Elecciones españolas no dejan un claro vencedor y se avecinan negociaciones de coalición

Por David Latona y Belén Carreño

MADRID, 23 jul (Reuters) -Las elecciones españolas del domingo no se saldaron con un claro vencedor, ya que la derecha no cumplió los pronósticos de una victoria lo suficientemente amplia como para apartar del poder al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Los dos principales partidos intentarán negociar acuerdos de coalición en busca de una mayoría para gobernar, pero los analistas advierten de que el proceso podría acabar en un parlamento dividido y en una nueva convocatoria electoral.

Con el 100% de los votos escrutados a las 1.30 de la madrugada del lunes (2330 GMT), el opositor Partido Popular (PP), de centroderecha, tenía 136 escaños, por 122 del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Ambos estaban por debajo de los 176 escaños necesarios para gobernar en solitario. Sin embargo, los socialistas obtuvieron mejores resultados de lo previsto, mientras que el PP no logró la mayoría clara prevista, lo que inyectó dramatismo al recuento de votos.

Las dos formaciones con mayor potencial para respaldar a un ganador quedaron casi empatadas, con 33 diputados para Vox, de extrema derecha, y 31 para Sumar, de extrema izquierda.

El resultado significó que Sánchez pasó de probable presidente saliente a posible aspirante a formar otro gobierno. Además, prácticamente torpedeó la posibilidad de que un partido de extrema derecha formara parte de otro gobierno europeo, como habían previsto los encuestadores con una coalición PP-Vox.

La consultora Teneo situó las posibilidades de Sánchez de formar una coalición muy por encima de las del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con un 45% de probabilidades de que pueda negociar un pacto con el partido de extrema izquierda Sumar y otras formaciones más pequeñas. No obstante, asignaba el mismo porcentaje de probabilidad a que sean necesarias unas nuevas elecciones.

La falta de un resultado claro ensombrece la actual presidencia española del Consejo de la Unión Europea y amenaza con inquietar a los mercados.

A última hora del domingo, Sánchez se dirigió a sus seguidores en la sede del PSOE y dijo que el "bloque involucionista de retroceso que planteaba una derogación total de avances ha fracasado".

En un discurso más contenido en la sede del PP, Feijóo insistió en que su partido ganó y tratará de evitar la incertidumbre hablando con todos los partidos dispuestos a formar gobierno.

El rey Felipe VI invitará ahora a Feijóo a intentar formar gobierno. En una situación similar en 2015, el entonces líder del PP, Mariano Rajoy, declinó la invitación alegando que no podía reunir los apoyos necesarios.

Si Feijóo declina, el rey podría dirigirse a Sánchez con la misma petición. La ley no fija un plazo para el proceso, pero si ningún candidato obtiene la mayoría en los dos meses siguientes a la primera votación para la presidencia del Gobierno, deberán celebrarse nuevas elecciones.

Sánchez convocó elecciones anticipadas por sorpresa, después de que la izquierda sufriera un duro revés en los comicios locales y regionales de mayo.

La votación coincidió con las vacaciones de verano de muchos españoles y uno de los meses más calurosos en la soleada nación. Algunos votantes se presentaron en bañador y utilizaron las papeletas como abanicos, mientras los colegios electorales instalaban aire acondicionado o trasladaban las mesas de sufragio al exterior.

La participación subió, con un 70,40%, frente al 66,23% de las últimas elecciones de 2019.

Los sondeos de las semanas previas a la votación -e incluso los que se dieron a conocer cuando se cerraron los colegios electorales- vaticinaban una mayoría operativa para el PP de Feijóo y Vox.

"ESTO NO PINTA BIEN"

A medida que se iban conociendo los resultados, el ambiente de júbilo en el exterior de la sede del PP, en la céntrica calle Génova de Madrid, se fue tornando en ansiedad, ya que la distancia con el PSOE se mostraba obstinadamente escasa.

Cada escaño obtenido por el PP era celebrado ruidosamente por la multitud de simpatizantes. No obstante, uno de ellos admitió a medida que avanzaba la noche: "Esto no pinta bien".

Por su parte, en otro extremo de la ciudad, en la sede del PSOE algunos altos cargos sonreían. Un simpatizante dijo con alegría: "Estábamos muertos, pero ahora estamos vivos".

Feijóo podría intentar convencer a los partidos más pequeños para que respalden una coalición PP-Vox. Sin embargo, muchos parecen reacios a apoyar el ascenso de un partido de extrema derecha al poder por primera vez desde el fin las cuatro décadas de dictadura de Francisco Franco, fallecido en 1975.

Sánchez tiene más opciones para negociar, pero aún puede tener dificultades para reunir una mayoría, ya que sus posibles aliados buscan concesiones a cambio de su apoyo.

En el escenario actual, el PSOE dependería en gran medida de los partidos independentistas catalanes Junts y ERC o de los separatistas vascos de EH Bildu. Junts dijo recientemente que buscaría una nueva votación sobre la independencia de Cataluña a cambio de su apoyo a una coalición, mientras que el expresidente catalán Carles Puigdemont, de Junts, aseguró que no apoyaría ni a Sánchez ni a Feijóo.

(Reporte de Pietro Lombardi, Corina Pons, Belen Carreno, David Latona y Emma Pinedo; reporte adicional de Jesus Aguado y Joan Faus; escrito por Charlie Devereux y Aislinn Laing; gráficos de Andrei Khalip; editado en español por Benjamín Mejías Valencia y Carlos Serrano)