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La examante de Juan Carlos I afirma que le dio 65 millones de euros "por gratitud y amor"

El rey emérito Juan Carlos terminó su reinado rodeado de escándalos

MADRID.- Corinna Larsen, examante de Juan Carlos I , asegura a la Justicia suiza que el rey emérito le transfirió 64,8 millones de euros en 2012 "no para deshacerse del dinero", sino "por gratitud y por amor", para garantizar "su futuro y el de sus hijos". "Porque todavía tenía la esperanza de recuperarme", según señala en su declaración judicial ante el fiscal Yves Bertossa, en calidad de investigada, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El fiscal Bertossa mantiene imputados a Larsen, al gestor del rey emérito, Arturo Fasana, y al abogado Dante Canónica por un delito de blanqueo agravado de capitales.

El testimonio de Corinna Larsen tuvo lugar el 19 de diciembre de 2018 en la sede de la Fiscalía de Ginebra, a la que acudió en compañía de sus dos abogados suizos y donde se la investiga por un presunto delito de blanqueo agravado de capitales, penado con hasta cinco años de cárcel. En Suiza, al igual que en España, las personas que acuden a declarar en calidad de investigados tienen el derecho a no decir la verdad. La Justicia española aguarda desde hace meses esta declaración -hasta ahora inédita-, que todavía no ha sido remitida a España ante la negativa de Larsen: la ley helvética permite que los investigados recurran el envío de sus declaraciones a otros países.

La declaración de Larsen es trascendental para el desarrollo de la investigación que se sigue en la Fiscalía del Tribunal Supremo contra el rey emérito por presuntos indicios de blanqueo de capitales y fraude fiscal. Este organismo investiga el presunto cobro de comisiones en la obra del AVE a La Meca (Arabia Saudí), que construyó un consorcio de empresas españolas. Juan Carlos I llevó a Ginebra en 2010, cuando todavía era jefe del Estado español, un maletín repleto de billetes, en total 1,7 millones de euros que puso en manos de su gestor Arturo Fasana. El dinero procedía de una entrega que había realizado el sultán de Bahréin al rey español, según desveló este diario en mayo. Posteriormente, en 2012, el rey emérito transfirió casi 65 millones de euros a Larsen. Fue Alejandro Luzón, fiscal jefe anticorrupción, quien solicitó a Bertossa la declaración de Larsen y la de los otros investigados en la causa suiza. Los indicios recabados por la Fiscalía Anticorrupción se han remitido al Supremo debido a la condición de aforado de Juan Carlos I.

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La examiga de Juan Carlos I está siendo investigada en Suiza después de que el fiscal jefe del Cantón de Ginebra registrara en 2018 en esa ciudad el despacho del gestor Fasana -relacionado también con la familia Pujol Ferrusola y con la trama Gürtel- y del abogado Dante Canónica y descubriera una cuenta del rey emérito a nombre de la fundación panameña Lucum en la banca suiza Mirabaud. En esa cuenta, abierta en 2008, se ingresaron 64,8 millones por orden del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí. El dinero fue transferido finalmente por el rey emérito a una cuenta en Bahamas de Larsen. Además de este pago, se investigan los cinco millones de dólares que recibió Corinna Larsen del Gobierno de Kuwait después de que el entonces jefe del Estado visitara ese país.

Bertossa centró su interrogatorio en buscar la razón por la que Corinna Larsen recibió ese dinero. "Se trataba de un regalo", respondió. "Recibí una llamada telefónica de Canónica [administrador de la fundación Lucum] informándome de que Juan Carlos I deseaba hacerme un regalo. No me habló por teléfono de una cantidad concreta. Me dijo que quería encontrarse conmigo. Fui a su despacho. Me explicó que el rey quería ofrecerme un regalo a mis hijos y a mí. Juan Carlos I quería asegurar un buen futuro a mis hijos y a mí", dijo.

El fiscal suizo le puntualizó que por aquel entonces ella ya disponía de una fortuna importante, a lo que Larsen respondió: "Es así. Pienso que me ofreció ese dinero por gratitud y por amor. Era consciente de que había hecho mucho por él y que había estado muy presente cuando le anunciaron su enfermedad. Pienso también que se sentía un poco culpable por lo que me había pasado en Mónaco. En 2012 fui secuestrada por los servicios secretos españoles en mi apartamento". Una versión que ha negado el ex director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán. "Pienso que hay una última razón: que tenía todavía la esperanza de poder recuperarme", añadió.

La examiga de Juan Carlos I apostilló que "en ningún momento [el rey emérito] dijo que quisiera deshacerse de ese dinero. Ignoro si había declarado estos activos al fisco español. Había oído hablar vagamente de una amnistía fiscal en España, pero como no vivo en ese país no conozco los detalles". El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó una amnistía fiscal a mediados de 2012, con el objetivo de aflorar 25.000 millones en dinero negro; las cifras finales quedaron muy por debajo de esa meta. El Constitucional anuló la amnistía en 2017, pero avaló las declaraciones que hicieron más de 31.000 contribuyentes para regularizar el dinero evadido.

Larsen compareció ante el fiscal que investiga el presunto cobro de comisiones en la obra del AVE a la Meca junto a Fasana, Canónica y un representante de la banca Mirabaud. Todos ellos en calidad de investigados por el mismo delito: blanqueo agravado de capitales.

Dante Canónica, director de la fundación cuyo primer beneficiario era el rey emérito, corroboró la versión de Larsen. "Me acuerdo de que Juan Carlos I quería transferirle sus activos de manera irrevocable. No creo haberle dicho a Corinna que el rey lo hacía para deshacerse de sus activos", argumentó.

Sobre el origen el dinero, Larsen afirma que no preguntó a Canónica, pero que más tarde "en las conversaciones con el banco [suizo] Gonet o con Canónica se me explicó que venía de una donación del rey Abdalá en favor de Juan Carlos I. No me explicaron la razón de esa donación, pero se trata de una práctica corriente entre reyes, concretamente en Oriente Medio. Juan Carlos I no me había hablado de esto previamente. Era muy discreto con respecto al estado de sus finanzas".

La antigua amiga del exjefe del Estado relató al fiscal sus gestiones con el dueño del banco suizo Gonet & Cie para recibir los 64,8 millones de euros en una de sus sucursales en el paraíso fiscal de Bahamas. "Decidimos [Canónica y ella] abrir una cuenta en Gonet Bahamas. La decisión se tomó porque suelo visitar Bahamas y aprecio este lugar. Siendo residente monegasca podía abrir una cuenta donde quisiera en el mundo sin consecuencias fiscales. Creo que es preferible no poner todos los activos en el mismo lugar", subrayó en su declaración.

Larsen reconoce que firmó la documentación a nombre de su sociedad Solare tanto en Ginebra como en Nassau (Bahamas). Asegura que conoció a Canónica en una cena en 2009 con Juan Carlos I. Y que el abogado únicamente le ha prestado sus servicios para recibir los 64,8 millones de euros.

La examiga del rey emérito afirmó asimismo al fiscal suizo que no le sorprendió que el entonces jefe del Estado aceptara esa donación de Arabia Saudí, "cuando su tren de vida lo financia el contribuyente español". Y añadió que tras recibir el dinero en Bahamas se desplazó a España "para darle las gracias a Juan Carlos I". "Estaba extremadamente agradecida y le hice partícipe de mi gratitud", añadió.

Buena parte del interrogatorio de Bertossa a Larsen se centró en la compra de una casa en Londres y de dos apartamentos en la estación suiza de Villars-sur-Ollon. Y en las transferencias que fueron desde la cuenta de Juan Carlos I a las suyas en el Mirabaud y en la entidad financiera británica HSBC. Larsen atribuyó esas operaciones a "préstamos" del exjefe del Estado y afirmó haberlos devuelto en su día. Además, Larsen explicó que creó la sociedad Riverhouse-Partners para comprar una casa en Eaton Square (Londres) por cinco millones de libras (5,6 millones de euros), pero que necesitaba una gran reforma que costó cuatro millones adicionales. "Es verdad que Juan Carlos I participó en la financiación para la compra de esta casa con 1,5 millones de libras. Se trataba de una donación de su parte a mi favor. Para comprar esta casa no fue necesaria la autorización de Juan Carlos I", declaró.

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Esta mansión es la residencia de Larsen en la capital británica y los fondos procedían de su sociedad Gulf Development Initiative (GDI). Bertossa le mostró un correo de 2011 de Arturo Fasana, gestor externo de la cuenta del rey emérito, en el que Juan Carlos le autorizaba a hacer una oferta para comprar una casa en Londres, pero Larsen respondió que se trataba de otra vivienda en Upper Belgrave Street -en el centro de Londres- que no adquirió.

El entramado de sociedades que aparece en la declaración es muy tupido. Para la compra de las casas en la estación de esquí, Larsen creó la sociedad Siam Partner SA, que también recibió un préstamo por parte de Juan Carlos I "destinado a permitirme adquirir dos casas en Villars". Larsen explicó que entonces su hijo menor estaba escolarizado en Aiglon y que Juan Carlos I frecuentaba a menudo la estación, pero la casa que ella ya tenía allí "era muy pequeña para acogerle y decidimos adquirir los dos apartamentos".

Según su versión, ella financió la mitad de la compra. De la otra mitad se hizo cargo Juan Carlos I con dos préstamos a Siam Partners -de una sociedad llamada Calden- por un importe total de 2,2 millones de francos suizos (en torno a dos millones de euros) en 2009. Larsen aseguró que reembolsó los préstamos con intereses un año después.

El fiscal Bertossa mostró especial interés en la sociedad Calden. Canónica lo justificó en su declaración diciendo que en 2009 pensó que Juan Carlos I no quería que Corinna conociese la fundación Lucum. "Me debió pedir sin duda que añadiera una estructura entre Siam y Lucum y por ello utilicé la sociedad Calden", explicó el abogado.

El fiscal apuntó a Larsen que en el momento del reembolso, en diciembre de 2010, recibió en su misma cuenta del Mirabaud cinco millones de dólares del Gobierno de Kuwait. Según la investigación del fiscal suizo, este pago se hizo semanas después de que Juan Carlos I visitara Kuwait. Ella lo atribuye a una "remuneración" por sus gestiones en ese país. El representante del banco durante la declaración precisó que la entidad había clarificado la llegada de este dinero y añadió que la documentación bancaria contiene un contrato . "Se trata más de una carta que de un contrato", precisó Luc Thevenoz.

Los reyes eméritos de España Sofía (I) y Juan Carlos I (D) llegan a una ceremonia para el funeral de Estado del gran duque Juan de Luxemburgo, el 4 de mayo de 2019
Los reyes eméritos de España Sofía (I) y Juan Carlos I (D) llegan a una ceremonia para el funeral de Estado del gran duque Juan de Luxemburgo, el 4 de mayo de 2019

Durante su declaración, Larsen reconoció al fiscal haber transferido entre 2016 y 2017 un total de 42 millones de dólares (39 millones de euros) desde su cuenta en Bahamas hasta una cuenta de su propiedad en el Fieldpoint Private Bank de Nueva York. "Este dinero sigue en la cuenta. De todas formas transferí 11 o 12 millones de dólares a una cuenta en Inglaterra porque gestioné convertirme en residente y para eso se necesita tener activos allí".

Sobre la fundación Zagatka, en la que Juan Carlos I figura como tercer beneficiario, Larsen afirmó que el rey emérito le había comentado que le pertenecía. "En 2011 o 2012 Juan Carlos I me presentó un perfil de inversión pidiéndome consejo. La fundación se mencionaba. En el documento aparecían las inversiones de la misma. Lo vi con detalle, razón por la que me acuerdo todavía hoy. Los activos los gestionaba un banco suizo, podría ser el Credit Suisse".

Larsen dijo ignorar que esta fundación había pagado algunos de sus viajes en aviones privados por prácticamente tres millones de euros. "Para mí la fundación Zagatka es la fundación de Juan Carlos I", afirmó. Sobre la transferencia que recibió de 150.000 euros desde la cuenta de esta fundación, argumentó que podría ser el reembolso de algunos pagos para regalos que ella había hecho con su tarjeta de crédito en favor del rey emérito. Dante Canónica precisó que el primer beneficiario de Zagatka es Álvaro Orleans, primo lejano del exjefe del Estado, "contrariamente a lo que acaba de indicar" Corinna Larsen. Orleans figura en esta causa como testigo asistido.

La examiga del rey emérito ha declarado en otras dos ocasiones ante el fiscal suizo, la última el pasado mes de marzo. En todas ellas ha mantenido argumentos similares a los de su primera comparecencia.

Cuando se produjeron los hechos que investiga la justicia suiza, Juan Carlos I gozaba de inviolabilidad. La investigación en España se centrará únicamente en lo acontecido a partir de junio de 2014, fecha de su abdicación. Tras conocerse la existencia de esta cuenta suiza, Felipe VI renunció a cualquier herencia que en el futuro pudiera recibir de su padre.

Sobre la sociedad Mountain Lion Inc, la examiga del rey emérito explicó al fiscal Bertossa que es una sociedad que ella ordenó crear al abogado Dante Canónica. La sociedad posee un terreno sin construir en Marrakech. "Es un regalo del rey de Marruecos. Fue un regalo para mí, no a favor de Juan Carlos I. Visité al rey de Marruecos para agradecerle su regalo. Esperaba que construyera una casa en el terreno. Él sabía que yo iba a Marruecos desde hace veinte años. Y decidió ofrecerme ese terreno para que invirtiera allí. Ignoro si Juan Carlos I ha recibido algún regalo del rey de Marruecos".

Larsen se extendió en su declaración judicial acerca de su actividad como consultora. Afirmó que la inició en 2004 con su sociedad Apollonia y que sus trabajos para Volkswagen y Richemont "no tuvieron nada que ver con Juan Carlos I". Su cifra de negocios, siempre según su versión, iba en aumento año a año. "En 2007 participé en una importante operación con Lukoil [la principal petrolera de Rusia] que me reportaba 100.000 euros al mes", añadió. Larsen explicó que desde su implicación en el caso Noos -que ha llevado a la cárcel a Iñaki Urdangarín- los negocios son "difíciles", pero que continúa trabajando para clientes rusos. Asimismo, añadió que no tiene ninguna actividad profesional en España ni contacto con Juan Carlos I.