Enorme criatura marina conocida por tener un corazón de 400 libras avistada frente a Nueva Jersey

Pescadores que trabajaban en aguas de New Jersey vieron el espectáculo de sus vidas cuando una ballena azul (también conocida como rorcual azul) se les apareció.

“Vimos al animal vivo más grande del mundo en la costa de Cape May”, dijo el Centro de Investigaciones y Avistamientos de Ballenas de Cape May el 15 de septiembre en un anuncio en Facebook donde narró la experiencia.

Las ballenas azules viven en océanos de todo el planeta, y se considera una especie en peligro de extinción, toda vez que solo quedan unas 15,000 en el globo terráqueo, de acuerdo con el Acuario de Monterey Bay.

“Este evento tan poco común ilustra el increíble ecosistema que tiene nuestra costa”, dijo el Acuario.

Los observadores de ballenas tienen en la lista de las cosas por hacer antes de morir, ver a una ballena azul, no solo por las poquísimas veces que se encuentran, sino también por su extraordinario tamaño.

La ballena azul deja pequeñas a todas las especies conocidas de dinosaurios y cualquier otra criatura que haya vivido en el planeta Tierra, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Pueden llegar a alcanzar los 110 pies de largo y pesar 330,000 libras.

Para tener una idea, baste decir que las canchas de baloncesto de universidades y profesionales tienen 94 pies de largo. El peso de una ballena azul equivale al de docenas de elefantes.

Para poder sustentar la vida de una criatura de semejante magnitud, el corazón de una ballena azul pesa unas 400 libras, 640 veces más que el peso de un corazón humano, según la revista National Geographic.

De igual modo, la ballena azul es el animal que más ruido hace en todo el mundo, dijo el World Wildlife Fund, con un sonido que puede llegar a los 188 decibelios (48 decibelios más alto que el sonido del motor de un avión) y se puede escuchar a millas de distancia.

En varias fotos que colgó el centro de Cape May puede verse al gigantesco mamífero nadando cerca del barco, con su lomo gris y su aleta dorsal visibles por encima de la superficie del agua.

La importancia de este avistamiento fue celebrado por un sinfín de expertos.

“Un imborrable recuerdo del Atlántico para todo el que pudo verla”, dijo el centro.

Traducción de Jorge Posada