¿Los F-16 habrían marcado la diferencia en la contraofensiva de Ucrania?

Un vehículo militar ucraniano destruido en Pravdyne, Ucrania, el 21 de enero de 2023. (Nicole Tung/The New York Times)
Un vehículo militar ucraniano destruido en Pravdyne, Ucrania, el 21 de enero de 2023. (Nicole Tung/The New York Times)

ROMA— La contraofensiva de Ucrania comenzó hace dos meses, pero en muchos sentidos sus fuerzas se habían estado preparando para ello durante años al aprender a luchar como las fuerzas militares de la OTAN, con una mezcla de infantería, artillería, vehículos blindados y poder aéreo.

Sin embargo, el gobierno de Biden esperó más de un año antes de permitir que los países de la OTAN enviaran aviones de combate F-16 a Ucrania. Para el momento en que los pilotos estén capacitados para maniobrar el avión avanzado, será demasiado tarde para ayudar y proteger a las fuerzas terrestres que atraviesan esta fase de combate.

Todo esto ha planteado una pregunta: sin poder aéreo significativo —un pilar de las tácticas de guerra que Occidente ha instado a Ucrania a adoptar— ¿es posible que tenga éxito la contraofensiva?

La respuesta pareciera ser afirmativa, según declaraciones en entrevistas la semana pasada de funcionarios y exfuncionarios de Ucrania, Estados Unidos y Europa, así como de analistas de defensa occidentales, mientras la contraofensiva avanzaba, con ráfagas de fuego de artillería y ataques con aviones no tripulados, pero sin avances importantes.

Pero lo más probable es que sea mucho más difícil sin los aviones caza.

“Tendrá que suceder sin los F-16”, dijo Philip M. Breedlove, un general retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y excomandante de la OTAN, “pero creo que podrán hacerlo”.

Un miembro de la 93 Brigada Mecanizada de Ucrania pilota un dron desde un refugio subterráneo en Bajmut, el 19 de mayo de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times)
Un miembro de la 93 Brigada Mecanizada de Ucrania pilota un dron desde un refugio subterráneo en Bajmut, el 19 de mayo de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times)

Breedlove, expiloto de aviones F-16, dijo que las fuerzas de Ucrania tenían un “gran beneficio” al aprender y desplegar las llamadas tácticas de armas combinadas que son la columna vertebral de la guerra terrestre moderna, dado que “van a ser aplicables en muchas fases diferentes de lo que hagas, pase lo que pase”.

Sin embargo, agregó: “Si esperas que Ucrania pelee como nosotros peleamos, tienen que tener las herramientas que tenemos, y no les hemos dado esas herramientas”.

Valeriy Zaluzhnyi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, ha señalado lo mismo con considerable frustración.

Algunos expertos afirmaron que la escasez de poder aéreo había puesto a Ucrania en desventaja este verano frente a los helicópteros de combate rusos que habían atacado tanques y vehículos blindados ucranianos. Al menos algunos de los helicópteros están equipados con misiles antitanque que se disparan demasiado lejos o desde muy poca altura como para ser interceptados por las defensas aéreas de Ucrania, según el Ministerio de Defensa británico.

Markus Reisner, quien supervisa el desarrollo de las fuerzas en la principal academia de entrenamiento militar de Austria, aseveró que con más aviones de combate, Ucrania podría defender mejor a sus tropas terrestres de esos ataques.

“Esto es para lo que realmente está destinado”, dijo Reisner, un oficial de inteligencia capacitado. “La lógica militar te dice que tienes que tener superioridad aérea para llevar a cabo operaciones terrestres exitosas”.

Reisner agregó: “Algunos generales estadounidenses dicen: ‘Bueno, no es lo que los ucranianos necesitan en este momento’. Creo que esa es una declaración política, no una declaración militar lógica”.

En su mayor parte, los pilotos ucranianos que en la actualidad vuelan aviones de combate MiG y Sukhoi de la era soviética tienen cuidado de no acercarse demasiado a sus objetivos o permanecer en el aire durante mucho tiempo, para evitar convertirse en objetivos. Se acercan tanto como se atreven y luego disparan misiles, incluidos misiles de largo alcance proporcionados recientemente por el Reino Unido y Francia, contra depósitos de combustible y municiones y otros objetivos militares antes de huir a toda velocidad de allí.

En vista de esas limitaciones, un funcionario del gobierno de Biden declaró en una entrevista la semana pasada que no estaba claro si las fuerzas de Ucrania iban a poder brindarles apoyo a las tropas terrestres incluso si tuvieran los F-16. El funcionario habló bajo condición de anonimato para poder discutir un tema que se ha convertido en un punto delicado para los ucranianos.

Luego de que Ucrania sufriera grandes pérdidas al principio de la contraofensiva al intentar seguir la estrategia de armas combinadas, algunos comandantes decidieron abandonar ese plan y regresar a las tácticas que mejor conocen: disparar artillería y misiles para degradar la capacidad de combate de Rusia en una guerra de desgaste.

Eso no fue una completa sorpresa para los expertos militares, quienes dijeron que los problemas iban mucho más allá de la ausencia de poder aéreo. El coronel retirado Steve Boylan, capacitado como aviador del Ejército de Estados Unidos y exvocero del Centro de Armas Combinadas del Ejército en Fort Leavenworth, Kansas, afirmó que a la fuerza militar de Estados Unidos le había tomado años aprender “cómo hacerlo de manera efectiva y no en medio de un combate”.

Como sugiere su nombre, este método de combate moderno combina tropas de infantería, tanques blindados, fuego terrestre de artillería y poder aéreo en un esfuerzo por dominar todos los ámbitos de la guerra terrestre. Boylan afirmó que las tácticas se desarrollaron como una mejor manera de luchar después de la sangrienta guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, pero no fue hasta la guerra del golfo Pérsico entre 1990 y 1991 que las tropas estadounidenses lucharon con las unidades de armas combinadas tal como están desplegadas hoy en día.

Combatir sin uno de los elementos —como el poder aéreo, en el caso de Ucrania— podría obligar a las unidades a adaptarse, pero “sospecho que tomarían nuestra instrucción, entrenamiento y tácticas como referencia principal y la modificarían para que funcionen mejor para ellos”, dijo Boylan.

Sin embargo, a pesar de todo lo que el poder aéreo puede aportar a una batalla, dijo, “hasta que tengas tropas en tierra y realmente tomes control, no te pertenece. Y no podrás mantenerlo”.

Tal como están las cosas, afirmó Breedlove, el Ejército de Ucrania ya es uno de los mejor equipados y más experimentados en batalla de toda Europa. La semana pasada, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que los planes para obtener aviones de combate occidentales estaban avanzando y agregó: “No tengo ninguna duda de que los F-16 estarán en nuestros cielos”.

Pero eso exigirá un largo periodo de entrenamiento, comenzando para muchos con lecciones de idiomas. Algunos funcionarios estadounidenses han dicho que Ucrania ha identificado solo ocho pilotos de combate —menos de un solo escuadrón— que hablen inglés lo suficientemente bien como para comenzar al menos un año de entrenamiento. Unos veinte más están siendo enviados al Reino Unido este mes para aprender inglés.

Enviar solo un puñado de F-16 a la batalla no marcaría mucha diferencia en la guerra, dijo Douglas Barrie, un experto aeroespacial militar del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres. “Tiene que ser apropiado, tiene que estar a la altura de la tarea”, afirmó.

c.2023 The New York Times Company