Mito vs. realidad: ¿es bueno desconectar los electrodomésticos cuando nos vamos de casa?

Para muchas personas, el hábito de desenchufar electrodomésticos antes de salir de viaje o inmediatamente después de su uso es, a largo plazo, una práctica inteligente que permite ahorrar dinero en cuentas de electricidad y prevenir accidentes.

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Si bien es cierto que hay menos probabilidades de que se generen incendios provocados por un cortocircuito si los equipos están desconectados, estudios recientes indican que desenchufarlos con frecuencia no es necesariamente una buena noticia para la economía del hogar... ni es tan seguro.

La Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor (CPSC) de EEUU recomienda desconectar absolutamente todos los dispositivos eléctricos que no estén en uso y señala lo obvio: ningún equipo desconectado puede electrocutar a una persona o iniciar un fuego.

Pero teniendo en cuenta que muchos de los equipos, como los microondas, también tienen relojes -y que los usuarios no están dispuestos a resetear estos relojes después de reconectar el equipo- la CPSC sugiere como alternativa no manipular en exceso los cables ni conectar nada a un tomacorriente o extensión eléctrica defectuosa.

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Además, se aconseja no conectar cualquier tipo de dispositivo a las extensiones, sino solo aquellos de baja carga. Usar extensiones para electrodomésticos que requieren mucha energía, como refrigeradores, tostadoras, microondas o calentadores portátiles, puede tener un desenlace peligroso.

¿Se ahorra dinero desenchufando los equipos con frecuencia?

Después del año 2000 se hicieron populares los equipos de consumo en “stand by” o “modo reposo”, que nunca se apagan totalmente y consumen energía aún cuando no están en uso. Entre la comodidad y el despilfarro, este tipo de dispositivos comenzó a llamar la atención de las autoridades en los últimos años.

“En todos los productos, hemos visto reducciones dramáticas en el consumo de energía en standby”, dijo a USA Today el Dr. Alan Meier, científico del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.

Entre los cambios más importantes a los equipos se encuentra el rediseño de la fuente de alimentación, que convierte la corriente alterna que sale del tomacorriente en la pared a una directa que opera en los dispositivos.

En las últimas dos décadas, este proceso se ha vuelto cada vez más eficiente y puede reducir hasta un 90 por ciento el consumo de energía en modo reposo.

De ahí que Meier sugiere que existen formas “más productivas” de ahorrar energía en el hogar sin desenchufar electrodomésticos, como reemplazar las bombillas incandescentes por luces LED o instalar un termostato inteligente que se pueda apagar desde el celular.

El experto aconseja además activar el “modo de suspensión” en los dispositivos que lo tienen, reemplazar los electrodomésticos antiguos por modelos más nuevos y tener en cuenta el consumo de energía de cada uno.