Fase 2 del esperado sendero Underline de Miami ya está lista. Esto es lo que hay que saber

Aún faltan varios días para la inauguración de la largamente prometida segunda fase de The Underline, el sendero urbano y parque lineal de $140 millones que discurre bajo las vías elevadas del Metrorail. Pero corredores, ciclistas, conductores de scooters, skaters y paseadores de perros –por no hablar de las mariposas monarca– ya están disfrutando de la verde transformación de más de dos millas de un terreno antaño descuidado.

El tramo de sendero –de 2.14 millas, para ser exactos– se inaugurará el miércoles con un corte de cinta. Pero la espera ha sido larga, y las vallas y barreras de obras ya fueron retiradas, por lo que vecinos impacientes, usuarios del Metrorail y personas que se desplazan en todo tipo de medios de transporte no motorizados han empezado a explorar el nuevo tramo de sendero mientras las cuadrillas dan los últimos retoques.

“La gente ya lo está haciendo suyo”, dijo Meg Daly, fundadora y presidenta de Friends of The Underline, el grupo sin ánimo de lucro que lanzó y gestiona el sendero, cuya construcción corre a cargo del Condado Miami-Dade. “Estaremos haciendo revisiones y nos dirán ‘gracias’ al pasar. Es algo muy orgánico y gratificante. Hay mucha gente entusiasmada con lo que viene”.

El nuevo segmento del Underline conecta con la primera fase de media milla completada en Brickell, que comienza en el río Miami y se inauguró en 2021, en Southwest 13th Street. La Fase Dos discurre luego de forma continua hacia el sur a través de Brickell, The Roads y la estación de Metrorail de Vizcaya hasta Silver Bluff, finalizando en Southwest 19th Avenue.

A diferencia de la sección Brickell Backyard intensamente urbana, que se centra en torno a la frenética estación de Metrorail de Brickell y se sitúa en medio de un denso bosque de rascacielos, la Fase Dos es un auténtico bosque verde: miles de nuevos árboles y plantas autóctonas envuelven, refrescan y ayudan a dar sombra al sendero en su recorrido hacia el sur desde Brickell y a lo largo de la congestionada U.S. 1, a través de una serie de barrios residenciales de baja altura.

A medida que crezcan, las nuevas plantas –que complementan una malla de árboles y palmeras ya existentes a lo largo de la ruta– protegerán a los usuarios del nocivo tráfico automovilístico de la autopista, dijo Daly. El algodoncillo plantado a lo largo del barrio de The Roads ya ha empezado a atraer a las mariposas monarca, señaló.

“Te sientes aislado en la naturaleza”, dijo.

La inauguración de la segunda fase, retrasada varios meses por problemas meteorológicos y un proyecto simultáneo de FPL para soterrar líneas eléctricas de alta tensión a lo largo de la ruta del Metrorail, se produce cuando ya comenzó la construcción del tercer y último tramo de The Underline.

El último tramo de siete millas, el más largo y complejo de las tres fases, discurrirá por Coconut Grove, Coral Gables y South Miami hasta la estación de Dadeland South para completar el sendero de 10 millas. Esto ocurrirá a finales de 2025 o principios de 2026, dependiendo en gran medida del progreso del proyecto de FPL, dijo Irene Hegedus, directora del proyecto Underline para el departamento de transporte y obras públicas del condado.

El corte de cinta del miércoles es solo por invitación, pero el primer evento público para marcar la apertura de la Fase Dos será el 4 de mayo, con una fiesta comunitaria con comida y actividades en el nuevo parque infantil Hammock en el Underline, que está a horcajadas del Simpson Park de la ciudad a lo largo de Southwest First Avenue en 15th Road.

El parque infantil, dijo Daly, se inspira en la hamaca de madera dura que se conserva en el Simpson Park y combina naturaleza, arte y juego. Los juegos, inspirados en la naturaleza, se han intercalado con bancos modificados, los Modified Social Benches, del artista danés Jeppe Hein, que se han hecho populares en parques de todo el mundo.

La nueva sección cuenta con otros dos elementos para las reuniones y la relajación:

* Una nueva plaza en la estación de Vizcaya con asientos a la sombra. Un laberinto inscrito en el pavimento recuerda a los del cercano Vizcaya Museum and Gardens y servirá de sereno escenario para sesiones de meditación guiada y mercados comunitarios, dijo Daly.

* El Jardín de Lluvia, en Southwest 17th Avenue, cerca del popular restaurante español de gasolinera El Carajo, es el primero de una serie de drenajes sostenibles previstos a lo largo del Underline. Se trata de depresiones ajardinadas diseñadas para recoger y filtrar el agua de lluvia y la escorrentía en puntos del trazado con tendencia a inundarse. El Jardín de Lluvia tiene un banco curvo de piedra caliza para la contemplación.

Al igual que el tramo de Brickell, la nueva fase de The Underline tendrá iluminación por la noche y paradas de descanso con fuentes de agua.

La nueva sección muestra por primera vez todo el alcance de la intención de The Underline: Un sendero continuo para correr, caminar y montar en bicicleta, con exuberantes jardines, que ofrece una nueva y atractiva forma de conectar las estaciones de Metrorail y los barrios densamente poblados que discurren a lo largo del mismo.

El terreno situado bajo la vía del Metrorail, que en su día fue el trazado de la línea férrea construida por el industrial y cofundador de Miami Henry Flagler, fue tratado durante décadas como espacio sobrante. Lo atravesaba una vía pavimentada, sin iluminación, pero apenas se usaba, aunque estuvo durante décadas a la vista de miles de viajeros diarios. Daly, inspirada por el éxito del High Line de Nueva York, impulsó una visión improbable para la transformación de hectáreas y hectáreas de espacio público muy infrautilizado.

Un sencillo paseo por el nuevo tramo permite hacerse una idea clara de la metamorfosis, así como de los compromisos que impone la anchura irregular del espacio disponible.

Una cosa queda clara de inmediato: incluso antes de que haya crecido del todo, la vegetación proporciona una relajante sensación de recinto y una protección sorprendentemente eficaz frente al tráfico y el ruido de la U.S. 1.

La seguridad de las intersecciones de las calles, antes peligrosas, se ha mejorado notablemente por diversos medios, incluyendo pasos de cebra más brillantes y visibles para bicicletas y peatones, letreros de prohibido circular por la derecha con luz roja para los conductores que llegan a la autopista desde las calles laterales y balizas intermitentes en los cruces de las calles Southwest 25th y 26th, por las que circula el tráfico procedente de la Interestatal 95 y con destino a la misma.

Los diseñadores y constructores de la segunda fase, un equipo local formado por Lead Engineering Contractors y el arquitecto paisajista Ken Gardner, de GSLA Design, procuraron instalar, siempre que fue posible, vías anchas y separadas para peatones y ciclistas y otros dispositivos con ruedas. El pavimento es uniformemente liso y cómodo, y las líneas de visión son mucho más claras que en el antiguo M-Path, que serpenteaba alrededor de columnas que obstruían la visión del sendero.

Sin embargo, algunos tramos estrechos requerían pavimento compartido y, potencialmente, un estrechamiento en momentos de mucho tráfico.

Al sur del nuevo parque infantil, por ejemplo, el Underline se estrecha a medida que el Metrorail desciende hasta el nivel del suelo a lo largo de The Roads. Se ensancha de nuevo cuando la línea se eleva justo antes de la estación de Vizcaya, y luego se estrecha de nuevo a lo largo de la propiedad de la estación. Sin embargo, una vez pasada la estación, el amplio derecho de paso permite a los usuarios disponer de amplios senderos separados y cómodos.

Los de los ciclistas que avanzan más rápido son rectos, por seguridad, y están situados más cerca de la U.S. 1. Los senderos peatonales serpentean más y se sitúan en una amplia zona ajardinada que los separa de los carrilles para bicicletas.

Sin embargo, el comportamiento de algunos de los primeros usuarios del tramo también plantea algunos problemas potenciales si The Underline, como esperan fervientemente sus patrocinadores, llega a ser muy transitado.

El tramo de Brickell, aunque ofrece cierta separación de caminos cuando es posible, ilustra el dilema en medio de un tráfico peatonal a veces intenso: La gente ignora las marcas y camina por los carriles para bicicletas, obstruyendo a los ciclistas y, a veces, provocando molestos gritos de advertencia. Daly reconoce que los conflictos pueden ser inevitables dada la ubicación, pero la mayoría de la gente los sortea razonablemente bien.

Pero el nuevo tramo, como el resto del Underline, está pensado para que los ciclistas y otros vehículos de ruedas circulen con relativa rapidez, en parte para fomentar los desplazamientos entre estaciones del Metro.

Una tarde reciente se observó a algunos usuarios que circulaban en sentido contrario: Un scooter de motor de gasolina en el sendero. Gente paseando por los carriles para bicicletas sin hacer caso de las advertencias. Paseadores de perros con mascotas sueltas y otros con largas correas extensibles o varios perros ocupando toda la anchura de los senderos compartidos. Una mujer en un SUV estacionado en la cuneta del Underline en un paso de peatones en Southwest First Avenue, mientras hablaba por su teléfono móvil.

Pero Daly señala que el sendero será patrullado las 24 horas del día por agentes de seguridad privados en bicicletas eléctricas que educarán a los usuarios y harán cumplir las normas de separación y otras normas de seguridad. Por ejemplo, se prohíbe el uso de scooters con motor de gasolina y los perros deben ir siempre con correa.

Confía en que, a medida que aumente el tráfico en The Underline, la medida definitiva del éxito del proyecto, también lo hará el conocimiento del uso y el comportamiento adecuados.

“Creo que parte de ello vendrá de la mano de la educación, pero también del cumplimiento de la normativa”, dijo Daly. “Habrá mucha más gente que lo use. Y cuando haya más, habrá un mayor reconocimiento de las normas. Habrá mucho cumplimiento”.