En West Virginia las escuelas públicas están cerradas por una huelga que ilustra el drama de los maestros en Estados Unidos

Las 680 escuelas públicas que hay en West Virginia no están impartiendo clases, y al parecer seguirán así por cierto tiempo.

Los maestros de escuelas públicas de Virginia del Oeste no tienen previsto terminar su huelga, de acuerdo a informaciones recientes. (AP Photo/John Raby)
Los maestros de escuelas públicas de Virginia del Oeste no tienen previsto terminar su huelga, de acuerdo a informaciones recientes. (AP Photo/John Raby)

Unos 277.000 estudiantes se quedaron por ello en sus casas –y lo han hecho desde el pasado jueves– debido a la huelga que unos 20.000 profesores han desatado en ese estado y a la que también se han sumado otros trabajadores escolares no docentes.

Es uno de los muy poco frecuentes casos de paro laboral a escala estatal en Estados Unidos. En el caso de West Virginia, es la segunda huelga de maestros de su tipo en su historia, luego de la que tuvo lugar en 1990.

Las razones del paro son la exigencia de los maestros de mejores salarios y seguros médicos, pues el bajo nivel de los primeros y el creciente costo de los segundos los han colocado, afirman, en una situación crítica.

De acuerdo a Think Progress, el salario promedio de un maestro de escuela pública en West Virginia, 45.633 dólares anuales en 2016, se sitúa entre los más bajos de Estados Unidos: en el lugar 48 entre 50 estados. Esa situación, además, se ha deteriorado con el tiempo.

En una histórica huelga de escala estatal, los cerca de 20,000 maestros de escuelas públicas de Virginia del Oeste están en paro y han marchado a la capital de ese estado en demanda de mejores salarios y seguros médicos. Un cuarto de millón de alumnos se quedó sin clases. (AP)
En una histórica huelga de escala estatal, los cerca de 20,000 maestros de escuelas públicas de Virginia del Oeste están en paro y han marchado a la capital de ese estado en demanda de mejores salarios y seguros médicos. Un cuarto de millón de alumnos se quedó sin clases. (AP)

Según la Asociación Nacional de Educación, si se combinan las caídas de 2015 y 2016 West Virginia es el peor estado en el nivel salarial de los profesores. Y el alza de 4% ofrecida por el gobierno estatal, de 2% en este año y 1% en los próximos dos, fue considerada insuficiente por los maestros, pues no cubriría siquiera la inflación. Y además está el dato de que el alza aprobada vía una legislación al respecto fue menor al 5% propuesto previamente.

Por añadidura, como se relata en The Washington Post, muchos profesores se ven obligados a buscarse un segundo empleo para solventar sus gastos, lo que merma su capacidad de dedicación a las tareas de enseñanza, y hay casos en los que a algunos maestros no les alcanza para pagar el tratamiento médico o la medicación que necesitan para atender problemas de salud.

Testimonios recopilados por CNN lo ilustran de modo dramático: por ejemplo, un profesor de arte en una escuela pública de West Virginia dijo que necesita tener dos empleos y aún así está en el rango de ingresos bajos que lo hace elegible para programas federales de asistencia para compra de alimentos. La penuria en la que muchos de esos profesores se encuentran se ilustra, así, con el dato de que ganan tan poco que figuran entre la población más pobre que recibe subsidios básicos.

Y las limitaciones y obstáculos de los maestros de las escuelas públicas con frecuencia van más allá de insuficiencia salarial y no solo suceden en West Virginia sino en muchos otros estados.

Miles de maestros exigen mejores salarios en la sede del gobierno estatal de West Virginia. (AP Photo/John Raby)
Miles de maestros exigen mejores salarios en la sede del gobierno estatal de West Virginia. (AP Photo/John Raby)

Muchos profesores deben adquirir de su bolsillo libros y útiles escolares para sus salones de clase y muchas escuelas públicas, sobre todo las de barrios económicamente desfavorecidos, enfrentan severas limitaciones: reducción de presupuestos escolares y pérdida de oferta educativa; salones de clase sobrepoblados e infraestructura deficiente, lo que merma la dedicación que el maestro puede dar a sus estudiantes; alumnos provenientes de familias en pobreza que muchas veces están desnutridos, no duermen suficiente o faltan con frecuencia; y crecientes problemas de niños acosadores, sobre todo en el aspecto del ciberbullying (acoso cibernético).

De acuerdo a The New York Times, una profesora dijo que en ocasiones paga de su bolsillo entre 1.000 y 1.500 dólares en útiles y materiales para poder impartir su clase.

Además, se ha criticado con frecuencia que los maestros son presionados a impartir clase con la meta prioritaria de que los estudiantes aprueben los exámenes estandarizados, cuyos resultados se usan para evaluar el funcionamiento escolar. El resultado es en muchos casos una instrucción rígida, que no enseña al estudiante de modo integral y duradero y que añade severo estrés al proceso educativo.

En el caso de la huelga de West Virginia, hasta el momento no hay indicador de que pueda llegarse a un acuerdo entre los maestros y las autoridades estatales. En cambio, existe la posibilidad de que la huelga sea revertida legalmente pues las autoridades escolares evalúan, de acuerdo a CNN, la posibilidad de solicitar a una corte que ordene el fin del paro.

Según ThinkProgress, el gobernador no ha descartado esa posibilidad y ha defendido el alza salarial propuesta, que implica en total un aumento de 4% aplicable paulatinamente.

Esto se debe a que ese estado no reconoce legalmente el derecho de los empleados públicos a declararse en huelga y quienes lo hacen pueden enfrentar severas sanciones.

Los maestros de escuelas públicas de West Virginia exigen mejores salarios y seguros médicos. (Scott McCloskey /The Intelligencer via AP)
Los maestros de escuelas públicas de West Virginia exigen mejores salarios y seguros médicos. (Scott McCloskey /The Intelligencer via AP)

En ese contexto, el superintendente de las escuelas públicas de ese estado indicó en un comunicado que aunque comprende la exigencia y pertinencia de mejores condiciones económicas para los profesores, la realidad económica del estado no permite dar más de lo ya aprobado y recordó que la huelga de los profesores contraviene las normas legales.

Ciertamente, la suspensión de clases a escala general afecta de modo importante la vida cotidiana: los padres de familia tienen que hacerse cargo de sus hijos en horas laborales y eso les dificulta acudir al trabajo, lo que a su vez impacta las actividades y la economía de la región. Los niños pierden días clave de aprendizaje y los apoyos para el cuidado de los menores provistos por diversas entidades son una ayuda, pero resultar insuficientes y de corto aliento. Y mientras más dure la huelga (en 1990 duró 11 días), más acuciantes se volverán esos factores.

Pero los maestros parecen dispuestos a continuar su lucha y, como señala el Post, sus dirigentes han señalado que los profesores “no están dispuestos aún a volver al trabajo”. Y aunque aún no es claro si las autoridades recurrirán a un fallo judicial para hacerlos regresar a clase (lo que podría agravar las tensiones), sin una oferta salarial mayor que ese 4% parece improbable que se logre un acuerdo.

Los maestros en este estado parecen dispuestos a continuar su huelga todo lo que sea necesario para mejorar sus condiciones económicas.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro