Fallece en Miami pelotero cubano que jugó en Grandes Ligas
Leo Posada, figura histórica de la pelota profesional cubana y latinoamericana murió en la ciudad de Miami. Tenía 86 años de edad.
Su nombre fue Leopoldo Jesús Posada Hernández. Nació el primero de abril de 1936 en La Habana, Cuba.
Cuando era estudiante de la Escuela de Artes y Oficios en la capital cubana, Leo alternaba el béisbol con la práctica del ciclismo, y en este último deporte representó a Cuba en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires, Argentina (1951), así como en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Ciudad México (1954).
En el béisbol profesional cubano debutó en la temporada 1956/57 como jardinero (20 años de edad) con los Leones del Habana bajo la pupila experta del inmortal Adolfo Luque. Tuvo sólo tres apariciones al bate con un sencillo (.333). Un año después lo hizo con el mismo equipo comandado por Gilberto Torres y finalizó con promedio de .242.
En sus últimas dos temporadas en Cuba (1959-60 y 1960/61) vistió el uniforme de los Alacranes del Almendares dirigido por Clemente “Sungo’’ Carreras y Oscar Rodríguez. Terminó con .260 y 274 de average, respectivamente.
En sus cuatro torneos en la Liga Invernal Cubana promedió .269 al sumar 112 imparables en 416 turnos, con cinco jonrones y 60 carreras impulsadas.
Posada había firmado en 1954 con los Bravos de Milwaukee y alternaba su actuación en Cuba con las Ligas Menores. Pero en 1956 fue cambiado a Kansas City junto a Dale Willis y Bill Kunkel por el lanzador antillano Orlando Peña.
Debutó en Grandes Ligas el 21 de septiembre de 1960 con Kansas City. Y en este primer año conectó 13 imparables en 36 turnos para un average de .361, siendo líder de la Liga Americana en elevados de sacrificios (12).
Su último partido lo celebró el 20 de julio de 1962. En tres temporadas finalizó con promedio de .256, ocho jonrones y 58 impulsadas en 426 apariciones a la caja de bateo.
“Los méritos de Leo Posada no solo fueron como jugador y manager profesional, también supo crear su propio método de enseñanza del bateo que transmitió a muchos peloteros jóvenes, incluyendo a jugadores de Grandes Ligas como Miguel Canó’‘, comentó José Feliciano, exjugador del equipo Cienfuegos en la Serie Nacional cubana.
Lázaro Ruiz, manager y exbuscador de talento de Grandes Ligas, expresó su pesar por el fallecimiento de Posada.
“Leo Posada fue un gran atleta desde que era muy joven. No solo era bueno en el beisbol, también lo fue en otros deportes, incluyendo el ciclismo en el que representó a Cuba en Juegos Panamericanos y Centroamericanos antes de incursionar en la pelota profesional’‘.
Como jugador actuó en todos los niveles de Ligas Menores por 16 temporadas donde terminó con promedio ofensivo de .288 (5,830 turnos), 157 jonrones, 780 remolques y 73 bases robadas.
Leo actuó en Venezuela con los equipos Cardenales de Lara, Tigres de Aragua, Navegantes de Magallanes y Licoreros de Pamperos. Bateó .304 en cuatro torneos. También participó como jugador en la Liga de Nicaragua con Oriental, Bóer y León.
Luego de su retiro como jugador dirigió en Ligas Menores. Al igual, se destacó como manager en Venezuela con las Águilas de Zulia y Cardenales de Lara. En dos temporadas en República Dominicana comandó a los Tigres de Licey, a quien llevó al título en una ocasión (1990-91).
Su hermano Jorge sirvió de scout con los Rockies de Colorado y su sobrino Jorge Posada Jr. fue un estelar receptor de Grandes Ligas durante 17 temporadas con los Yankees de Nueva York.