Enjaulados y separados de sus hijos: el drama de las familias migrantes en la frontera de EEUU con México

Inmigrantes indocumentados encerrados en jaulas con paredes de valla metálica esperan con tensión e incertidumbre. Duermen en colchones colocados en el suelo, arropados con mantas de material metálico térmico, con frecuencia por varias noches mientras las autoridades fronterizas estadounidenses revisan preliminarmente su caso y definen a dónde serán enviados.

Se trata de hombres, mujeres, niñas y niños indocumentados retenidos en el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas, conocido como ‘Ursula’.

Entre rejas metálicas son retenidos los indocumentados, entre ellos menores, en el centro de detención y procesamiento 'Ursula' en McAllen, Texas. (Department of Homeland Security)
Entre rejas metálicas son retenidos los indocumentados, entre ellos menores, en el centro de detención y procesamiento ‘Ursula’ en McAllen, Texas. (Department of Homeland Security)

Fotografías e imágenes en video de ese lugar, difundidas por las autoridades de inmigración, permiten realizar un atisbo a un lugar por lo general vedado a las miradas externas.

Un sitio en el que muchas familias quedan rotas y sumidas en el desasosiego cuando los menores indocumentados son separados y enviados a otros albergues mientras sus padres enfrentan acusaciones penales.

Según el relato de periodistas a los que se autorizó realizar allí una visita controlada, ‘Ursula’ -llamado así por ubicarse en una calle de ese nombre en McAllen- es el epicentro de la cruel y controversial política de inmigración del gobierno de Donald Trump de criminalizar a los indocumentados que cruzan al país con sus hijos y de separar a esas familias que, por lo general, huyen de la violencia y la miseria en sus lugares de origen en búsqueda de una vida mejor.

Indocumentados se arropan con colchones en el suelo y mantas de material metálico térmico en el centro de detención 'Ursula' en McAllen, Texas. (Department of Homeland Security)
Indocumentados se arropan con colchones en el suelo y mantas de material metálico térmico en el centro de procesamiento y detención ‘Ursula’ en McAllen, Texas. (Department of Homeland Security)

Pero lo que el gobierno de Estados Unidos ahora les ofrece es un trato crudo y a veces inhumano, que produce dolor y sufrimiento en las familias y puede dejar traumas duraderos en los menores.

Como han señalado críticos y medios de comunicación, no hay una ley que obligue a separar a los menores de sus padres al ser detenidos tras haber cruzado la frontera irregularmente. Es el énfasis criminalizante de la actual administración y su política de “cero tolerancia” –un cruel intento de disuadir el flujo de indocumentados hacia Estados Unidos– lo que ha conducido a ello, como se comenta en NBC News.

Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional citadas por los medios, del 7 de mayo a la fecha un total de 1,174 menores de edad han sido separados de sus madres o padres solo en el área del Valle del Río Grande, la zona fronteriza del sur de Texas donde se ubica el centro ‘Ursula’ y también el albergue ‘Casa Padre’, donde se retiene a niños y adolescentes indocumentados.

El centro de procesamiento 'Ursula' en McAllen, Texas lleva ya varios años operando, pero ahora es foco de la separación de familias indocumentadas detenidas en la frontera. (Department of Homeland Security)
El centro de procesamiento ‘Ursula’ en McAllen, Texas lleva ya varios años operando, pero ahora es foco de la separación de familias indocumentadas detenidas en la frontera. (Department of Homeland Security)

En realidad, ‘Ursula’ no es un centro nuevo. Comenzó a operar, con sus jaulas metálicas y demás, al menos desde 2014 para albergar a niños indocumentados que cruzaron solos, como en su momento indicó el periódico The Monitor.

Pero el hecho de que actualmente sea un foco de separación de familias y de criminalización de padres y madres lo ha vuelto especialmente ominoso, al grado de que algunos, como el exdirector de la CIA Michael Hayden, incluso ha hecho comparaciones entre centros como ‘Ursula’ y los campos de concentración de la Alemania nazi, según comentó CNN.

“Otros gobiernos han separado madres de sus hijos”, comentó Hayden en un tuit que incluía una foto de la entrada al campo de exterminio de Auschwitz.

Tal comparación es ciertamente una exageración pero muestra el grado de consternación y polarización que la práctica de separación de familias está causando tanto en la sociedad en general como en los estamentos políticos estadounidenses.

Numerosos legisladores demócratas se han presentado ante centros de detención para exigir que se les deje constatar lo que pasa en su interior y en buena medida la presión que han ejercido es lo que propició que se les concediera a ellos y a medios de comunicación acceso limitado a ‘Ursula’, aunque no se les permitió tomar fotos o video directamente allí ni realizar entrevistas a las personas detenidas.

Padres e hijos indocumentados son con frecuencia separado en el centro de detención y procesamiento 'Ursula' en McAllen, Texas, una política que ha causado consternación. (Department of Homeland Security)
Padres e hijos indocumentados son con frecuencia separado en el centro de detención y procesamiento ‘Ursula’ en McAllen, Texas, una política que ha causado consternación. (Department of Homeland Security)

Las imágenes que se han mostrado del centro ‘Ursula’ fueron proporcionadas por las propias autoridades, lo que ha suscitado suspicacias. Como comentó a CNN el senador Jeff Merkley, antes de que él visitara ‘Ursula’ “autobuses llenos [de niños] se fueron del lugar. Esta es una de mis preocupaciones… que todo acabe siendo un poco un show en vez de ver lo que realmente pasa en estos centros”.

Por ejemplo, según dijo a NBC la activista Michelle Brané, de la organización no lucrativa Comisión para Mujeres Refugiadas, ella habló allí con una adolescente de 16 años que tuvo que hacerse cargo de una niña pequeña durante tres días e incluso debió enseñar a otras menores detenidas con ella a cambiarle los pañales. “Estaba tan traumatizada que no hablaba. Estaba solo recostada, hecha un pequeño ovillo”.

Los indocumentados adultos detenidos en el centro de procesamiento 'Ursula' en McAllen, Texas, son luego enviados a otros centros de detención migratoria o, ahora, a cárceles para ser procesados judicialmente, mientras que los menores son enviados a albergues especiales. (Department of Homeland Security)
Los indocumentados adultos detenidos en el centro de procesamiento ‘Ursula’ en McAllen, Texas, son luego enviados a otros centros de detención migratoria o, ahora, a cárceles para ser procesados judicialmente, mientras que los menores son enviados a albergues especiales. (Department of Homeland Security)

Otros testimonios descorazonadores, de acuerdo al periódico Daily Mail, afirman que al separar a los menores de sus padres agentes les dicen que se llevan a los niños “para que se den un baño” y cuando luego preguntan por qué no se los han devuelto les dicen tajantemente que “no los volverán a ver” o que “no les pueden decir” cuando podrán reunirse con ellos. Tras esas rudas noticias, llega luego el aviso a los padres y madres indocumentados que serán procesados penalmente. El trauma que la separación deja en los menores, y también en los adultos, puede ser de larga duración, incluso irreparable.

Empero, las imágenes provistas del interior ‘Ursula’ son reveladoras, así muestren un escenario “controlado” por las autoridades. Las jaulas metálicas, los menores recostados en colchones en incierta espera, los extraños reflejos de las mantas metálicas que, más allá de que sean cálidas, dan a todo el lugar un aspecto frío y punzante.

La indignación por la política de “cero tolerancia” de las autoridades crece en el país, e incluso republicanos han expresado su preocupación. Pero hasta ahora no hay indicación de que el gobierno de Trump vaya a modificarla.

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