Escasez de médicos, salarios bajos y horas extra avivan la crisis en los hospitales europeos
Los hospitales de toda Europa parecen estar bajo mínimos. Ya sea en Francia, Eslovenia o Suecia, los hospitales se enfrentan a una escasez de personal, salarios más bajos y un aumento de las horas extra, lo que provoca huelgas en todo el sector sanitario que, inevitablemente, repercuten en la atención al paciente.
En Suecia, el personal sanitario ha hecho huelga en 2024 por primera vez en 16 años. Durante 78 días consecutivos, protestaron contra las largas jornadas laborales y los bajos salarios.
Es menos habitual ver huelgas en los países nórdicos que en otras partes de Europa pero, tras cuatro meses de negociaciones del convenio colectivo, la Asociación Sueca de Profesionales de la Salud se vio obligada a ir a la huelga del 11 de abril al 28 de junio.
"Nos encontramos en un callejón sin salida en las negociaciones", dijo Sineva Ribeiro, presidenta de la Asociación Sueca de Profesionales de la Salud, un sindicato con 114.000 afiliados que representa a enfermeros, matronas, científicas biomédicas y técnicos de rayos. "Teníamos que ir a la huelga. Teníamos que entrar en conflicto".
El sindicato también prohibió las horas extra. "En 2023, [los miembros de la asociación] hicieron tres millones de horas extraordinarias", dijo Ribeiro. "Así que sabíamos que faltaban enfermeros, matronas y técnicos de rayos".
Al final, la Asociación Sueca de Profesionales de la Salud consiguió que se redujera la jornada laboral del 10% de sus miembros -los que hacen turnos de noche-, un aumento salarial del 3,05% y un acuerdo para que los empresarios paguen las especializaciones de los enfermeros.
Por otra parte, se ha renunciado a reducir la jornada semanal del personal médico de 40 a 37 horas.
En términos más generales, el deterioro de las condiciones laborales es uno de los principales factores que obligan al personal sanitario a abandonar Suecia y trasladarse a los países vecinos.
"Tenemos a unos 20.000 enfermeros trabajando en Noruega porque pagan más y tienen menos horas a la semana", dijo Ribeiro.
Además, 13.000 enfermeros cualificados han abandonado la profesión, dejando un agujero negro de más de 60 millones de euros financiado por los contribuyentes, según un informe del Consejo Nacional Sueco de Competencia Sanitaria publicado en junio.
"Es mejor [en Suecia] quizá que en otros países de la UE", dijo Ribeiro. "Pero seguimos teniendo una gran carencia de enfermeros que puedan tratar la salud de la población. Y nunca sabemos cuándo puede llegar la próxima pandemia".
Una bomba de relojería
Pero la realidad es que existe un problema similar en toda la UE. Los hospitales públicos de los países del bloque se enfrentan a retos similares, como el envejecimiento de la población, que necesitará más asistencia sanitaria, y la dificultad para sustituir al personal sanitario que se jubila porque la profesión ya no es tan atractiva como antes.
"Hay un aumento de la demanda, básicamente, por cuatro factores principales: el envejecimiento de la población, el aumento de la multimorbilidad y las enfermedades crónicas, los retrasos acumulados durante la pandemia de COVID-19 en cuanto a lista de espera, y también por el aumento de las expectativas de los pacientes", explicó Tomás Zapata, asesor regional sobre Personal Sanitario y Prestación de Servicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Europa.
Según explicó a 'Euronews', los sectores sanitarios de los países europeos se enfrentan a una "crisis de personal", puesta de manifiesto por las huelgas de distintos tipos de profesionales sanitarios.
"Tenemos más médicos y enfermeros que nunca. En los últimos diez años, ha aumentado un 20% el número de médicos en toda la región y un 10% el de enfermeros. Sin embargo, la demanda crece a un ritmo más rápido. Eso significa que tenemos esta escasez, este desfase entre la demanda y la disponibilidad de personal sanitario", afirmó.
Un informe regional publicado por la OMS Europa en septiembre de 2022, advertía de una "bomba de relojería" que amenaza los sistemas sanitarios de Europa y Asia Central.
Según el informe, uno de los principales retos es el envejecimiento del personal sanitario y asistencial. También señala que el 40% de los médicos de 13 de los 44 países analizados tienen ya 55 años o más.
El informe destaca la mala salud mental de los profesionales de la medicina, afectada por largas jornadas laborales, un apoyo profesional inadecuado y una grave escasez de personal.
En algunos países, más del 80% de los enfermeros declararon sufrir algún tipo de malestar psicológico causado por la pandemia de COVID-19. Según el informe, nueve de cada diez enfermeros estaba pensando en dejar su trabajo.
Todos estos problemas están obligando a médicos y personal sanitario de toda Europa a declararse en huelga para exigir mejores condiciones de trabajo.
Alemania exige una asistencia "de primera"
En enero, miles de médicos de hospitales universitarios públicos alemanes se declararon en huelga tras fracasar las negociaciones del convenio colectivo con los gestores. Unos 5.000 médicos secundaron una "huelga de advertencia", organizada por el sindicato Marburger Bund en la ciudad septentrional de Hannover.
El sindicato exigió un aumento salarial del 12,5% y primas más altas por trabajar noches, fines de semana y festivos para 20.000 médicos de hospitales universitarios.
Los médicos volvieron a salir a la calle en marzo, después de que fracasara la cuarta ronda de negociaciones con los 16 Estados federados, Länder, que gestionan los hospitales públicos. Según el sindicato Marburger Bund, unos 7.000 médicos de 23 instituciones de todo el país participaron en diversas manifestaciones.
"No podemos aceptar que la medicina universitaria siga siendo la última rueda del vagón en lo que respecta a los salarios de los médicos", declaró en un comunicado Andreas Botzlar, segundo presidente del Marburger Bund.
"La reciente ronda de negociaciones nos ha dejado la impresión de que los Länder siguen sin entender de qué va esto: exigimos unas condiciones justas para la medicina de alto nivel. Nada más, pero tampoco nada menos", añadió.
La huelga de médicos más larga de la historia de Eslovenia
Los médicos y dentistas de la sanidad pública eslovena se declararon en huelga en enero. Esta se ha convertido en la huelga de médicos más larga de la historia del país.
Retiraron su consentimiento para hacer horas extra, en un intento de presionar al Gobierno para que cumpliera sus compromisos con una reforma sanitaria presentada previamente, y volviera a la mesa de negociaciones.
En 2023, Fides, el sindicato de médicos y dentistas, firmó un acuerdo con el Gobierno para crear un pilar salarial independiente en la escala salarial del sector público para los profesionales de la sanidad, pero nunca llegó a materializarse.
"Los empleados abandonan las instituciones públicas, y los buenos pediatras se ven penalizados por su voluntad de ayudar al sector público", declaró Damjan Polh, presidente de Fides. "Las promesas sobre las reformas siguen sin cumplirse, y las leyes en el ámbito de la sanidad las redactan quienes no las entienden en absoluto".
El Gobierno adoptó una propuesta para modificar la ley de Servicios Médicos, que establecería un tiempo mínimo de trabajo durante una huelga "para garantizar el funcionamiento estable del sistema sanitario".
Fides ha recurrido al Tribunal Constitucional de Eslovenia para cuestionar la constitucionalidad y legalidad de dicha medida. Según el sindicato, "restringiría aún más el derecho de huelga de los médicos".
El sindicato informó en agosto al Gobierno esloveno de otras reivindicaciones de huelga para proteger la profesión médica.
Polémica reforma en Francia
En Francia, otra medida ha provocado la indignación de los estudiantes de medicina: este otoño habrá 1.510 plazas menos para médicos en formación. Este año solo se habrán abierto 7.974 plazas, frente a las 9.484 de 2023, según datos oficiales del Gobierno.
En Francia, los médicos en formación son estudiantes de medicina que han cursado el sexto de los 12 años de estudios. Trabajan a tiempo completo en un hospital o en otra institución médica bajo la supervisión de un superior, mientras continúan sus estudios.
"Estamos todos muy asustados (...) El trabajo en los hospitales es muy difícil, es muy exigente mental y físicamente para los médicos en formación", dice Marie, que está terminando su sexto año de estudios de medicina. "Y ahora seremos menos en otoño, mientras que la carga de trabajo no disminuirá".
Según el Gobierno, el número de plazas se redujo porque también disminuyó el número de candidatos que se presentaron a las oposiciones para conseguir las plazas. Sin embargo, las cifras han levantado ampollas entre los sindicatos.
"Cada año se adaptan las plazas en función del número de médicos en formación que se presentan", explica la Dra. Agnès Ricard Hibon, portavoz del sindicato SAMU-Urgences de France. "Salvo que en este caso ha habido mucha más gente repitiendo el año".
Las especialidades médicas sufrirán en distinto grado: las plazas de medicina general y oftalmología caerán un 18%, mientras que habrá un 15% menos de vacantes en medicina de urgencias.
"Hay algunas disciplinas, como la cirugía plástica, que se ven más afectadas. Otras se mantienen, como pediatría o cirugía pediátrica, porque hay una gran necesidad", afirma Hibon.
Sin embargo, algunos estudiantes aseguran que muchos de sus compañeros optaron por repetir curso y suspendieron los exámenes a propósito, ya que fueron la primera cohorte que se presentó a las pruebas de acceso de nivel que introdujo una cuestionada reforma de los estudios de Medicina en 2020. Alegaron que no querían ser "conejillos de indias".
No obstante, Hibon dijo que la disminución del número de médicos en formación no debería tener un gran impacto en los hospitales: "Son supervisados sistemáticamente por médicos senior. No son ellos quienes dirigen los servicios", dijo.
Por otra parte, algunos estudiantes han lanzado una petición en internet solicitando la reapertura de las plazas de médico en formación, que ha recibido más de 57.000 firmas hasta septiembre.
La petición afirma que las múltiples reformas académicas y los cambios en la forma de evaluarles y calificarles afectaron negativamente a sus resultados y a su salud mental.
Como consecuencia, unos 1.000 estudiantes optaron por repetir cuarto y quinto curso, y otros 400 suspendieron las oposiciones, afirma la petición, que añade que determinados puestos también se han vuelto más competitivos.
"Un estudiante que quiera realizar unas prácticas de Cirugía Digestiva en París debe situarse entre el 23% de los mejores de su promoción, frente al 35% del año pasado", dice la petición.
Añade que, en consecuencia, muchos estudiantes se verán obligados a elegir una disciplina en la que es más fácil entrar, pero en la que no necesariamente estarán motivados.
La estudiante de medicina Marie advierte que algunos estudiantes preferirían completar sus estudios en el extranjero antes que renunciar a sus ambiciones. Dice que ve a diario mensajes de angustia en grupos de apoyo de Facebook, pidiendo consejo sobre cómo continuar sus estudios en Suiza o Bélgica.
Para compensar, Francia podría tener que atraer a médicos extranjeros. "Puede que haya algunas vacantes más para médicos extranjeros que quieran venir a formarse en Francia", afirma Hibon.
Sin embargo, los estudiantes de medicina franceses consideran injusta esa solución, tanto para ellos como para los médicos extranjeros que puedan venir. "A los médicos extranjeros también se les engaña porque están peor pagados que nosotros, así que también se les explota", dice Marie.
En términos generales, el debate se produce en un momento en que todo el sector médico francés sufre un deterioro de la salud mental y de las condiciones de trabajo -agotamiento, horas extra, falta de supervisión, competitividad, grandes responsabilidades y bajos salarios-, agravado por la pandemia de COVID-19.
Todos estos retos llevan años bullendo en Europa, pero puede haber esperanza en el horizonte de los hospitales del continente gracias a la 'Declaración de Bucarest' sobre el personal sanitario y asistencial, que los representantes de la OMS Europa adoptaron en 2023.
La declaración hace un llamamiento a la acción política para mejorar la contratación y retención del personal sanitario y asistencial, así como los mecanismos de suministro de personal sanitario, optimizar el rendimiento del personal y aumentar la inversión pública en formación.
Sin embargo, aún está por ver cómo aplicarán los países la declaración e, independientemente de ello, es mucho lo que está en juego: un médico que lucha contra unas condiciones de trabajo deterioradas repercutirá sin duda negativamente en la calidad de la asistencia. "Cuando se maltrata a un cuidador, se maltrata a 10 pacientes", afirma Marie.