Alexei Navalny, destacado opositor a Putin, muere en una cárcel del Ártico

Por Guy Faulconbridge y Felix Light

MOSCÚ, 16 feb (Reuters) - Alexei Navalny, el opositor más acérrimo del presidente ruso Vladimir Putin, se desplomó y murió el viernes tras un paseo por la colonia penal ártica "Lobo Polar", donde cumplía una condena de tres décadas de cárcel, informó el servicio penitenciario ruso.

La muerte de Navalny, un exabogado de 47 años, priva a la dispar oposición rusa de su líder más valiente y carismático, justo cuando Putin se prepara para unas elecciones que mantendrán al exespía de la KGB en el poder al menos hasta 2030.

Navalny saltó a la fama hace más de una década al hablar públicamente -y documentar- lo que, según él, era la vasta corrupción y opulencia entre los "sinvergüenzas y ladrones" que dirigían la Rusia de Putin.

El Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamalo-Nenets dijo en un comunicado que Navalny se sintió indispuesto tras un paseo por la colonia penal IK-3 de Kharp, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú, en el Círculo Polar Ártico.

Perdió el conocimiento casi de inmediato y murió poco después a pesar de los esfuerzos del equipo médico de la prisión y del personal de la ambulancia, dijo el servicio penitenciario. Los intentos de reanimación fracasaron.

El Kremlin informó a Putin, quien se encontraba visitando unas fábricas en los Urales.

La esposa de Navalny, Yulia, dijo que no podía estar segura de que su marido estuviera muerto porque "Putin y su Gobierno (...) mienten incesantemente".

Pero si su marido estaba muerto, dijo en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Putin y su entorno "serán castigados por lo que han hecho a nuestro país, por lo que han hecho a mi familia, por lo que han hecho a mi marido".

Dmitri Muratov, premio Nobel de la Paz ruso y director de un periódico, calificó la muerte de "asesinato" en declaraciones a Reuters y dijo que creía que las condiciones de encarcelamiento de Navalny habían causado su fallecimiento.

Los líderes occidentales rindieron homenaje al valor de Navalny como luchador por la libertad. Algunos, sin citar pruebas, acusaron sin rodeos al Kremlin de asesinato y dijeron que Putin debía responder por la muerte.

"Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo a un solo hombre sólo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido. Rusia es responsable de esto", dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, poco antes de reunirse con la esposa de Navalny en Múnich.

ACUSACIÓN DE ASESINATO

El equipo de Navalny, que huyó al extranjero, dijo no tener confirmación de su muerte, pero tachó el comunicado del servicio penitenciario de confesión de asesinato.

"No tenemos motivos para creer la propaganda estatal", dijo Leonid Volkov, jefe de gabinete de Navalny. "Si esto es cierto, entonces no es 'Navalny murió', sino 'Putin mató a Navalny'".

El abogado de Navalny se dirigía a la prisión de Kharp, conocida como una de las colonias penales más duras de Rusia, donde Navalny cumplía condenas que le habrían mantenido en prisión hasta después de los 70 años.

La televisión estatal rusa mostró una rueda de prensa del jefe del banco central al conocerse la noticia.

Para sus partidarios, Navalny era un futuro líder de Rusia que algún día saldría de la cárcel para ocupar la presidencia, aunque muchos activistas de la oposición habían expresado su temor de que corriera grave peligro en el sistema penitenciario ruso.

Navalny se ganó la admiración de la heterogénea oposición rusa por regresar voluntariamente al país en 2021 desde Alemania, donde había sido tratado por lo que las pruebas de laboratorio occidentales demostraron que fue un intento de envenenarlo con un agente nervioso.

Navalny dijo entonces que había sido envenenado en Siberia en agosto de 2020. El Kremlin negó haber intentado matarlo y dijo que no había pruebas de que hubiera sido envenenado con un agente nervioso.

Quedan pocos líderes de la oposición rusa de tal relevancia dentro de Rusia, si es que queda alguno.

ENEMIGO DE KREMLIN

Un día antes de su muerte, Navalny se asomó a una ventana enrejada, riendo y haciendo bromas sobre sus fondos agotados y el salario del juez.

"Señoría, le enviaré mi número de cuenta personal para que pueda utilizar su enorme salario como juez federal para 'alimentar' mi cuenta personal, porque me estoy quedando sin dinero", dijo a través de una conexión de video.

El Kremlin ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de Navalny de corrupción y de enriquecimiento personal de Putin. El movimiento de Navalny está proscrito y la mayoría de sus principales aliados viven exiliados en Europa.

Las autoridades rusas tachaban a Navalny de extremista y de ser una marioneta de la agencia de inteligencia estadounidense CIA, que, según las acusaciones, pretendía convertir a Rusia en un Estado cliente de Occidente.

Cuando estallaron las manifestaciones frente Putin en diciembre de 2011, tras unas elecciones manchadas por acusaciones de fraude, fue uno de los primeros líderes de las protestas detenidos.

La última publicación de Navalny en Telegram fue un mensaje de San Valentín a su esposa Yulia debajo de una foto de ellos juntos.

(Redacción de Felix Light; Editado en español por Javier López de Lérida y Daniela Desantis)