El feminismo: la única revolución triunfante del siglo XX | Opinión

Es el mes de la historia de la mujer, y quiero recordar las palabras del genial poeta y pensador mexicano, Premio Nobel, Octavio Paz, quien me confesó en 1996 que la única revolución triunfante del siglo XX fue la del feminismo.

Comparada con otras ideologías de ese siglo, como el comunismo y el fascismo, que tuvieron finales bochornosos y cruentos en Europa, las mujeres, es cierto, han ganado muchos puestos importantes mundialmente, pero no ha sido fácil el camino. Paz declaró que hacía suya una frase de Charles Fourier, que “el grado de civilización de una sociedad se mide por el grado de libertad de las mujeres”.

Pero el movimiento feminista no se quedó satisfecho con los triunfos sociales en las reivindicaciones de la mujer en el siglo XX, sino que profundizó en las lacras más escondidas, con el “#MeToo”, precisamente antes de la Pandemia, cuando se frenaron muchas actividades públicas. Pero a tiempo se consiguió por lo menos ajusticiar a un gran malhechor inserto en el terreno de las artes, como lo ha sido Harvey Weinstein, el productor de Hollywood.

Y ahora una nueva protesta feminista está surgiendo bulliciosamente, y ha sido precisamente en México, donde las cámaras de televisión han demostrado que ya se han cansado las mujeres de tanto feminicidio en ese país. Han salido a demostrar en las calles de diversas ciudades el 8 de marzo, a pesar de que los policías de la capital les tiraron gases lacrimógenos, faltando a toda decencia y compostura. Una vergüenza nacional.

Aunque también se reportan muchos casos de violencia doméstica en España, y en Miami hemos visto varios casos criminales últimamente. Y, por supuesto, existen los casos privados que no salen a la luz.

El movimiento feminista comenzó desde lo más exterior y elegante, como lo fue solicitar el sufragio universal con marchas pacíficas, luego insistir en igual paga y reconocimiento en los trabajos, buscar que la mujer fuera admitida en todas las profesiones, y en todas las universidades como estudiantes, como catedráticas, como presidentas, en el congreso, en los tribunales superiores, en los clubes.

Más recientemente pasó a exigir otro tipo de respeto, el íntimo en esos trabajos públicos. Poder trabajar sin ser chantajeada a través de referencias sexuales o exigencias más violentas. Y, finalmente, le ha tocado llegar a gritar el no querer ser asesinadas, ni sufrir violencia de género en los hogares. Poder sobrevivir.

Un historiador de la humanidad, Yuval Noah Harari, autor de best-sellers, como “Sapiens: de animales a dioses (Debate)“, ha concluido que en lo que no se han diferenciado sociedades ni culturas históricamente ha sido en el hecho de que el hombre ha estado siempre en posiciones prioritarias y por encima de la mujer.

Aunque no ha hecho mención de hallazgos anteriores que implicaran la posibilidad de afirmar que en algunas sociedades prehistóricas esto no haya sido así. Por ejemplo, Robert Briffault, antropólogo francés, que publicó en 1927 Las madres: un estudio de los orígenes de los sentimientos y las instituciones, afirmó que en las sociedades primitivas imperaba el matriarcado.

Pero estamos en otro tipo de sociedad en la que se ha llegado a violencias inimaginables. “Entre 10 y 11 mujeres son asesinadas al día en México por el mero hecho de ser mujeres.

Este dato es la punta del iceberg de una sociedad en la que persisten, después de décadas de activismo, la violencia hacia las mujeres en todos los ámbitos de la vida”; (publicado el 8 de marzo por El País, en Madrid, refiriéndose a palabras del programa “Al habla con Warkentin” de la periodista Gabriela Warkentin).

Esa es la realidad tras las marchas que ocurrieron el Dia de la Mujer en todo México, pero más activamente en la capital, donde gritaron: “¡Justicia!”, “¡vivas nos queremos!” o “¡amiga, hermana, si te pega no te ama!”

Datos más extraños nos llegan de estudios que se están haciendo de las últimas formas en que se realizan encuentros (dates) entre las parejas de adultos jóvenes en España. “El informe ‘Apps sin violencia’ de la Federación de Mujeres Jóvenes, basado en casi mil encuestas, calcula que el 57.9 por ciento de las entrevistadas se han sentido presionadas para tener sexo con los hombres con los que quedaron en verse”, dice Ana Cristina Basantes en su reportaje de El País sobre “Violencia machista” (15 de marzo).

Los detalles de las encuestas son asombrosos. Un 65.4 por ciento aseguraron haber recibido preguntas como ‘¿eres sumisa?’. El 54.6 por ciento de las mujeres afirman que se les ha preguntado sobre su interés por el sexo violento. El 27.7 por ciento de las mujeres que tuvieron relaciones afirman que los hombres fueron violentos con ahogamientos, abofeteándolas o insultándolas.

Todo ello lleva a especular que las conquistas feministas en la sociedad deben de haber traído una reacción extraña entre la población masculina, que piensa que permitir igualdad de los sexos es perder el poder total.

Olga Connor
Olga Connor