Eurocopa 2024: Bélgica no encuentra el juego e hizo festejar a Rumania y Eslovaquia

Rumania terminó ganando la zona E de la Eurocopa con un 1-1 frente a Eslovaquia que incluyó un pacto tácito de no agresión en la última media hora.
Rumania terminó ganando la zona E de la Eurocopa con un 1-1 frente a Eslovaquia que incluyó un pacto tácito de no agresión en la última media hora. - Créditos: @Arne Dedert

El fútbol, o mejor dicho, los complejos reglamentos que son pergeñados en los despachos, pueden dar lugar a situaciones difíciles de imaginar. Por ejemplo, que los resultados de un par de partidos emparentados entre sí motiven que en un estadio dos hinchadas monten una improvisada fiesta general y al mismo tiempo en otro escenario nadie se vaya del todo contento, incluso aunque sólo la mitad de los presentes tenga causas concretas para la amargura.

Sucedió en la jornada de cierre del grupo E de la Eurocopa. En Fráncfort, rumanos y eslovacos celebraron con locura el 1 a 1 con el que alcanzaron los octavos de final; en Stuttgart, los ucranianos lloraron su eliminación mientras los belgas se marchaban discutiendo entre sí, buscando las razones de su mal juego, aunque el 0 a 0 les haya bastado para pasar de rueda.

Por primera vez en la historia de la competición, la etapa inicial conoció una cuádruple igualdad en 4 puntos en una zona. La rareza se resolvió por diferencia de goles, y de ese modo Rumania quedó como líder, Bélgica resultó segunda y Eslovaquia fue tercera. En el Mundial de 1994 en Estados Unidos –el antecedente más cercano– también ese ítem mostró un empate múltiple y se debió recurrir a los goles en favor para determinar la ubicación de cada equipo: en esa ocasión siguieron adelante México, Italia (que sería subcampeón) e Irlanda, y Noruega debió regresar a su casa.

Tal como ocurrió el martes en el grupo que ganaron los ingleses, el miedo a perder, el nerviosismo y las orejas puestas en lo que ocurría en el partido que se desarrollaba en paralelo conspiraron contra el buen juego.

Bélgica se clasificó en el segundo lugar, fue silbada por sus propios hinchas y se cruzará con Francia en un octavo de final, el lunes en Düsseldorf.
Bélgica se clasificó en el segundo lugar, fue silbada por sus propios hinchas y se cruzará con Francia en un octavo de final, el lunes en Düsseldorf. - Créditos: @Marijan Murat

Quizás haya sido la razón para que Bélgica se pareciera mucho más a la que naufragó en el debut frente a Eslovaquia (0-1) que a la que mostró signos de recuperación ante Rumania. A los Diablos Rojos del país flamenco les ocurre en estos tiempos algo semejante a lo que padecen los croatas: viven los últimos actos de una generación cuyos mejores días ya han pasado.

Sin Thibaut Courtois en el arco, Thomas Vermaelen y Axel Witsel en labores defensivas y el toque distintivo de Eden Hazard en ataque, poco y nada queda del equipo que deslumbró y sin dudas mereció mejor suerte en Rusia 2018. Hoy, su destino depende casi con exclusividad de lo que invente el excepcional Kevin De Bruyne (algo así como lo que ocurrió durante tantos años con Lionel Messi en Argentina), quien pese a su búsqueda y sus gritos no encuentra interlocutores válidos que interpreten su juego. Romelu Lukaku, el otro gran superviviente de aquella etapa triunfal, mantiene la vocación, el afán y la potencia, pero así como ni siquiera en sus mejores épocas se caracterizó por su eficacia, ahora tampoco suele sintonizar con lo que piden los partidos.

A tono con los rumanos y en contraste con los belgas, Eslovaquia celebró con euforia; jugará contra Inglaterra en pos de pasar a los cuartos de final.
A tono con los rumanos y en contraste con los belgas, Eslovaquia celebró con euforia; jugará contra Inglaterra en pos de pasar a los cuartos de final. - Créditos: @ANGELOS TZORTZINIS

El fornido delantero de Inter falló su gol de cada día a los 6 minutos –jugadón de De Bruyne y remate mordido y manso a las manos del arquero Anatolii Trubin– y después se ubicó de contramano en todos los centros que cayeron en el área ucraniana: no volvió a tener otra, ni parecida.

Anulado su principal delantero, enredado Jérémy Doku en gambetas infinitas sin finales concretos, y sin mayores noticias de Leandro Trossard ni de Youri Tielemans, los belgas carecieron de herramientas para desacomodar a la defensa de cinco hombres que plantó Sergei Rebrov en Ucrania, y el partido se convirtió en una moneda al aire. Carente de control y de ritmo en el juego, e incierto en el resultado.

Compacto de Bélgica 0 vs. Ucrania 0

La tarde pudo vestirse de amarillo en ocasiones claras perdidas por Roman Yaremchuk en el primer tiempo y Artem Dovbyk en el segundo (el máximo goleador de la liga española se marchó de Alemania sin ningún festejo propio). Aunque ninguna mejor que la creada por el zurdo Ruslan Malinovsky, que a ocho minutos del cierre ejecutó un córner desde la derecha y por abajo aprovechando que nadie custodiaba el primer palo. Koen Casteels, el arquero belga, rechazó justo cuando la pelota ya estaba atravesando la línea de gol. Del otro lado, Yannick Carrasco e Johan Bakayoko tuvieron sus chances, cuando al final Ucrania ya quemaba las naves en ataque.

Pero no pasó nada. Lloró el 0-0 la nación del este europeo, y no le dio ni para el aplauso a Bélgica, que tendrá que mejorar demasiado para superar a Francia en la siguiente etapa del certamen.

Radu Dragusin, una de las figuras de Rumania, que en la próxima etapa será rival de un peso pesado: Países Bajos.
Radu Dragusin, una de las figuras de Rumania, que en la próxima etapa será rival de un peso pesado: Países Bajos. - Créditos: @Themba Hadebe

El otro duelo tuvo menos misterio. Cualquier empate clasificaba a rumanos y eslovacos, y el encuentro mantuvo el interés sólo en los 45 minutos iniciales. Con dominio repartido, se adelantó Eslovaquia a los 23, cuando mejor jugaba, con un espléndido cabezazo de Ondrej Duda, pero puso el 1 a 1 Razvan Marin a los 36, merced a un penal por una falta cometida contra Ianis Hagi (el hijo de Gica Hagi) que en principio se había sancionado fuera del área, y que el VAR empujó adentro.

Síntesis de Rumania 1 vs. Eslovaquia 1

La segunda mitad siguió el guión previsible: algunas insinuaciones al comienzo y la ejecución de un pacto tácito de no agresión a partir de los 20 minutos. Para que ambas hinchadas bailaran bajo la lluvia el pase a octavos y el fútbol escenificara otra de esas cautivantes rarezas que lo hacen único.