Fernando Alonso quiere ayudar, pero Alpine no le deja

Fernando Alonso sufrió una nueva avería en su Alpine y se retiró cuando estaba haciendo una gran carrera en México (Photo by ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
Fernando Alonso sufrió una nueva avería en su Alpine y se retiró cuando estaba haciendo una gran carrera en México (Photo by ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)

Es el equipo de mi historia. Voy a ayudarles hasta la última vuelta”. Con este bonito mensaje a los micros de DAZN, Fernando Alonso hacia Alpine encaraba el Gran Premio de México de Fórmula 1. No obstante, estas palabras tan positivas no tuvieron nada que ver con el final del fin de semana, que por enésima vez esta temporada acabó en drama sin que el asturiano tuviera nada de culpa. Toda frustración tiene unos límites y el español fue cristalino.

Superada gran parte de la carrera, Alonso rodaba en séptima posición con un ritmo extraordinario. Había alargado perfectamente el primer stint con la goma media, por lo que el segundo con goma dura era imposible que fuera un problema salvo fallo mecánico. El caso es que este problema apareció, primero con pérdida de potencia que hizo perderle posiciones frente a Ocon y Ricciardo. Luego, llegó la rotura de motor. “Increíble. ¡Qué temporada, qué temporada…!”, decía por radio. La desesperación traspasaba cualquier tipo de pantalla y la transmitía a sus aficionados. Estábamos viendo como Alonso, desolado, veía que su nivel sigue intacto pero el monoplaza lo volvía a dejar tirado. Toda paciencia tiene un límite.

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Si hacemos un repaso a todo lo ocurrido esta temporada por culpa de la fiabilidad es para dejar de correr. En el primer GP de Baréin tuvo un bajón de rendimiento; en Arabia Saudí el motor dijo basta cuando iba sexto y en Australia un problema de fiabilidad lo dejo tirado en clasificación cuando iba camino de un TOP5. Esto solo fue el inicio. En Austria consiguió sumar, pero mucho menos de lo esperado después de que el Alpine no arrancara en la carrera al sprint y, por lo tanto, teniendo que salir del fondo de parrilla.

“Necesito 10 carreras seguidas en los puntos para demostrar mi nivel”, decía en Catalunya. Dicho y hecho. Hace nada Alonso se colocaba detrás de Ocon en la clasificación cuando el inicio de temporada no había color entre la suerte de uno y otro. Pero en este final se repite la historia. En Monza falló el sistema hidráulico cuando estaba en zona de puntos y en la carrera siguiente, en Singapur, el motor también le obligaba a abandonar cuando iba sexto. Este domingo, iba a sumar seis puntos más. No es descabellado decir que Alonso ha perdido entre 30 y 40 puntos por imprevistos ajenos a su conducción.

Además, es que estos problemas llegan cuando ya no hay margen de error. Tan solo quedan dos citas del calendario para que se baje el telón en Abu Dabi. Alpine sigue delante de McLaren en el cuarto puesto de la general, pero la distancia no es ni mucho menos la que debería ser si la fiabilidad fuera la que toca. En términos de rendimiento los franceses han sido superiores a lo largo del año. Por lo que respecta a los intereses del propio Alonso, quedar por delante de su compañero empieza a ser una quimera. Ya les separan once puntos en la clasificación de pilotos.

La rabia e impotencia de Alonso es algo que entendemos a la perfección. En su época de McLaren-Honda era frustrante porque era desesperante verle desperdiciar su talento en un monoplaza que tampoco era rápido. El problema es que el Alpine es el cuarto mejor coche de la parrilla y aun así el mal fario sigue persiguiendo el bicampeón y los números, para variar, no le hacen justicia.

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