Encausamiento: ‘Propósito’ de diplomático como agente de Cuba era entregar información secreta

Un ex embajador de Estados Unidos fue encausado el martes por un jurado de instrucción federal en Miami bajo cargos de confabularse para actuar como agente secreto de Cuba a lo largo de una carrera de 40 años en el Departamento de Estado y en el sector privado con el propósito de entregar información clasificada al servicio de inteligencia de La Habana.

Víctor Manuel Rocha, de 73 años, ex embajador de Estados Unidos en Bolivia que fue arrestado el viernes por agentes del FBI en Miami, está acusado en el nuevo encausamiento de confabularse como agente de Cuba desde 1981 para obtener secretos del gobierno estadounidense y “proporcionar esa información a agentes o representantes de la República de Cuba”.

El encausamiento, que amplía una querella penal desvelada el lunes, acusa además a Rocha de usar “el acceso a información [clasificada] en beneficio” de Cuba y de revelar “dicha información sin autorización”.

El encausamiento de 15 cargos acusa a Rocha, que puso fin a su carrera gubernamental como embajador en 2002 pero siguió trabajando en el ámbito de la seguridad nacional, de conspiración para defraudar a Estados Unidos. Se le acusa de no haberse registrado como agente extranjero en el Departamento de Justicia, de fraude electrónico derivado de su pensión del Departamento de Estado y de hacer declaraciones falsas en relación con sus solicitudes de pasaporte estadounidense. Pero aunque el encausamiento de 35 páginas afecta a Rocha con más dureza que una denuncia penal del FBI hecha pública anteriormente, no cita ningún “acto manifiesto” concreto en la conspiración que le acuse de entregar material clasificado a sus superiores de la inteligencia cubana.

En otras palabras, Rocha no está acusado de cometer espionaje, aunque el lunes el secretario de Justicia Merrick Garland lo describió de forma muy parecida a un espía, diciendo que el inusual caso de seguridad nacional “expone una de las infiltraciones de mayor alcance y duración en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”.

La abogada defensora de Rocha, Jacqueline Arango, quien tuvo una larga carrera en la Fiscalía Federal antes de incorporarse al despacho de abogados Akerman en Miami, no respondió a una solicitud de declaraciones. Su cliente enfrenta una audiencia de detención ante el juez Edwin Torres el 12 de diciembre, cuando los fiscales Jonathan Stratton y John Shipley tienen previsto solicitar la detención de Rocha con base en sus múltiples pasaportes estadounidenses y de la República Dominicana, su capacidad para huir del país y la gravedad de los cargos que se le imputan.

Una declaración jurada del FBI presentada con la denuncia penal dice que el FBI recibió una pista en noviembre de 2022 de que Rocha había estado trabajando como “agente encubierto” para Cuba. El encausamiento profundizó en esa alegación, diciendo que la oficina descubrió que Rocha prometió por primera vez su lealtad al servicio de inteligencia cubano en 1973, cuando vivía en Chile y en otros lugares. En ese momento, dice el encausamiento, Rocha se convirtió en un “gran amigo” de la Dirección General de Inteligencia cubana y forjó su relación como agente encubierto cuando empezó a trabajar para el Departamento de Estado en 1981, tres años después de que el colombiano se naturalizara ciudadano estadounidense y hubiera obtenido títulos de las universidades de Yale, Harvard y Georgetown.

Al igual que la declaración jurada, el encausamiento alega que un empleado encubierto del FBI que se hizo pasar por un representante encubierto de la Dirección General de Inteligencia cubana pudo acercarse a Rocha a través de un mensaje de WhatsApp y luego habló con él por teléfono sobre su relación pasada con Cuba y cómo Rocha podía ser útil con un problema en la embajada cubana en la República Dominicana. Rocha accedió a reunirse con el empleado encubierto del FBI durante una serie de reuniones grabadas en video en Miami a lo largo del año pasado en las que el ex diplomático admitió repetidamente sus “décadas” de trabajo para Cuba que se extendían durante “40 años”.

A lo largo de las reuniones en Miami, Rocha se comportó como un agente cubano, refiriéndose constantemente a Estados Unidos como “el enemigo” y usando el término “nosotros” para describirse a sí mismo y a Cuba, según el encausamiento. Rocha también elogiaba al difunto Fidel Castro como el “Comandante”, y se refería a sus contactos en la inteligencia cubana como sus “compañeros” y a los servicios de inteligencia cubanos como la “Dirección”.

Rocha también reveló que hizo su último viaje a Cuba en 2016 o 2017, cuando viajó con su pasaporte de República Dominicana en lugar de su pasaporte estadounidense vía Panamá a La Habana. “Desde Panamá [...] entré ... como dominicano”, le dijo al empleado encubierto del FBI.