Estudiante de Madera crece trabajando en el campo y eso la lleva a estudiar medicina

Ver a sus padres trabajar en los campos agrícolas fue lo que hizo que Elizabeth Gonzales-Cortes se interesara por la medicina.

Corría a ver a sus padres, ambos inmigrantes del estado mexicano de Oaxaca, cuando llegaban a casa del trabajo con el cuerpo y la cabeza doloridos por el calor.

“Me sentía culpable de que trabajaran tan duro y en tan malas condiciones”, dice Gonzales-Cortes. “Realmente quería estar ahí para ellos”.

A veces ella misma trabajaba junto a ellos, y también ayudaba a cuidar de sus seis hermanos pequeños en casa. A pesar de la carga de trabajo, sobresalió en la escuela y prestó servicios a su comunidad.

Gonzales-Cortés, de 18 años, se graduará este año en Madera South High School. Se ha comprometido a asistir a UC Irvine en otoño, donde quiere estudiar biología. Su decisión de asistir a la UC Irvine se produjo después de un período de incertidumbre acerca de la ayuda financiera debido a las barreras que enfrentan al solicitarla los estudiantes con padres sin números de Seguro Social.

“Estamos muy orgullosos de ella por darlo todo”, dijo su padre, Manuel Ruiz Cruz, en español. “Muchas veces llega tarde a casa y se duerme tarde por hacer las tareas. Estamos muy contentos de que esté cumpliendo sus sueños”.

Gonzales-Cortes se graduará de la preparatoria como auxiliar de enfermería diplomada y piensa trabajar como tal para pagarse los estudios universitarios. Su meta es convertirse en oftalmóloga, o especialista en el cuidado de los ojos.

“Muchas personas no se dan cuenta de que nuestros ojos son muy importantes”, dijo Gonzales-Cortes. “Quiero abogar por mi gente porque, a menudo, los anteojos son caros. Sé por experiencia que no todo el mundo puede pagarse unos anteojos”.

No será la primera vez que Gonzales-Cortes abogue por su comunidad. Participó en la Coalición Juvenil de Estudiantes contra el Tabaco del Condado de Madera y en Cal-HOSA, siglas de Health Occupation Students of America.

Como voluntaria, ha servido comidas a las personas sin hogar de Madera y ha ayudado a organizar donaciones de zapatos para los niños de la ciudad con el Club Leo de Madera, que recauda dinero para comprar ropa infantil.

“Empaqueté los zapatos que iba a dar a mis hermanos”, dijo Gonzales-Cortes. “No lo supe hasta que mis hermanos llegaron a casa, y vinieron tan contentos con la bolsa de zapatos. Eso realmente me emocionó”.

Salir de su zona de confort ha sido un reto a veces, pero Gonzales-Cortes se ha inspirado en sus hermanos, de quienes dijo que siempre hablan de la injusticia cuando la ven.

Gonzales-Cortes creció dándoles de comer y cambiándoles los pañales para ayudar a sus padres. Ahora intenta animarles a que salgan de su zona de confort y vayan también a la universidad.

Dice que sus padres le han enseñado el valor de la perseverancia llueva o haga sol.

“Siempre vuelven a casa con una sonrisa aunque estén agotados, aunque tengan la ropa sucia y las manos verdes de recoger tomates”, dice Gonzales-Cortes. “Eso me ha enseñado que, aunque la vida sea dura y suponga un reto, hay que seguir adelante porque, al fin y al cabo, estás manteniendo a tus seres queridos”.

Ojo: En el Condado de Madera, el 17.2% de todos los residentes tienen un título universitario, según el Censo de Estados Unidos.