Estando 60 puntos por debajo, ¿podrá Maduro revertir su abismal caída en popularidad?

El líder opositor Edmundo González preserva una ventaja de 60 puntos porcentuales sobre el gobernante venezolano Nicolás Maduro, reveló esta semana una nueva encuesta que confirma el poco avance del régimen bolivariano en revertir su abismal caída en popularidad a dos semanas y media de las cruciales elecciones presidenciales.

El candidato de la oposición para las elecciones presidenciales en Venezuela, Edmundo González, sonríe mientras carga un bebé en un acto de campaña celebrado el 6 de mayo de 2024 en Caracas.
El candidato de la oposición para las elecciones presidenciales en Venezuela, Edmundo González, sonríe mientras carga un bebé en un acto de campaña celebrado el 6 de mayo de 2024 en Caracas.

La encuesta flash elaborada por la firma Megánalisis entre el 4 y el 7 de julio muestra que las preferencias a favor de González continúan sextuplicando los números de Maduro, cuya campaña parece estancada en la medida que el país se acerca a la votación del 28 de julio.

De haberse realizado elecciones libres y transparentes el pasado fin de semana, González hubiese derrotado a Maduro por un margen de 72% a 12%, arrojó la encuesta de Megánalisis, elaborada en base a un universo de 1,076 entrevistas realizadas en 23 estados y el Distrito Capital.

En una encuesta anterior de la firma realizada entre el 17 y el 22 de junio, González arrojaba una ventaja de 68% a 11%. Encuestas de otras firmas también le otorgan al dirigente opositor una clara ventaja sobre Maduro, por un margen que oscila entre los 30 y 50 puntos.

Maduro, quien se encuentra en campaña por distintos puntos del país, hasta el momento ha tenido poco éxito en contener el desmoronamiento de su popularidad, dijo Rubén Chirinos, presidente de Megánalisis.

“Se está produciendo un deslave dentro del chavismo, porque indiscutiblemente hay un deslave que puede verse no solamente cuando el número que Maduro está estancado en 11 puntos, sino también en el despliegue de presión y amedrentamiento para intimidar a la población”, dijo Chirinos.

El régimen apuesta a conseguir el voto de los electores amenazándoles con quitarle los beneficios sociales que reciben y ser víctimas de represalias si no votan por Maduro, en cambio que la campaña de la oposición está basada en la esperanza de generar un cambio.

Las tácticas de intimidación no parecen estar funcionandole a Maduro, dijo Chirinos.

“Lo que se logra ver es que sectores del chavismo también han perdido el miedo a esa presión, y no me extrañaría que hubiese un efecto de economía del voto que en últimos momentos termine por favorecer a Edmundo”, dijo.

Pese la inmensa ventaja de González es vista como virtualmente imposible de revertir en el tiempo que queda, muchos aún temen que el régimen termine declarándose ganador de los comicios en la noche del 28 de julio en vista del largo historial del régimen de fraude electoral.

En el 2019, Estados Unidos y otras 50 naciones acusaron al gobernante de usurpar la presidencia tras declarar que se había robado la elección presidencial del año anterior. Y en lo que atenta contra la transparencia de los actuales comicios, el régimen recientemente bloqueó la participación de un nutrido grupo de observadores que la Unión Europea estaba por enviar a Venezuela.

Foto de archivo del gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un mitin político, el 1 de mayo de 2023, en Caracas.
Foto de archivo del gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un mitin político, el 1 de mayo de 2023, en Caracas.

Maduro, quien se había comprometido a reformar el sistema electoral y a permitir que cualquier candidato de la oposición pudiese competir en las elecciones presidenciales de este año, ya había incumplido con su palabra al inhabilitar la candidatura de la dirigente María Corina Machado, quien había ganado las primarias de la oposición con más del 92% de los votos.

Posteriormente, el régimen bloqueó la candidatura de la profesora Corina Yaris, quien fue nombrada por Machado como su sustituta en la elección.

La candidatura de la oposición quedó finalmente en manos de González, un ex embajador que era muy respetado en círculos diplomáticos pero quien era un virtual desconocido en la política venezolana hasta que recibió el respaldo abierto de Machado y de los principales partidos políticos de la oposición.