Exigen justicia para Erika, atada y quemada viva en Coahuila

SALTILLO, Coah., febrero 9 (EL UNIVERSAL).- "No somos una estadística, somos mujeres y nos están matando", subrayó María a nombre de los colectivos feministas de Saltillo, quienes con velas, flores y fotografías pusieron un altar en memoria de Erika del Rosario en la Plaza Nueva Tlaxcala, atrás de Palacio de Gobierno.

Las mujeres que se manifestaron advirtieron que no pueden permitir más atrocidades de machistas que atentan contra la vida de las mujeres y dejan niños huérfanos y hogares mutilados. Desafortunadamente la violencia contra las mujeres es “el pan de cada día en México”, subrayó otra de las jóvenes que clamó justicia, parar la ola de violencia y visibilizar esta amenaza constante contra las féminas.

La tragedia que consternó a la sociedad, y es el primer feminicidio de este año, ocurrió el miércoles en la mañana en un sector popular al sur de Saltillo. Erika del Rosario, quien sufría maltrato y violencia cruel de su concubino, fue amarrada a una silla, luego maniatada de manos y pies, golpeada e incinerada en la colonia Bellavista.

Vecinos llamaron a la policía y los Bomberos porque salía humo de la casa, y fue así como descubrieron el cadáver. La necropsia de Ley reveló que la mujer sufrió traumatismo craneoencefálico severo por un fuerte golpe en la cabeza, y quemaduras de primero y tercer grado en gran parte de su cuerpo.

Ese mismo día, en menos de cuatro horas, efectivos de la Agencia de Investigación Criminal localizaron y arrestaron a Raymundo, el principal y único sospechoso del asesinato, quien era la pareja sentimental de la joven mujer quien tenía dos hijos pequeños. Los policías lo encontraron en casa de unos familiares en Monterrey, Nuevo León.

Liberto Hernández Ortiz, fiscal de Investigaciones Especializadas de la FGE, dijo que el detenido sería traído en las próximas horas a Saltillo y permanecería recluido como medida precautoria en lo que se lleva a cabo el juicio en su contra.

Entre llanto y oraciones, dan último adiós a Erika del Rosario

Con llanto, oraciones, un profundo dolor y también sentimientos de rabia y coraje contra el criminal que le arrancó la vida, familiares, amigos y vecinos le dieron el adiós a Erika del Rosario.

Junto a muchas personas, parientes, allegados y conocidos la velaron en una funeraria, y este jueves, en la carroza desviaron el cortejo fúnebre hasta la casa donde vivía con su familia.

Luego reanudaron el trayecto hasta un cementerio al norte de la ciudad donde le dieron cristiana sepultura.