Este sencillo modelo muestra la importancia de las mascarillas y el distanciamiento social.
Este resumen de investigación es una breve reseña de un trabajo académico interesante.
Con la llegada de un brote de enfermedades infecciosas, los epidemiólogos y funcionarios de salud pública intentan pronosticar lo más rápido posible el número de muertes e infecciones utilizando modelos informáticos complejos. Pero con un virus nuevo como el que causa la COVID-19, esas estimaciones se complican por la escasez de información fiable sobre los síntomas, el contagio y los grupos de riesgo.
Mi equipo del Centro Goldenson para la Investigación Actuarial ha desarrollado un modelo informático gratuito y fácil de usar que tiene un objetivo diferente: demuestra cómo las infecciones y las muertes progresan día a día durante un período de tres meses, dependiendo de cómo se comporten las personas en respuesta al brote. Este modelo permite que el público ingrese datos que muestran cómo los cambios en las medidas de seguridad en sus comunidades, incluidas las mascarillas y el distanciamiento social, pueden afectar significativamente la propagación de este virus y su tasa de mortalidad.
El modelo COVID-19 del Centro Goldensonutiliza una población hipotética de 1 000 personas y calcula los resultados utilizando tres tipos de información: el número inicial de infecciones, el distanciamiento social y las medidas de protección personal, como usar mascarillas, lavarse las manos con frecuencia y permanecer en cuarentena si se padecen síntomas de COVID-19. Luego el modelo utiliza esa información inicial para proyectar a diario las infecciones y muertes acumuladas durante un período de tres meses. No se basa en datos de enfermedades reales y está diseñado para demostrar los efectos de las medidas de seguridad, en vez de hacer predicciones específicas.
¿Por qué es importante?
Cuando las personas insertan diferentes suposiciones pueden ver cómo las acciones de cada miembro de su comunidad cambian el curso de esta pandemia y cómo unos protocolos deficientes pueden provocar una propagación exponencial del virus.
Por ejemplo, supongamos que 100 personas están infectadas de una población de 1 000, pero solo una persona de cada 10 usa mascarilla, mantiene la distancia adecuada y se pone en cuarentena si es necesario. El modelo muestra que 30 días después, el virus habría matado a 156 personas. Al cabo de tres meses el número de fallecidos alcanzaría los 460, con 510 infectados.
Sin embargo, nuestro modelo muestra que, si la mitad de la población practica protocolos seguros, después de 90 días las infecciones caen a 293 y las muertes disminuyen de manera aún más drástica, a 149, aproximadamente un tercio de las vidas perdidas con medidas más flexibles.
La conclusión principal es que las medidas de seguridad que están bajo nuestro control tienen un impacto significativo, e ignorar esos protocolos puede tener consecuencias nefastas.
Si un estado abre y mantiene las medidas de seguridad durante al menos tres meses, el virus estará contenido y quizá se pueda eliminar. Al contrario, si un estado abre demasiado pronto y sus residentes ignoran los protocolos de seguridad, podría producirse un aumento exponencial de las muertes por COVID-19 en cuestión de meses. Es importante que el público se dé cuenta de que la propagación del virus solo depende del comportamiento personal.
¿Qué es lo siguiente?
Nuestro modelo demuestra que hay que seguir haciendo hincapié en mantener las medidas de seguridad necesarias según relajamos las reglas de confinamiento y las personas vuelven a trabajar. Practicar el distanciamiento social es un acto de sentido común, usar mascarillas en público y ponerse en cuarentena cuando sea necesario es un pequeño inconveniente por un tiempo limitado que servirá para contener la devastación de este virus y asegurará que nuestra economía se restablezca.
Este artículo fue publicado originalmente en Yahoo por The Conversation.