Estados Unidos impone amplias sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania

FOTO DE ARCHIVO: Un residente local de pie junto a un cráter en un sitio de un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en Kiev

Por Daphne Psaledakis, Simon Lewis y Timothy Gardner

WASHINGTON, 12 dic (Reuters) - Estados Unidos impuso el martes sanciones a cientos de personas y entidades, entre ellas en China, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos, en un intento por evitar que Rusia evada las penalizaciones existentes y mientras apunta a sus futuras capacidades energéticas, sus bancos y su sector metalúrgico y minero.

Los departamentos del Tesoro y de Estado de Estados Unidos incluyeron a más de 250 personas y entidades en la última acción de Washington que intenta tomar medidas enérgicas contra Rusia y su evasión de las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados debido a la guerra en Ucrania.

"Seguiremos utilizando las herramientas a nuestra disposición para promover la rendición de cuentas por los crímenes de Rusia en Ucrania y por quienes financian y apoyan la maquinaria bélica rusa", dijo en un comunicado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

El Tesoro dijo que impuso sanciones a una red de cuatro entidades y nueve personas en China, Rusia, Hong Kong y Pakistán por la facilitación y adquisición de armas y tecnologías de fabricación china a Rusia.

La red pretendía eludir las sanciones estadounidenses y los controles chinos sobre la exportación de material militar.

También apuntaron a Turquía, Emiratos Árabes Unidos y empresas en China por el envío de tecnología, equipos e insumos, incluidos rodamientos de bolas o rodillos, piezas de aviones y sistemas de rayos X.

Entre las empresas en China que estaban en el punto de mira figuraban compañías comerciales de imágenes por satélite que, según el Departamento del Tesoro, proporcionaban imágenes de observación de alta resolución a la empresa mercenaria rusa Wagner.

El Departamento de Estado también apuntó a entidades chinas en una acción contra una red que, según dijo, estaba implicada en la adquisición de componentes microelectrónicos para el conglomerado estatal ruso Rostec, que a su vez está sometido a sanciones estadounidenses.

Rusia tacha de ilegales las sanciones occidentales y afirma que no impedirán el desarrollo de su economía.

ENERGÍA DEL FUTURO

Estados Unidos puso en el punto de mira a tres empresas que desarrollan la terminal de gas natural licuado (GNL) de Ust-Luga, una instalación en un puerto marítimo del Báltico, en el noroeste de Rusia, que será explotada por Gazprom y RusGazDobycha.

El complejo, aún por construir, forma parte de la estrategia de Gazprom de centrarse en el procesamiento y está llamado a convertirse en la mayor planta de procesamiento de gas de Rusia y una de las mayores del mundo en términos de volumen de producción.

Las sanciones se impusieron a las compañías rusas Limited Liability Company Northern Technologies, Joint Stock Company Kazan Compressor Machinery Plant y Limited Liability Company Gazprom Linde Engineering.

Washington pretende interferir en la futura producción de energía y la capacidad de exportación de combustible de Rusia. La medida se produjo poco más de un mes después de que Estados Unidos impuso sanciones a una entidad que desarrolla otro proyecto de GNL, Arctic-2 LNG en Siberia.

No quedó claro de inmediato cómo se verían afectadas las futuras exportaciones rusas de GNL.

El Departamento de Estado también apuntó al empresario ruso Vladislav Sviblov y a Highland Gold Mining Ltd, una empresa registrada en el Reino Unido de su propiedad y bajo su control que, según dijo, es el séptimo mayor productor de oro de Rusia, así como a otras compañías relacionadas con Sviblov tras las medidas que Reino Unido adoptó en noviembre.

El Departamento de Estado también ha puesto en el punto otras compañías navieras, buques comerciales, instituciones financieras y otras empresas relacionadas con el sistema bélico ruso.

(Reporte de Daphne Psaledakis, Simon Lewis, Timothy Gardner, Michael Martina, Susan Heavey y Doina Chiacu en Washington, Vladimir Soldatkin en Moscú y Alexander Marrow en Londres. Editado en español por Aida Peláez-Fernández)