Fútbol SAD: 777 Partners, la foto maldita y “la trampa socialista”

Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, en un fútbol argentino que vive actualmente con la sombra de las sociedades anónimas
Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, en un fútbol argentino que vive actualmente con la sombra de las sociedades anónimas

La foto muestra al ministro Daniel Scioli y a la diputada libertaria Juliana Santillán sonrientes junto con el inversor. La reunión en el Hotel Alvear, el 9 de febrero pasado, presentaba a 777 Partners, con sede en Miami, como “el primer grupo interesado en invertir en las Sociedades Anónimas Deportivas”. Generoso, el tuit de Santillán dice: “se vislumbra un futuro prometedor para el fútbol argentino”. Para ese entonces, 777 Partners comenzaba a tener problemas serios. Bastaba leer diarios ingleses. Informes que ya desde noviembre anunciaban trabas para comprar al Everton. Vasco da Gama, que también es propiedad de 777 Partners, sí leyó esos informes. Acudió rápido a la justicia. La semana pasada, el juez Paulo Assed Estefan resolvió quitarle a 777 Partners el control del club brasileño.

Hace quince días el club Standard de Lieja, diez veces campeón de Bélgica, propiedad también de 777 Partners, pidió a la justicia la incautación de los activos de la empresa, que demoraba salarios. El partido siguiente contra Westerlo tuvo que suspenderse porque los fanáticos bloquearon el autobús que llevaba al equipo al estadio. El alemán Hertha ya tiene administrador concursal. Hace cinco días, los hinchas de Hertha, Standard, Vasco, Sevilla, Melbourne Victory y Red Star (Francia) unieron sus voces “para denunciar a nuestro dueño común”: 777 Partners. “La multipropiedad”, dice el comunicado, “parece conducir a la adquisición del fútbol por entidades nefastas como 777 Partners y debe ser combatida por los hinchas de todo el mundo”.

Daniel Scioli se reunió en el verano pasado con el primer grupo inversor interesado en las SAD del fútbol; la empresa hoy está en la mira de la justicia en varios países
Daniel Scioli se reunió en el verano pasado con el primer grupo inversor interesado en las SAD del fútbol; la empresa hoy está en la mira de la justicia en varios países

Los de Everton pidieron a su vez a la Premier League que trabe la venta, pese a que 777 Partners ya pagó 200 millones de euros, sobre el total de 685 millones que acordó abonar en septiembre pasado por el 94,1 por ciento de las acciones del club. Everton, fundado en 1878, perdió 112 millones de dólares en el último ejercicio. La venta parece cada vez más difícil. 777 Partners despidió hace unos días a sus dos gerentes fundadores (Josh Wander y Steve Pasko) y contrató a “especialistas en quiebras”. El escándalo estalló tras un juicio iniciado en Nueva York por dos firmas que, supuestamente, prestaron a 777 Partners el dinero para la compra de Everton. Acusan a 777 Partners de practicar “un ciclo aparentemente interminable de ‘robar’ a Peter para pagarle a ‘Paul’”. El famoso “Esquema Ponzi”.

La demanda, que denuncia un fraude de 600 millones de dólares, se inició apenas después del colapso de la aerolínea australiana de bajo costo Bonza, cuya mitad pertenecía a 777 Partners (igual que Flair en Canadá). “Dicen que quieren comprar clubes”, ironiza un dirigente local, “pero el objetivo son los avioncitos”. El fútbol como vehículo para otros negocios o para lavar imagen. Siempre fue así, pero creció con los Clubes-Estado. ¿Qué otra cosa es, sino, Manchester City, flamante tetracampeón inglés por el genio de Pep Guardiola, pero gracias también al oro inflado de Abu Dhabi? La Premier League acusa al club de 115 cargos e investiga todavía sus balances. Una práctica llamada “Doping Financiero”. Burlones, hinchas rivales apodan al City “Lance Armstrong” (el ciclista fue despojado de sus siete Tours de Francia cuando se descubrió que corría dopado).

Manchester City sigue acumulando títulos en la Premier League, mientras se lo acusa de
Manchester City sigue acumulando títulos en la Premier League, mientras se lo acusa de "doping financiero" - Créditos: @Dave Thompson

El agente FIFA Guillermo Tofoni, operador clave para los Clubes SAD, me dice que no se arrepiente de la foto del gobierno con 777 Partners. “¿Cómo no íbamos a atender a un grupo que tenía siete clubes y que en ese momento, para ellos, estaba espectacularmente bien? Pusieron 150 millones de dólares para Genoa (Italia), creo que 60 para Vasco (también 75 en Hertha). Era todo diez sobre diez”. La fragilidad de 777 Partners saltó aquí tras el fallo judicial reciente (ya apelado) que le quitó el control de Vasco da Gama. El club aclaró igualmente que quiere seguir siendo una SAD (SAF, lo llaman en Brasil). El posible nuevo inversor controla a Palmeiras. ¿Conflicto de intereses? ¿De Guatemala a Guatepeor?

El debate sobre el negocio del fútbol es interesante. Pero 777 Partners, cara del “futuro prometedor”, es hoy un búmeran. “Yo romperé tus fotos”. Tofoni reitera su opinión de que, en un modelo de Clubes SAD, “hay que controlar de dónde viene y hacia dónde va el dinero” del inversor. “Para no terminar en casos como el de Mandiyú de Corrientes”, me dice, por el Club SAD fallido en tiempos de Carlos Menem, el presidente privatizador de busto redescubierto. Eran tiempos también de Scioli diputado-privatizador (estatista luego con el kirchnerismo, otra vez privatista ahora con Javier Milei).

Javier Tebas, el presidente de la Liga de España
Javier Tebas, el presidente de la Liga de España - Créditos: @Tadeo Bourbon

Como si el tiempo no pasara, la nueva embestida por los Clubes SAD también trajo otra vez a la Argentina a Javier Tebas, presidente de la Liga de España que ahora apunta contra Chiqui Tapia. Tebas fue jefe de juventudes de Fuerza Nueva, admira a Marine Le Pen y vota a Vox. Nombres de la ultraderecha que ahora cobija a Milei y que se autopercibe como trinchera de libertad ante un mundo que elige una supuesta vía socialista. “Anímense a salir de la trampa socialista”, tuiteó días atrás a nuestros clubes la diputada Santillán. ¿River y Boca socialistas? ¿Jorge Brito y Juan Román Riquelme socialistas? ¿El Chiqui Tapia Che Guevara?