La estrella francesa de la UFC se lo juega todo contra el Oso Polar a la sombra de la Torre Eiffel en París

Cuando Ciryl Gane irrumpió en la escena de la UFC parecía que la frase campeón mundial le cuadraba mejor que a muchos en la división pesada. Dos intentos fallidos de coronarse después, ya no se ve tan claro que el francés pueda tocar el cielo de las artes marciales mixtas.

El “Bon Gamin’’ regresa este sábado como protagonista del evento UFC París para enfrentar a Sergey Spivak como quien va en busca de un renacimiento, porque lo último que hemos visto de él en el octágono ha dejado mucho que desear y por las misma razones.

No cabe duda de que Gane es uno de los mejores strikes de la promoción y que con su juego de manos y piernas, sus movimientos constantes y sus combinaciones inteligentes y con gran sentido de la oportunidad, puede abrumar a cualquiera si logra mantener la pelea de pie.

El tema es que este gigante cada vez que lo llevan al suelo ha demostrado no tener las herramientas suficientes para aguantar los embates, levantarse y sobrevivir, pero ahora debe demostrar que algo habrá aprendido de sus dos fracasos contra el entonces campeón Francis Nganno y el actual rey de la división Jon Jones.

Una cosa es ceder ante Jones, a quien se le reconocen sus tremendas dotes de luchador en el peso -no por gusto muchos le consideran el mejor artista marcial de todos los tiempos-, y otra ante un Ngannou poderoso y brutal, pero que no sobresalía por su capacidad de producir takedowns y dominio en el piso.

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Lo cierto es que de una pelea a otra, Gane no reveló en ningún momento que hubiera aprendido a superar esos agujeros y, especialmente en la pelea con Jones al ser superado en tres minutos del primer round, su imagen como futuro aspirante al título quedó averiada.

Sobre el papel, Spivak no está a la altura del talento del francés, pero el moldavo dista mucho de ser una figura mediocre y sin posibilidades. De hecho, vive un excelente momento en la UFC y ha superado las expectativas que existían sobre sus posibilidades. Prueba de ello es el hecho mismo de ser protagonista de un evento tan importante como este.

Se pudiera decir que Spivak no está ni de lejos en la misma liga de lucha que Jones, pero sí es comparable a la de Ngannou como bien lo demostró al someter a Derrick Lewis y no habría que ser un catedrático para advertir que vendrá a probar si Gane mantiene las mismas dificultades del pasado en relación con el piso.

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Si Gane mantiene la pelea en sus pies y logra utilizar su velocidad de manos y piernas en el plano de la distancia, es muy probable que se lleve la victoria por nocaut, pues Spivak ya ha sido noqueado en el pasado, como lo ejemplifican sus fracasos por la vía rápida ante Walt Harris y Tom Aspinall.

Pero si el moldavo encuentra la manera de derribar a Gane y dominar la posición pudiera producir una finalización temprana ya sea por algún tipo de llave o por el ground and pound que colocaría al francés en una situación comprometida.

Nuevamente, sobre el papel Gane es el favorito, pero aquí existen los ingredientes para que la aficion parisina se vaya a su casa con la visión de una derrota de su favorito y un triunfo del llamado “Oso Polar’‘ a la sombra de la Torre Eiffel.