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Qué es el equinoccio de primavera y por qué la gente acude a las zonas arqueológicas

Qué es el equinoccio de primavera y por qué la gente acude a las zonas arqueológicas

Cada año ocurre un momento exacto en el que el día y la noche tienen casi la misma duración. A ese fenómeno astronómico se le conoce como equinoccio, y es el resultado del movimiento de la Tierra.

Según los expertos, el día y la noche son derivados del movimiento de rotación de nuestro planeta en su propio eje; mientras que el movimiento de traslación, consiste en un movimiento alrededor del sol, el cual da origen a las estaciones del año.

Solo existen dos equinoccios por año, el antes mencionado que ocurre entre el 20 y 21 de marzo y es conocido como equinoccio de primavera; y el equinoccio otoñal, que sucede entre el 22 y 23 de septiembre.

El fenómeno antes mencionado es provocado por la inclinación de la Tierra de 23,5 grados, por lo que la luz del sol no ilumina de manera proporcional al planeta. Debido a ello, existen temporadas en las que el lado norte de la Tierra recibe más calor porque está más inclinado al sol; mientras que el hemisferio sur es más frío.

Este hecho ha sido observado por civilizaciones desde hace milenios e, inclusive, ha sido estudiado por antiguas culturas. En Mesoamérica, los aztecas se dedicaban al avistamiento de los cielos y, gracias a su análisis minucioso, fue que crearon calendarios; mientras que los mayas, constituyeron mapas estelares. Todo eso servía para planear ciclos agrícolas e, inclusive, prever temporadas de lluvia, sol y frío.

Asimismo, estas civilizaciones crearon grandes monumentos basados en los equinoccios y dedicados a sus deidades. Entre los años 150 y 250 d.C. (después de Cristo) se construyó El Templo de Quetzalcóatl, ubicado en la Zona Arqueológica de Teotihuacan, en el Estado de México; mientras que en 1.200 d.C, los mayas edificaron El Templo de Kukulkán, en Chichén Itzá, en la península de Yucatán.

Ambas construcciones fueron levantadas con tal precisión que, con los primeros rayos del sol del 20 o 21 de marzo, se aprecian figuras de serpientes gigantes –propias de ambas culturas– bajando por las escalinatas de las pirámides.

A razón de su significado, miles de ciudadanos mexicanos e, inclusive, extranjeros, visitan las zonas arqueológicas para avistar el efecto de la luz y las sombras; asimismo para “cargarse” de energía, una vez que da inicio la temporada de primavera.