidad de los migrantes para buscar vías legales.

En la actualidad, las autoridades fronterizas pueden expulsar sin demora a los migrantes en virtud del Título 42. Pero el gobierno declaró que planea continuar con las expulsiones a México a través de la ley de inmigración vigente y que acelerará el proceso de evaluación de los migrantes para determinar si temen ser perseguidos, un proceso que los defensores de la inmigración describen como evaluaciones apresuradas de asilo.

En cuanto a la otra opción, que no es una vía legal sino una manera más segura de llegar a Estados Unidos que cruzar el río Bravo nadando, los migrantes que esperan en México habían tenido que madrugar para intentar conseguir una cita a través de CBP One antes de que la aplicación funcionara sin problemas. Las citas se acaban en 10 o 15 minutos.

Tomar la fotografía para la solicitud ha sido una tarea bastante difícil y es un problema que los activistas y los migrantes han dicho que ha surgido entre muchas personas con tonos de piel más oscuros.

“La gente intenta tomarse una foto durante horas y la aplicación no reconoce sus rostros”, comentó Guerline M. Jozef, cofundadora y directora ejecutiva de Haitian Bridge Alliance, una organización que ayuda a las personas que solicitan asilo. “Los migrantes intentaban todo lo que podían. En las tiendas el refugio estaba demasiado oscuro; afuera, el sol brillaba demasiado. Nada funcionaba”.

Jozef pasó varios días en México a principios de enero y febrero para explicarles a miles de migrantes las nuevas opciones disponibles.

En el refugio Kaleo de Reynosa, donde la familia Termulis se encontraba, los migrantes disponen de comida, alojamiento y atención médica. Pero todavía no cuentan con un buen servicio de internet, según Felicia Rangel-Samponaro, directora del albergue.

Termulis logró programar una entrevista para él y su esposa, pero en una mala jugada, ninguno de los dos pudo añadir a su hija a la aplicación. Él llegó a California el 15 de febrero, después de su entrevista, mientras su mujer y su hija se quedaron en México.

“En ese momento lloré amargamente, como un niño”, dijo Termulis cuando supo que su familia no se reuniría con él de inmediato.

Al final, consiguieron una cita para el 8 de marzo y cruzaron con éxito a Estados Unidos. Pero, según Jozef, otros inmigrantes han tenido menos suerte y llevan intentando conseguir una cita desde enero.

Hace poco, la aplicación se actualizó para que se pudieran concertar citas conjuntas, de modo que todos los integrantes de una familia puedan acudir a la misma cita, según otro funcionario de seguridad nacional.

Cuando se le preguntó por los problemas de la aplicación gubernamental, como los problemas para tomarse una foto y la dificultad para concertar citas, Mayorkas mencionó estar al tanto de ellos.

“De vez en cuando surgen problemas y los solucionamos con celeridad”, dijo el 2 de febrero. “Somos conscientes de ellos y de su impacto en la capacidad de la gente para acceder a las ayudas que concedemos”.

Pero afirmó que miles de personas han tenido éxito

c.2023 The New York Times Company