Las fábricas de China provocan debates geopolíticos en Europa

Una fábrica de coches eléctricos chinos "made in Europe" está en fase de planificación. Y en 2025 entrará en funcionamiento en Debrecen la mayor fábrica de baterías de Europa, un proyecto de 7.000 millones de euros de CATL, el líder chino del mercado mundial. Mientras los partidarios de estas megafábricas destacan el crecimiento económico y la creación de empleo, los críticos advierten de los riesgos medioambientales, la pugna por las subvenciones y la creciente dependencia de Hungría de China y Rusia como proveedores de energía.

Actualmente se están construyendo fábricas de baterías para coches eléctricos en toda Europa, no solo en Hungría. La empresa china CATL ya tiene una fábrica de baterías en la UE, y está en Alemania. La planta de Hungría, de mayores dimensiones, será la segunda fábrica de la empresa china en la Unión Europea.

La premisa de la que se parte es clara: para detener el cambio climático, los científicos están de acuerdo en que no se deben seguir quemando combustibles fósiles. El futuro es de los coches eléctricos. La razón es que el dióxido de carbono de los gases de escape de los vehículos convencionales con motores diésel o de gasolina intensifica el efecto invernadero: ¡La Tierra se está calentando! Por consiguiente, a partir de 2035, los coches nuevos con motor de combustión no podrán venderse en la Unión Europea, aunque el 'lobby' de los motores de combustión sigue intentando anular esta decisión, hasta ahora sin éxito.

En este momento, el mercado mundial de baterías para coches eléctricos lo domina China. Para reducir la dependencia de las importaciones de China, los Estados miembros de la UE se esfuerzan por ampliar masivamente la producción de baterías en suelo europeo. En 2030 podría haber en Europa una capacidad de producción de 1,7 teravatios hora.

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Hungría, en particular, está intentando atraer al país a los fabricantes de baterías y, según los cálculos de los expertos, paga para ello más de 2.000 millones de euros en subvenciones directas e indirectas. Los fabricantes surcoreanos de baterías ya operan actualmente en Hungría. Ya se han producido los primeros incidentes relacionados con fugas de disolventes.

Ahora Hungría también le saca la alfombra roja a China. Pronto se fabricarán en Hungría coches eléctricos y baterías chinas. Desde el punto de vista geopolítico, Andrea Éltető, del Instituto de Economía Mundial de Budapest de la Academia Húngara de Ciencias, considera que podría ser una estrategia arriesgada: "Toda esta industria (de baterías) requerirá una cuarta parte del consumo total de electricidad de Hungría", señala. La cuestión es que Hungría sigue comprando petróleo y gas natural a Rusia.

Dado que se están poniendo en marcha nuevas líneas de producción de baterías que consumen mucha energía, las necesidades energéticas globales de Hungría están aumentando. En cuanto al grupo chino CATL y su gigafactoría cerca de Debrecen, esto representa una capacidad de producción anual de al menos 100 gigavatios hora. La científica Éltető advierte: "Hungría está cayendo en una dependencia múltiple, ya que depende de Rusia para la energía y ahora, con las numerosas fábricas chinas, también está pasando a depender de China. El gobierno húngaro quiere ser una especie de actor global en este juego geopolítico, pero para Hungría esto no implica más independencia, al contrario, implica una mayor dependencia".