Eurocopa 2024: llega la hora de las definiciones, con mucha paridad... y los penales en el horizonte
La estadística, se sabe, es la más inexacta de las ciencias. No sólo porque siempre está expuesta a romperse, sino porque es engañosa (una enfermedad puede afectar a un 2% de la población, pero para quien le toca es el 100 por ciento), y hasta mentirosa, capaz de indicar que dos personas comieron media pizza cada una cuando en realidad una de ellas ni siquiera la probó y la otra fue su único comensal. Pero ahora que la Eurocopa 2024 se apresta a iniciar su etapa decisiva, no viene mal echarles un vistazo a los números.
Una mirada a lo sucedido en las últimas dos fechas de la fase de grupos, cuando las matemáticas comenzaron a dictar tácticas y posturas, da indicios de una paridad que incluso a los favoritos y poderosos les está costando mucho romper. En esos 24 partidos disputados se repartieron los puntos en 13 ocasiones (el 54,16%), y si sólo se mira la fecha de cierre, la proporción aumenta a un 58,33%, producto de 7 empates en 12 encuentros. Sólo la jornada de estreno alteró la norma, con una única igualdad (el 1-1 entre Dinamarca y Eslovenia), que ayudó a disminuir el índice general hasta un 38,88%. De prolongarse esta tendencia, las definiciones por penales pueden estar a la orden del día.
Un análisis de lo sucedido en todos esos choques -y también en otros que acabaron con resultados ajustados- muestra que el cuidado defensivo tiende a superar con creces la inventiva y el talento de los que atacan, sin que importen demasiado los nombres de las individualidades ni el currículum de las selecciones. El 5-1 inaugural de Alemania a Escocia no fue más que un espejismo, apenas copiado por los 3-0 de España sobre Croacia y de Rumania sobre Ucrania en aquella fecha inicial. De ahí en más, todo fue demasiado parejo.
Ni Francia, ni Inglaterra, ni Portugal (tampoco Alemania en sus últimas dos presentaciones) mostraron superioridades manifiestas sobre oponentes en teoría más débiles, y hasta los españoles, unánimemente elegidos como exponentes del mejor fútbol visto hasta la fecha, resolvieron con mínimos 1 a 0 sus compromisos ante Italia y Albania. Daneses y eslovenos fueron todavía más lejos, pasando de ronda sin ganar: sumaron 3 empates en sus 3 encuentros.
¿Qué puede ocurrir de aquí en adelante? Acertar pronósticos en el fútbol es tan arriesgado como inútil, pero por ejemplo, los choques entre Suiza e Italia y Alemania y Dinamarca tienen detrás una historia de paridad en lo que llevamos de siglo XXI. Los anfitriones empataron 3 de los 6 partidos disputados frente a sus vecinos del norte desde el año 2000; mientras que los rivales separados por los Alpes hicieron tablas en 5 de las 7 veces que se vieron las caras a partir de 2003.
Por otro lado, resulta fácil predecir que Eslovaquia, Eslovenia y Rumania tendrán como prioridad la protección de su arco frente a ingleses, portugueses y neerlandeses, equipos que ya tuvieron serias dificultades para generar jugadas de gol ante defensas cerradas (el conjunto que dirige Gareth Southgate se lleva las palmas en este aspecto). Y aunque Austria goleó 6-1 a Turquía en un amistoso en marzo pasado, el colosal apoyo de la comunidad otomana en Alemania podría emparejar la situación.
Las dos eliminatorias restantes merecen una mirada aparte. Francia venció a Bélgica en las últimas dos ocasiones que se cruzaron: semifinales del Mundial 2018 y de la Liga de Naciones 2021. Desde entonces, los galos han sabido mantenerse, con mayor o menor brillo, en la élite; mientras los diablos rojos están inmersos en una crisis de juego y figuras. El favoritismo de los subcampeones del mundo pinta claro.
Lo mismo podría decirse de España con relación a Georgia. Por potencial, historia y actualidad, el resultado parecería ya puesto. Más aún si se recuerda el 7-1 que los peninsulares le infligieron a los caucásicos en septiembre del año pasado. Pero no hay dos partidos iguales, Georgia viene de dar un golpe gigantesco venciendo a Portugal, y cuenta con un crack, Khvicha Kvaratskhelia, en ataque; y con Giorgi Mamardashvili, considerado el mejor arquero de la Copa.
Justamente, si los penales se transforman en vía reiterada para resolver quién sigue adelante y quién vuelve a su casa, los ojos se posarán como siempre en los que se ponen bajo los tres palos. En ese sentido, el meta georgiano del Valencia lleva en su corta carrera (debutó en Primera en 2019) una eficacia del 21,73% cuando lo prueban desde los 12 pasos. Esta temporada reparte su suerte por mitades: atajó 3 y le convirtieron otros 3. Pero enfrente tendría a Unai Simón, que si bien en el total ostenta peores cifras (un 17,24%), en este curso ha convertido la detención de penales en una especialidad. Le patearon 5 en partidos oficiales y detuvo 4, el último al croata Bruno Petkovic, en este mismo torneo.
De los 16 arqueros que actuarán en los partidos de octavos, el belga Koen Casteels es quien presenta el mejor récord en penales: 14 atajados en 49 duelos con los rematadores (28,57%), aunque en su contra cabe aclarar que no rechaza ninguno desde agosto de 2022. Le sigue el italiano Gian-Luigi Donnarumma, 13 goles de penal evitados en 51 intentos (25,49%) y Luka Modric como “víctima” más reciente. Ambos superan a sus adversarios en esta ronda, el francés Mike Maignan (21,15%) y el suizo Yann Sommer (17,39%), respectivamente.
En el otro extremo de la tabla se ubica el inglés Jordan Pickford a quien le patearon 52 penales desde que inició su carrera y apenas celebró 6 veces, la última en mayo de 2023. Tampoco el eslovaco Martin Dubravka, que sería su rival en un eventual desempate, destaca en este aspecto: le marcaron 31 y atajó 6. Eso sí, el más reciente fue a Mohammed Salah.
Manuel Neuer y Kasper Schmeichel, dos arqueros de largas trayectorias, llegarían parejos si alemanes y daneses no se sacan ventaja durante los 120 minutos de juego. El germano presenta una foja de servicios con un 23,07% de eficacia, y el nórdico, otra semejante, con un 22,42%. También prometen ser equivalentes los duelos entre el esloveno Jan Oblak, más experimentado que el portugués Diogo Costa; y entre el austríaco Patrick Pentz y el turco Mert Günok, en ambos casos con leves diferencias a favor de los primeros.
Más dispar sería la situación entre el rumano Florin Nita, 12 atajadas en 55 penales, y el juvenil Bart Verbruggen. El neerlandés es el guardavallas más joven de la Euro (21 años) y sólo registra un penal detenido, en noviembre de 2022 cuando militaba en la segunda división de Bélgica.
Los pronósticos prometen partidos cerrados, resultados apretados y emoción hasta el final. ¿Penales incluidos? Eso está por verse. Ya se sabe que hay pocas cosas más frágiles que las estadísticas.