Emprendedores cubanos podrían abrir cuentas bancarias en EEUU. ¿Cómo funcionaría?

La administración de Joe Biden cambió las regulaciones del embargo para permitir a los emprendedores cubanos abrir y administrar cuentas bancarias estadounidenses, una gran apuesta para apoyar al sector privado en la isla.

Sin embargo, la política requiere varios pasos para su implementación y varias cuestiones aún están en el aire.

El martes, el Tesoro anunció regulaciones que autorizarán a los bancos estadounidenses a manejar cuentas de propietarios de empresas privadas cubanas. Existe la posibilidad de que sistemas de pago online como Venmo o Paypal puedan ofrecer sus servicios también a los empresarios cubanos. Un funcionario estadounidense dijo a los periodistas que la administración esperaba que la nueva política tuviera un impacto significativo en la economía cubana. Pero antes de que eso suceda, el gobierno de EEUU, las instituciones financieras estadounidenses y los empresarios cubanos deben superar primero varios obstáculos.

Dueños de empresas privadas en Cuba podrán utilizar bancos estadounidenses

Cuba todavía se encuentra bajo un amplio embargo y en la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo, por lo que la gran pregunta es si esto impedirá que los bancos estadounidenses reaccionen al anuncio.

También hay incertidumbre sobre las próximas elecciones presidenciales y la posibilidad de que una administración republicana revoque las medidas. Por otra parte, Cuba ya dijo en un comunicado el martes por la noche que no las bloquearía.

El Herald habló con personas conocedoras de las prácticas comerciales en Estados Unidos y Cuba para analizar cómo funcionaría la nueva política en la práctica.

¿Estarán los bancos estadounidenses de acuerdo?

Cuando el Departamento del Tesoro cambia las regulaciones que rigen el embargo para autorizar una nueva actividad, eso no significa que las empresas automáticamente se apresurarán a aprovechar la nueva oportunidad. El embargo sigue vigente y Cuba también figura en una lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo, que conlleva importantes restricciones financieras.

Al tratar con países sancionados, las empresas estadounidenses deben dedicar tiempo y dinero a cumplir con las regulaciones para evitar multas. En este caso, los bancos necesitarán garantías de que incluso si la administración ha autorizado las cuentas, no entrarán en conflicto con otras sanciones aún vigentes.

Pero Cuba es un mercado relativamente pequeño para la banca de Estados Unidos, por lo que la pregunta para los bancos y empresas estadounidenses es: ¿Vale la pena?

En los últimos años, la respuesta ha sido no. Los bancos se han mostrado tan reacios a manejar cuentas cubanas que incluso la embajada cubana en Washington y su misión de la ONU en Nueva York pasaron meses sin un banco hasta que el First American Bank, con oficinas en Miami, aceptó operar esas cuentas.

Un empresario estadounidense con intereses comerciales en Cuba dijo que el reciente anuncio “es principalmente simbólico” debido al creciente costo para cumplir las regulaciones. Los bancos también temen abrir sus libros al Departamento del Tesoro si alguna vez se meten en problemas por manejar cuentas cubanas, dijo la persona, que pidió no ser identificada para hablar obre temas delicados. Las multas del Tesoro a los bancos que manejan transacciones cubanas no autorizadas también han sido astronómicas en los últimos años. En 2018, el banco francés Société Générale fue multado con 1.340 millones de dólares por transacciones que violaban las sanciones a Cuba y otros países.

Matthew Aho, consultor del bufete de abogados Akerman que ha trabajado con empresarios cubanos y empresas estadounidenses que hacen negocios con Cuba, dijo que no espera una avalancha de bancos que quieran abrir esas cuentas.

“Los bancos serán muy cautelosos, pero al final del día, no necesitamos diez bancos dispuestos a hacer esto; necesitamos uno”, dijo. “Lo que hizo la administración es una declaración de política, dice que este sector existe, es real. Pero tenemos que ver cómo reaccionan los bancos. ¿Van a sentir que las regulaciones son lo suficientemente claras y amplias?”

John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial de Estados Unidos, también dijo que podría haber un banco dispuesto a “jugar a largo plazo y ser el primero en abrir una de estas cuentas. Pero los bancos tendrán muchas preguntas”.

Una funcionario de alto rango de la administración reconoció el martes que “las instituciones financieras tomarán una decisión basada en el riesgo”, pero agregó que el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro se comunicarán periódicamente con las instituciones financieras para responder a sus preguntas.

Hipotéticamente, una futura administración Trump podría fácilmente revertir las políticas de Biden tal como lo hizo Trump con las políticas del ex presidente Barack Obama de acercamiento a Cuba, lo que podría hacer dudar a los bancos. Pero a diferencia de los cruceros a Cuba, que Trump prohibió en 2019, decirle a los bancos que cierren las cuentas de los empresarios cubanos creará problemas logísticos “y enviará el mensaje de que el gobierno de Estados Unidos está poniendo trabas para recuperar el dinero”, añadió Kavulich.

¿Qué puede hacer un emprendedor cubano con una cuenta bancaria en Estados Unidos?

Si un banco estadounidense finalmente decide abrir una cuenta a un empresario cubano, ¿cómo funcionaría?

Primero, el empresario cubano debe obtener una visa para viajar a Estados Unidos y abrir una cuenta personalmente. El banco podría exigir un aval. El empresario cubano podría acceder a la cuenta en línea desde Cuba y realizar pagos a proveedores en el exterior. También podría transferir dinero desde otro banco en un tercer país. Por ejemplo, varios cubanos tienen nacionalidad española y algunos empresarios cubanos utilizan bancos españoles para pagar a sus proveedores.

La nueva política tiene como objetivo ayudar a los emprendedores cubanos que no tienen cuentas bancarias en el extranjero y actualmente dependen de agencias de transferencia de dinero que pagan en su nombre a los proveedores por una tarifa.

Las medidas de Biden crean una infraestructura para las empresas privadas cubanas de la que actualmente carecen, dijo Aho. Si las empresas estadounidenses las implementan, los empresarios cubanos podrán abrir su propia tienda en línea, tener acceso a un sistema de pago en línea para cobrar el dinero y luego depositarlo en un banco estadounidense.

“Hay mucho potencial para el comercio electrónico en estas regulaciones”, afirmó.

Esto funciona mejor para las empresas privadas cubanas que cobran pagos en el extranjero (por ejemplo, de exiliados cubanos que desean ayudar a sus familias) que para las que cobran en Cuba.

Tener una cuenta bancaria en Estados Unidos dará credibilidad a estas empresas, añadió Kavulich.

Pero trasladar dinero de Estados Unidos a Cuba y viceversa será muy difícil porque el embargo prohíbe una relación bancaria directa entre los dos países.

La administración de Obama autorizó a bancos y empresas estadounidenses a abrir cuentas en Cuba para transacciones legales, pero no permitió a las entidades cubanas hacer lo mismo en Estados Unidos, una relación conocida como banca corresponsal directa.

Eso significa que los fondos no se transferirán directamente de un banco estadounidense a un banco cubano. Las transacciones tendrán que realizarse a través de un banco en un tercer país, o la gente tendrá que seguir guardando dinero en bolsas y viajando con el efectivo, dijo Kavulich.

Si bien los propietarios de empresas privadas cubanas probablemente estarán interesados en poner su dinero en el extranjero, a salvo en una cuenta bancaria estadounidense, los incentivos para transferir dinero en la dirección opuesta, de Estados Unidos a un banco cubano, son pocos. Todos los bancos cubanos son de propiedad estatal y, debido a que el país atraviesa una grave crisis económica, los bancos no tienen suficientes divisas para pagar las transferencias. En cambio, pagan en una moneda virtual local que continúa devaluándose.

¿Cómo prevenir el abuso de la política?

El apoyo del gobierno de Biden al sector privado emergente ha sido controversial y el anuncio del martes no fue diferente. Los activistas de derechos humanos acusaron a la administración de anteponer al sector privado en lugar de los derechos humanos en la isla—la administración Biden ha dicho que puede apoyar a ambos. Otros repitieron acusaciones de que el sector privado “no era real” o era una artimaña del gobierno y plantearon preguntas sobre cómo manejaría la administración el abuso del sistema por parte de malos actores.

“¿Qué medidas tomará el Departamento del Tesoro para garantizar que puedan excluir a miembros de la dictadura, el ejército, el Ministerio del Interior y el Partido Comunista de explotar estas oportunidades?” preguntó en un comunicado el Centro para una Cuba Libre, con sede en Washington.

El Centro también cuestionó si los aliados de Cuba podrían beneficiarse: ¿Estas políticas abrirán más acceso a Rusia para evadir las sanciones internacionales y le proporcionarán más recursos en un momento crítico de la guerra ilegal contra Ucrania?”

Según las nuevas regulaciones, las empresas estadounidenses no pueden brindar servicios a miembros del gobierno cubano, el Partido Comunista y otros incluidos en una lista de “funcionarios prohibidos”. Sin embargo, activistas y periodistas independientes han descubierto empresas privadas que no son propiedad de funcionarios del gobierno cubano sino de sus familiares, que no están incluidos en dicha lista.

Actualmente, es la empresa estadounidense la que debe realizar la investigación para determinar si una empresa privada cubana tiene algún vínculo con funcionarios del gobierno.

Aho y Kavulich coincidieron en que existe la posibilidad de que se produzcan abusos, por lo que se necesita un sistema de verificación para descartar a los malos actores. Dijeron que el gobierno de Estados Unidos u otros probablemente necesitarán desarrollarlo.

Agregaron que ya se están llevando a cabo discusiones sobre cómo evaluar a las empresas privadas cubanas, ya sea a partir de crear una lista de “buenas mipymes”, el término abreviado en español para las pequeñas y medianas empresas, o un mecanismo para agregar empresas vinculadas al gobierno o al ejército a la Lista Restringida de Cuba, una lista de empresas prohibidas que mantiene el Departamento de Estado.