Familia de jovencita herida está ‘indignada’ por cargos en investigación de accidente náutico en los Cayos

Un accidente en la Bahía de Biscayne el fin de semana de Labor Day del año pasado mató a una chica de 17 años e incapacitó permanentemente a otra adolescente, y la familia de la menor sobreviviente está “indignada” porque el operador de la embarcación solo está acusado de dos cargos de navegación negligente, delitos menores que ellos llaman “un tirón de orejas”.

Los padres de Katerina Puig, la joven de ahora 18 años que sufrió graves lesiones permanentes cuando la embarcación en la que viajaba con otras 13 personas, entre ellas otras 11 adolescentes, se estrelló contra un marcador de canal cerca del Ocean Reef Club en los Cayos Altos, vieron el informe final de los investigadores la semana pasada.

Sus abogados dijeron el viernes al Miami Herald que el documento, que no se ha hecho público, afirma que se encontraron 61 envases de bebidas alcohólicas vacíos en un cubo de basura de la embarcación, así como una botella de licor medio vacía. También dicen que su embarcación de 29 pies navegaba a unas 50 mph por el Canal Intracostero antes de chocar contra el marcador 15.

Sin embargo, agentes de la Comisión de Conservación de Peces y Vida Silvestre de la Florida (FWC) decidieron en el lugar de los hechos no verificar si el operador de la embarcación, el agente inmobiliario miamense George Pino, había consumido alcohol ese día.

“Parece que la FWC no estuvo dispuesta a explorar siquiera la posibilidad de que el operador de la embarcación estuviera bajo la influencia de bebidas alcohólicas hasta el punto que afectara sus facultades”, declaró al Herald uno de los abogados de Puig, Brent Reitman.

La Fiscalía Estatal de Miami-Dade en el transcurso de su investigación de casi un año tampoco citó nunca muestras de sangre de Pino y su esposa, Cecilia, ambos hospitalizados después del trágico accidente del 4 de septiembre de 2022 en el sur de la Bahía de Biscayne, según los abogados de los Puig.

“Cuando no se hace una investigación adecuada uno se ve obligado a volver atrás”, dijo Reitman. “Esta es una conclusión impulsada por la inacción desde el principio”.

La Fiscalía Estatal emitió un comunicado el viernes por la tarde afirmando definitivamente que Pino “no estaba afectado por drogas o alcohol”. Un portavoz de la dependencia dijo en respuesta a una pregunta de seguimiento sobre cómo se llegó a la determinación de que George Pino no estaba intoxicado que se debió a lo que dijeron los testigos en el barco.

“Le sugiero que obtenga la información detallada de la investigación del informe del investigador de la FWC ”, dijo Ed Griffith, refiriéndose al informe que la FWC no ha hecho público. “Sin embargo, las declaraciones juradas proporcionadas por las personas que iban en la embarcación aportaron importantes testimonios sobre este significativo asunto”.

El abogado de George Pino, Andrew Mescolotto, hizo pública la siguiente declaración el viernes:

“La FWC y la Fiscalía Estatal confirmaron de manera concluyente que esto no fue un accidente relacionado con el alcohol. Múltiples testigos observaron que otra embarcación creó una estela fuerte que provocó una pérdida de control. George y Cecilia Pino están desolados por el fallecimiento de Lucy y las graves lesiones sufridas por Katy y otras personas. Los Pino ya han comprometido los ahorros de toda su vida para indemnizar y prestar asistencia médica a todos los afectados por este horrible accidente. Siguen rezando cada día por cada persona y familia implicada”.

Reitman dijo que no solo los testigos dijeron a la policía que Pino había sido visto con una cerveza en la mano ese día, “había suficiente alcohol en ese barco para emborrachar a un pequeño ejército”.

Andrés y Meli Fernández, los padres de la joven de 17 años que murió ese día, Luciana Fernández, emitieron la siguiente declaración al conocer la conclusión de la FWC y la decisión de la Fiscalía Estatal de no presentar cargos más graves contra los Pino.

“Los Fernández están devastados y consternados con los resultados y conclusiones del informe y necesitan algún tiempo para ordenar sus ideas”, dijo Olga Martínez, portavoz de la familia.

Tanto Luciana Fernández como Katerina Puig asistían a la Our Lady of Lourdes Academy, en el suroeste de Miami-Dade, donde Katerina era una destacada jugadora de fútbol.

Del total de 12 chicas que viajaban en el barco aquel día, todas asistían a Lourdes, a Carrollton School of the Sacred Heart, en Coconut Grove, y a Westminster Christian School, en Palmetto Bay.

La tragedia conmocionó a la comunidad escolar católica del sur de la Florida.

Los padres de Puig, Kathya y Rodolfo Fernando Puig, presentaron en marzo una demanda por homicidio culposo contra George Pino, alegando, entre otras acusaciones, que este proporcionó alcohol a las chicas en su excursión a Elliott Key, donde el grupo celebraba el 18 cumpleaños de la hija de los Pino.

El abogado de los Puig dijo que en el informe policial que vio la familia, varias de las 61 latas de alcohol tenían agujeros, que es como la gente “escopetea” una cerveza: acercando el extremo perforado a la boca y tirando de la lengüeta, lo que obliga a la bebida a expulsarse rápidamente de la lata.

“Hay pruebas que estaban bebiendo en exceso”, dijo otro abogado de los Puig, Iván Cabrera.

La FWC no respondió a las preguntas sobre cómo sus agentes concluyeron que George Pino no estaba intoxicado en los momentos previos al accidente, en cambio, emitió un comunicado diciendo que su investigación era “exhaustiva”.

“Este accidente náutico golpeó a la comunidad de Miami en su núcleo”, dijo en un comunicado el mayor Alberto Maza, comandante de la Regional Bravo de la Región Sur. “Muchas vidas cambiaron para siempre en un instante. Todavía estamos desconsolados por las víctimas de esta tragedia. Nuestros investigadores han completado una investigación exhaustiva sobre el accidente y esperamos que las respuestas proporcionadas en el informe puedan proporcionar alguna pequeña medida de paz”.

Pino conducía la embarcación de regreso a su casa en Ocean Reef Club, la comunidad cerrada exclusiva de Cayo Largo, cuando el accidente ocurrió a es de las 6:30 p.m..

Pino había declarado a los investigadores ese día que una embarcación grande que venía en dirección contraria lanzó una estela que le hizo perder el control del Robalo.

Pero una petición que Pino presentó ante un tribunal federal en marzo para limitar cualquier indemnización por el accidente al valor de su embarcación explica con más detalle lo que Pino dijo que había sucedido: Su barco, según su abogado, “empezó a girar inesperadamente por sí solo y se puso en rumbo aproximado hacia la baliza de navegación 15”.

Pino intentó “corregir el rumbo, pero no pudo evitar una colisión” con la baliza del canal, dijo Mescolotto. La parte derecha de la embarcación sufrió graves daños antes de volcarse.

Se habla de colisión cuando una embarcación choca contra un objeto inmóvil.

Tras caer al agua, Pino, que sangraba por la cabeza, nadó de vuelta a los restos y pudo rescatar a una de las adolescentes y trasladarla a un navegante que se detuvo para ayudarla, según el documento judicial.

Sin embargo, el abogado de Puig puso en duda el viernes que hubiera otra embarcación, afirmando que ningún testigo declaró que hubiera visto otra embarcación acercarse al Robalo en el canal.

“No hay ninguna aclaración o corroboración de que este barco fantasma existiera”, dijo Reitman.