La enviada especial de la ONU para Birmania se reunió con el jefe de la junta militar
Bangkok, 30 oct (EFE).- La enviada especial de la ONU para Birmania (Myanmar), Julie Bishop, se reunió, en una fecha no precisada, con el jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, para abordar una solución a la crisis que vive el país desde el golpe de Estado perpetrado por el Ejército en febrero de 2021.
"Cualquier camino hacia la reconciliación requiere el fin de la violencia, la rendición de cuentas y el acceso sin restricciones de la ONU y sus socios", apuntó la diplomática australiana durante un comité el martes en la sede de Naciones Unidas.
Bishop afirmó que desde que en abril asumió el cargo ha realizado múltiples viajes a países limítrofes con Birmania, como China y Tailandia, y visitó la capital birmania.
"He visitado Naipyidó y me he reunido con el general Min Aung Hlaing y volveré”, dijo Bishop sobre esta visita no revelada previamente y sin dar más detalles sobre su contenido.
La enviada de la ONU también señaló que ha mantenido reuniones con otros actores del conflicto, entre ellos representantes del Gobierno de Unidad Nacional -conformado por activistas y políticos derrocados opuestos al régimen militar- y de guerrillas étnicas armadas que combaten al Ejército.
"Los actores de Birmania deben superar la mentalidad de 'suma cero'. Poco se puede hacer para abordar las necesidades de la población mientras el conflicto armado continúa en todo el país", remarcó Bishop al subrayar su postura "imparcial" en el conflicto.
La representante de Naciones Unidas, quien lideró el Ministerio australiano de Exteriores entre 2013 y 2018, alertó de que el conflicto en Birmania "corre el riesgo de convertirse en una crisis olvidada" y recalcó que todos los implicados están de acuerdo en que "el sufrimiento humano ha alcanzado niveles sin precedentes".
Según datos de la ONU, desde la sublevación más de 3,3 millones de personas se han visto desplazadas y 18,6 millones necesitan de ayuda humanitaria.
El golpe de 2021 ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, social y económica, así como una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
La caótica situación del país es aprovechada por organizaciones criminales para desarrollar sus negocios ilícitos, unos actos ilegales que tienen implicaciones regionales y globales.
"La enorme escala de la producción y el comercio de armas, el tráfico de personas, la fabricación y el tráfico de drogas y los centros de estafa significa que Birmania ocupa ahora el primer puesto entre todos los estados miembros en materia de crimen organizado", zanjó Bishop.
(c) Agencia EFE