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Estados Unidos autoriza por primera vez inversión en negocio privado en Cuba

En lo que parece ser una primera vez en más de seis décadas, Estados Unidos autorizó a una empresa estadounidense a financiar e invertir en un negocio privado en Cuba, una medida sin precedentes que pudiera abrir la puerta a la inversión estadounidense para ayudar a los cubanos de la isla a independizarse económicamente del estado.

El embargo de Estados Unidos a Cuba, vigente desde 1960, prohíbe la mayoría de las transacciones financieras en las que participen ciudadanos o entidades cubanas, a menos que entren dentro de una excepción o estén autorizadas por una licencia. Los responsables de la reciente iniciativa creen que es la primera vez que el gobierno estadounidense autoriza la financiación e inversión directa en una empresa privada cubana.

La decisión ocurrió la semana pasada, cuando el Departamento del Tesoro permitió a una empresa dirigida por John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, invertir y prestar dinero a una pequeña empresa privada del sector de los servicios en Cuba.

La cantidad que se proporcionará a la empresa cubana es inferior a $25,000, pero los detalles de la transacción son “tangenciales”, dijo Kavulich. Lo que importa, añadió, es que “ahora otros pueden tratar de beneficiarse del precedente establecido por la licencia”.

“Ahora hay una opción cuando hace días no la había”, dijo.

Sin embargo, la decisión de la administración de Biden solo tendría significado si el gobierno cubano permite que la inversión estadounidense llegue al emergente sector privado de Cuba, una noción que las autoridades cubanas han rechazado en el pasado. Y la inversión en Cuba sigue siendo arriesgada, porque las leyes cubanas ofrecen poca protección a la propiedad privada y a las empresas. El gobierno ha confiscado con frecuencia los activos de inversionistas locales y extranjeros, a veces por razones políticas.

La administración de Biden tardó 11 meses en aceptar la solicitud de licencia de Kavulich. La política de la administración hacia Cuba se ha mantenido prácticamente sin cambios desde la era de Trump, y los funcionarios de la Casa Blanca pausaron una prometida revisión de la política hacia Cuba para evaluar las consecuencias de las protestas generalizadas contra el gobierno en la isla en julio del año pasado.

Las tensiones entre Washington y La Habana aumentaron después de que el presidente Joe Biden impusiera sanciones a varias agencias de seguridad y funcionarios responsables de la represión que siguió, y las autoridades cubanas respondieron con acusaciones no probadas de que las protestas eran parte de una operación financiada por Estados Unidos.

Sin embargo, el actual éxodo de cubanos hacia las fronteras estadounidenses provocó conversaciones de alto nivel con Cuba en Washington a finales de abril, las primeras desde que Biden asumió el cargo. La licencia del Tesoro llegó días después.

“Que yo sepa, no hay ningún precedente, y no se ha autorizado ninguna inversión directa de capital en Cuba desde que la administración de Kennedy impuso un embargo comercial total”, dijo Bob Muse, abogado de Washington DC.que redactó el acuerdo de inversión contingente con el propietario de la pequeña empresa cubana y la solicitud de licencia.

“Es un paso significativo”, dijo Muse.

El Departamento del Tesoro declinó hacer declaraciones.

En los últimos años, el apoyo al pueblo cubano y a su emergente sector privado ha sido un objetivo explícito de la política estadounidense. Los cubanoamericanos han financiado durante mucho tiempo los pequeños negocios de familiares y amigos en Cuba a través de las remesas. Pero antes de que Kavulich obtuviera la licencia, no existía ningún mecanismo legal formal para hacerlo. Y con los canales de remesas oficiales cerrados, los emprendedores cubanos tienen dificultades para conseguir capital.

“A lo largo de las tres últimas administraciones ha habido consenso en que fomentar el crecimiento de un sector privado cubano independiente del control gubernamental debería ser un elemento clave de la política estadounidense hacia Cuba”, dijo Ric Herrero, director ejecutivo del Cuba Study Group, una organización cubanoamericana que aboga por el compromiso con Cuba.

“Ahora que las autoridades cubanas han dado por fin pasos hace tiempo esperados para legalizar la empresa del sector privado, deberíamos aprovechar la oportunidad inmediata de cultivar este sector e inculcarle los valores occidentales. De lo contrario, lo dejamos a merced de inversionistas globales fuera del alcance de los reguladores estadounidenses, que pueden no compartir los estándares de los estadounidenses y cubanos”.

Kavulich declinó identificar a la empresa cubana en cuestión porque la respuesta de las autoridades cubanas es incierta, pero cree que la licencia crea presión sobre el gobierno cubano para “igualar” lo que Estados Unidos ya ha permitido.

Mientras la pandemia del COVID-19 golpea a la economía cubana, varios funcionarios cubanos han asegurado públicamente que el país acoge la inversión extranjera. Pero en el pasado, las autoridades se han cerrado a las propuestas de empresas estadounidenses y de exiliados cubanoamericanos. Aunque el aumento de la agitación política y las malas perspectivas económicas han obligado a las autoridades a suavizar las restricciones al sector privado, siguen existiendo varias, y la desconfianza hacia todo lo estadounidense está muy arraigada en el gobierno cubano.

Los cambios introducidos el año pasado en las leyes y reglamentos cubanos otorgaron a las pequeñas y medianas empresas privadas un estatus legal como sociedades de responsabilidad limitada, o LLC, pero el nuevo marco legal es vago y da un amplio margen al gobierno para regular aún más el sector privado.

La ley del sector privado dice que las empresas recién creadas pueden buscar cualquier financiación “legal”, pero no especifica qué califica. El gobierno cubano considera la inversión extranjera como una cuestión separada de la legislación sobre el sector privado y suele tratar las solicitudes de inversión extranjera a través del Ministerio de Comercio e Inversión Extranjera.

Muse dijo que no ve porqué el gobierno cubano no permitiría la inversión en el sector privado. “El propio gobierno ha dicho que el sector privado es parte de su economía y para ello, las empresas privadas necesitan capital. Todos se benefician”.

Kavulich también espera que la administración Biden adopte más medidas para facilitar las relaciones bancarias normales entre los dos países.

Pero es probable que cualquier flexibilización de las sanciones por parte de la administración de Biden también reciba el rechazo de los exiliados y de activistas cubanos en la isla, que creen que la actual represión de la disidencia por parte del gobierno cubano, y el deterioro de la situación de los derechos humanos en la isla, deberían enfrentar un mayor aislamiento.

Saily González, una emprendedora cubana que tuvo que cerrar su negocio de alojamiento y desayuno debido a su oposición al gobierno, dijo que la inversión estadounidense probablemente beneficiaría a los propietarios privados con conexiones con el gobierno, que son capaces de prosperar a pesar de las limitaciones del sector privado.

“El Partido Comunista de Cuba, la máxima autoridad, nunca permitirá que un local sin lealtad probada al régimen tenga acceso a una inyección de capital estadounidense”, dijo en Twitter. “Y la administración de Biden y Harris debería prestar atención a este asunto”.

Kavulich dijo que se enteró de la pequeña empresa privada en Cuba a la que está tratando de ayudar a través de Facebook y se puso en contacto por correo electrónico. Dijo que la persona no es miembro del gobierno o de las fuerzas militares y que otros estadounidenses que quieran invertir en la isla también tendrían que hacer la debida diligencia con respecto a las personas y entidades involucradas.

Otros emprendedores cubanos creen que la oportunidad de buscar financiación en el extranjero pudiera cambiarles la vida.

“Durante décadas, el sector privado en Cuba ha estado severamente limitado tanto por las políticas nacionales como por el embargo de Estados Unidos”, dijo Camilo Condis, un emprendedor cubano que dirige un pequeño negocio de iluminación en La Habana y presenta el podcast El Enjambre sobre la vida cotidiana en Cuba.

“Ahora, este tipo de licencia abriría oportunidades para los emprendedores cubanos. Veremos si el gobierno cubano permite la inversión extranjera directa en el sector privado o sigue limitando su desarrollo.

“La pelota está en la cancha del gobierno cubano”, dijo. “Lo sabremos pronto”.