Exigir cabello corto en las escuelas no es disciplina; es discriminación y hay que decirlo

Cabello corto, un requisito casi unánime en las escuelas mexicanas. (Antonio Ojeda/Agencia Press South/Getty Images)
Cabello corto, un requisito casi unánime en las escuelas mexicanas. (Antonio Ojeda/Agencia Press South/Getty Images)

El cabello corto despertó un potente debate en redes sociales. Todo nació de la publicación de una usuaria en Twitter, que expresó lo siguiente: "¿Por qué a los adolescentes les molesta tanto que les exijan cortarse el pelo para ir a la escuela? No es discriminación, es disciplina". Aunque, como es de esperarse, muchas personas respaldaron su postura, de inmediato en las respuestas el tuit quedó exhibido por su falta de rigor, sobre todo, y también por lo retrógrado que resulta equiparar con disciplina un corte de cabello.

La cuenta de Política Básica le respondió a la usuaria que en diversos momentos el Poder Judicial ha emitido posturas en contra de negar la educación a niños y adolescentes que tengan el pelo largo. Y es cierto (además de que resulta curioso que la publicación haya sido realizada por una abogada, que en teoría tendría que tener presente esos antecedentes). Por ejemplo, el año pasado un adolescente de Michoacán solicitó un amparo luego de que el director de su escuela secundaria no le dejara entrar a clases por no traer un 'casquete corto'.

El caso fue particular, solo aplicable para ese alumno, pero la explicación del juez en su sentencia sirve como punto de partida para entender el tema: “El corte de cabello no guarda ninguna relación con la disciplina escolar ni tiene injerencia en los fines de la educación protegidos por la Constitución Federal, sino, atiende más bien a la imposición arbitraria de un modelo de apariencia personal a los alumnos que a todas luces contraviene los derechos consagrados en la Carta Magna. La Constitución Federal prevé en todos los ámbitos, incluso el educativo, la facultad abierta de que cada persona elija su plan de vida y actúe conforme a sus ideales", escribió el letrado. Algo similar pasó en 2019 en una secundaria de Chihuahua.

Un estudiante solicitó un amparo cuando se le negó la entrada a clases y lo obtuvo: “Llevar el cabello de cierta forma no aporta ni afecta el aprendizaje y convivencia escolar; por el contrario, dicha imposición limita el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los menores… Medidas disciplinarias, como la analizada, es discriminatoria y atenta contra la dignidad humana”, se pudo leer en la sentencia.

En agosto del año pasado, con el regreso total a clases luego de casi dos años y medio de suspensión presencial por la pandemia, la Comisión Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) informó que había recibido quejas de estudiantes a los que se les negaba el acceso a la escuela por no cumplir con el lineamiento interno de llevar el pelo con casquete corto. “De los 487 casos mencionados, 109 se recibieron entre el 28 y el 30 de marzo, 236 se refieren a escuelas públicas estatales; en 116 el planteamiento inicial no especifica la escuela de la que se inconforman por lo que se solicitó la información a las personas peticionarias y se sigue en espera de los datos adicionales”, reportó la Comisión.

En ese momento, la CONAPRED estableció que negar al acceso a un plantel educativo constituía una violación del derecho a la educación y al libre desarrollo de la personalidad. Y precisamente, en su artículo 8, la Ley Federal de Educación habla de la lucha contra la discriminación: "El criterio que orientará a la educación que imparta el Estado y a toda la educación primaria, secundaria y normal y a la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios". No es cuestión de gustos.

Aquí hay lugar para una paradoja: quienes exigen cortes de cabello cortos con el argumento de que eso forja disciplina y carácter pasan por alto las recomendaciones de la autoridad judicial. ¿Cómo puede ser posible eso? ¿Las personas que demandan disciplina creen que sus conocimientos están por encima de jueces y especialistas en el ámbito? Pues creen que sí, y que la discriminación se puede tolerar mientras haya disciplina (lo que ellos entiendan por disciplina). Para ellos, se estudia con el cabello, no con el cerebro, y quien no lo quiera aceptar está destinado a una vida de fracasos.

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