Cómo evoluciona la salud de Leila, una de las gemelas de 12 años que se tiraron de un tercer piso en Barcelona

Dos Gemelas se precipitaron del tercer piso de un edificio en Sallent, España, una murió y la otra está en grave estado
La tragedia ocurrió en la localidad catalana de Sallent, más de 70 kilómetros de Barcelona - Créditos: @Captura

MAR DEL PLATA.– Ya pasó la dura y muy íntima despedida de restos de Alana Lima, de 12 años, fallecida hace una semana y velada ayer. Ahora toda la fuerza de su familia está puesta en el delicado estado de salud en que se encuentra su hermana, Leila, en terapia intensiva por las graves heridas sufridas en esa caída compartida con su gemela desde un tercer piso.

El caso está bajo investigación judicial y, según se desprende de cartas manuscritas que ambas menores dejaron en la habitación que fue punto de partida de esta tragedia, en ese ámbito considerarían que tomaron la decisión de saltar debido a situaciones de bullying que vivían en el ámbito escolar, en particular Alana, que buscaba ser percibida con una nueva identidad masculina bajo el nombre de Iván.

El caso y la problemática del suicidio infantil multiplicó dimensión y conmoción en España con otro intento de suicidio de menores, en este caso en Tarragona, donde un adolescente de 17 años con diagnóstico de autismo saltó desde un cuarto piso porque sus compañeros de escuela lo molestaban. Tiene varias facturas en brazos, piernas, costillas y vértebras.

Los médicos que atienden a Leila en el Sanatorio Parc Taulí de Sabadell, en Barcelona, siguen de cerca las señales en su evolución. Debió permanecer en coma y con asistencia mecánica respiratoria frente a lesiones en un pulmón, además de fracturas varias en brazos y cráneo.

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Tanto Lucas, el padre de la nena, como Gustavo, su abuelo paterno, han dejado trascender sobre inicios de este fin de semana que habían podido visitarla y percibir algunos gestos –en particular pestañeos– que leyeron como indicios de respuesta a sus mensajes de estímulo.

En las últimas horas, según se pudo conocer de fuentes cercanas al establecimiento sanitario catalán, se harán intentos para alimentarla por sonda y ver cómo responde su organismo tras esta primera semana de internación.

Según anticiparon a sus padres desde el inicio del tratamiento, aguardarían a primeras reacciones positivas para avanzar –podría ser esta semana– con algunas cirugías que tienen previstas hacia su recuperación que, anticipan, será “gota a gota, paso a paso”.

Gustavo y Fernanda, abuelos de las gemelas que se arrojaron de un balcón en Sallent, España
Gustavo Lima, el abuelo de los chicas que vive en Mar del Plata y viajó el viernes a Barcelona - Créditos: @Mauro V. Rizzi

Lucas y Maia, los padres de las niñas y de Amadeo, su otro hijo de 10 años, se han mantenido alejados de los medios y evitaron declaraciones sobre el caso. El abuelo paterno, Gustavo, llegó desde la Argentina el pasado sábado y pudo ver a Leila en el hospital. Ayer participó del velatorio en el tanatorio de Sallent, localidad donde ocurrieron estos hechos, y también optó por el silencio, a la espera de novedades tanto en lo clínico como en la cuestión judicial.

Además del impacto emocional que significó haber perdido a una hija y tener a la otra en grave estado, la pareja tuvo que afrontar reacciones de autoridades locales y acusaciones, que les llegan en particular por la prensa española, que los ubican con responsabilidades por la terrible decisión que tomaron las niñas y postergan o minimizan la hipótesis del bullying escolar.

Giro de postura

Durante las últimas jornadas, se percibió un giro de postura y mayor predisposición de los medios a atender ese contexto en el que compañeros de colegio se burlaban de las niñas argentinas, en principio, por su origen, idioma y acento. Pero luego, en particular con Alana, por su pretendido cambio de género.

El propio alcalde Sallent, Oriol Ribalta, fue de los primeros en abrir la posibilidad de un comportamiento inadecuado puertas adentro de las aulas que haya impactado sobre estas niñas argentinas. Fue también uno de los pocos de la comunidad catalana que pudo participar del velatorio de Alana.

Como se informó en últimas horas, los padres de las gemelas aseguraron a los investigadores que desconocían la crisis particular y de género de la hija que falleció. El primer dato concreto lo habrían tenido tras el trágico desenlace, por la nota que ella dejó en su cuarto para fundamentar la decisión que tomaba.

Por lo pronto, según se pudo confirmar, han recurrido a asesoramiento jurídico para seguir de cerca la evolución de esta investigación que se realiza con participación de la justicia y efectivos de Mossos d’Esquadra, la fuerza de seguridad catalana.

A la causa se incorporaron ambas cartas que dejaron las niñas, cada una con un mensaje particular sobre los motivos por los cuales llegaron a esta determinación que finalizó con una de ellas muerta y la otra aún muy grave.

Homenaje por la muerte de la niña argentina de 12 años frente al edificio donde ocurrió la tragedia
Homenaje por la muerte de la niña argentina de 12 años frente al edificio donde ocurrió la tragedia - Créditos: @Captura

Los investigadores advirtieron desde un inicio que el abanico de hipótesis es bien amplio. Entre las medidas de prueba también dispusieron el secuestro del celular de Lucas, papá de las nenas, que era quien estaba aquel día en el departamento con ellas cuando saltaron del balcón.

Pero por otro lado, y en función de nuevos testimonios, han puesto la mira en el Institut Públic Llobregat de Sallent para determinar si hubo fallas en la prevención y control de medidas de bullying escolar, para la cual existen protocolos específicos.

Según cita el periódico español La Vanguardia, una compañera de colegio –Aitana, que habló con autorización de sus padres- confirmó que ambas hermanas eran víctimas de ataque y burlas dentro del aula “desde el primer día”. “Alana no se callaba, les plantaba cara, se defendía y al final siempre la acababan castigando a ella”, dijo.

Incluso mencionó que ambas gemelas habían iniciado clases en cursos separados, pero debido al hostigamiento individual que sufrían se las había unido en una misma aula a efectos de ayudar a que se protejan.

A nivel local, y de ahí el malestar de los padres de las nenas, se había instalado que lo ocurrido podía ser consecuencia de problemas económicos y de convivencia que tendría la pareja. En ese sentido, el propio Ribalta había remarcado que las menores recibían asistencia psicológica desde el ámbito educativo y estaban “en el radar de los servicios sociales”.