Emma Stone y Yorgos Lanthimos lo tienen todo y nada en común

El director Yorgos Lanthimos y la actriz Emma Stone en West Hollywood, California, el 17 de noviembre de 2023. (Thea Traff/The New York Times)
El director Yorgos Lanthimos y la actriz Emma Stone en West Hollywood, California, el 17 de noviembre de 2023. (Thea Traff/The New York Times)

Una cosa es llorar mientras actúas. Emma Stone puede hacerlo. Lo que no quiere hacer, y lo que hizo de cualquier manera, es llorar en medio de una entrevista.

“Soy un cliché de actriz. ¿Qué me pasa?”, comentó, con los ojos llenos de lágrimas.

Fue a mediados de noviembre en Los Ángeles y habíamos quedado para comer con Yorgos Lanthimos, el director griego con el que Stone ha rodado las disparatadas comedias “La favorita” y ahora “Pobres criaturas”, que ganó el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia en septiembre y se perfila como una de las principales candidatas a los premios Oscar cuando se estrene el 8 de diciembre. Basada en la novela de Alasdair Gray, “Pobres criaturas” pone en la piel de Stone el papel de Bella Baxter, que puede tener la historia de origen más rocambolesca del año cinematográfico: al sentirse atrapada en un matrimonio infeliz, se tira de un puente y es resucitada por un científico loco (Willem Dafoe) que cambia su cerebro por el del bebé nonato de Bella.

La comedia que Stone saca de interpretar a esta mujer adulta con la mente de una niña es abundante, pero la evolución final de Bella es impresionante: a medida que adquiere sensibilidad, se embarca en un despertar sexual y político, y lucha por su independencia, Bella debe sortear a los desventurados pretendientes (interpretados por actores de la talla de Mark Ruffalo y Ramy Youssef) que se sienten atraídos por su espíritu inconformista, pero que también buscan poseerla. Se trata de un personaje que ha significado más para Stone que la mayoría de los demás —“La quiero muchísimo”, me dijo—, aunque intentó reírse de cómo hablar de “Pobres criaturas” a veces la hacía llorar.

“Estoy cansada, eso es todo”, afirmó Stone.

Además de “La favorita” y “Pobres criaturas”, Lanthimos, de 50 años, y Stone, de 35, han colaborado en el cortometraje “Bleat” y en “And”, una antología cómica que se estrenará el año que viene. “Obviamente, confío en él plenamente y de modo muy intenso, y como actriz, es la mejor sensación de todas, porque es muy poco común que sientas que, hagas lo que hagas, estás protegida por tu director”, señaló.

Emma Stone en West Hollywood, California, el 17 de noviembre de 2023. (Thea Traff/The New York Times)
Emma Stone en West Hollywood, California, el 17 de noviembre de 2023. (Thea Traff/The New York Times)

Lanthimos facilita esa confianza con un largo proceso de ensayos que tiene más en común con la comedia de improvisación de lo que cabría esperar: los actores recitan sus líneas mientras dan vueltas de tronco, caminan hacia atrás o cierran los ojos. “Nunca ensayamos como si dijéramos: ‘Muy bien, cómo van a hacer la escena y vamos a representarla’”, explicó Lanthimos. “Se trata más de crear esta atmósfera de camaradería y divertirnos, de conocernos los unos a los otros para sentirnos cómodos ridiculizándonos a nosotros mismos”.

Algunos actores forjan relaciones a largo plazo con autores que exigen sacrificar lo que los ha convertido en estrellas de cine: para ascender a un plano más prestigioso, los cómicos fruncen el ceño, las bellezas se embadurnan de tierra y los ídolos adolescentes hablan de torturarse en nombre de su oficio. Pero con Lanthimos, Stone no ha tenido que renunciar a la comicidad y la empatía innata que son sus mayores dotes como actriz. En su lugar, pone en práctica esos talentos en novedosas y atrevidas maneras bajo la mirada única de su director.

Sin embargo, esa fructífera asociación hace que el dúo en persona sea inusual: Mientras que Lanthimos es impasible y de pocas palabras, su protagonista tiene los ojos muy abiertos, es cálida y está deseosa de conectar. O, como dice Stone: “Yo soy una chica de Arizona y él es un chico de Atenas. No sé cómo ha funcionado, porque nuestras personalidades no podrían ser más diferentes, pero es increíble”.

A continuación, fragmentos editados de nuestra conversación.

P: ¿Cuándo se conocieron?

EMMA STONE: Fue en junio de 2015, en una cafetería. Yo estaba en los ensayos de “La La Land: Una historia de amor” y quedé con él para hablar de “La favorita”. Pensé que iba a ser muy terrorífico y retorcido, y no es así. Fue una conversación muy cómoda y fácil, y congeniamos enseguida.

P: ¿Pensaste que podría ser una presencia más intimidante?

STONE: Después de ver las películas que había hecho hasta ese momento, sí.

YORGOS LANTHIMOS: Qué cliché.

STONE: ¡Tenía 26 años! No era más que una niña. Pero desde entonces mantuvimos el contacto y llegamos a conocernos un poco. Cuando estábamos rodando “La favorita”, ya teníamos una relación y el principio de nuestra amistad, y al final del rodaje empezamos a hablar de “Pobres criaturas”.

P: Yorgos, ¿qué estaba pasando en tu vida cuando leíste por primera vez “Pobres criaturas”?

LANTHIMOS: Acababa de mudarme a Londres y empecé a reunirme con gente para proyectos en inglés. Fue después de que “Colmillos” [2010] fuera nominada a los premios Oscar, y la gente empezó a interesarse.

STONE: [teasing] Nominado para un premio Oscar. Todo el mundo decía: “¡Vaya, este tipo es genial!”.

LANTHIMOS: Pero cuando empecé a mostrar el proyecto de “Pobres criaturas” a la gente, fue rechazado muchas veces para su desarrollo.

P: ¿Qué razón dieron?

LANTHIMOS: “Es demasiado raro, demasiado extraño”. Entonces se pensaba algo así: “Conseguiremos que un cineasta europeo o no estadounidense haga algo convencional, pero le dará su propio toque”.

STONE: Eso sigue pasando.

LANTHIMOS: Así que fue toda una decepción porque fui muy ingenuo al conocer a gente y que me dijeran: “Dios mío, ‘Colmillos’ es increíble, queremos hacer cosas contigo”. Y luego les enseñaba “La langosta” [2016] y ellos decían: “Ah, no, no, no estamos hablando de algo como esto. ¿No quieres hacer algo más normal?”.

P: Emma, ¿cómo te vendió Yorgos este proyecto?

STONE: Me dio una visión general de Bella, por lo que pasa y lo que los hombres en su vida experimentan como respuesta a su evolución. Y yo le dije: “Cuentas conmigo”. Dios mío, ella es el personaje más grandioso que probablemente llegue a interpretar.

P: ¿Qué tiene este personaje que resulta tan seductor?

LANTHIMOS: No se parece a nadie.

STONE: Se está bebiendo el mundo que la rodea de una manera tan única y hermosa que sueño con poder hacerlo yo. Me parece tan inspiradora, y vivir en ella cada día durante todo el proceso fue el mayor regalo, la mayor alegría que he tenido nunca como personaje. Cada persona que existe tiene tantas cosas que la han convertido en lo que es en la edad adulta, y fue interesante descubrir que, si quitas todo eso, lo único que queda es alegría y curiosidad.

P: Conocemos a Bella cuando aún no ha terminado de cambiar de cerebro: antes era una mujer adulta llamada Victoria Blessington, pero ahora es como un bebé adulto, impulsiva e infantil. ¿Cómo fue encarnar esa fase?

STONE: Fue difícil. Esa fue la etapa más complicada para mí, simplemente porque es donde es más primitiva. Actuar es intrínsecamente vergonzoso; esto, como trabajo, es una tontería y puedes sentirte realmente estúpido. Por suerte, con Yorgos, es mucho más liberador y me siento segura porque podemos llegar rápidamente a decir: “Supongo que esto no funciona, probemos otra cosa”. Además, puedo llorarle si me estoy volviendo loca por algo, cosa que he hecho muchas veces.

Llevábamos muchos años trabajando en esto, y llevarlo al cine siempre es aterrador. Para mí, las dos primeras semanas de rodaje de cualquier cosa son realmente difíciles, porque todavía estás buscando tu equilibrio y el tono de lo que realmente es en la práctica, no solo la idea. Así que la primera semana fue todo un reto entregarme a ello y confiar en el proceso, y creo que tú sentiste lo mismo.

LANTHIMOS: Sí.

STONE: Hablábamos de eso todos los días, y yo decía: “¿Qué estoy haciendo?”. Tú decías: “No lo sé”. Los dos estábamos averiguando quién era.

P: ¿Qué papel juega la confianza entre ustedes en la manera en que filmaron el despertar sexual de Bella?

STONE: Lo simplifica todo. Cuando había una escena así, solo había cuatro personas en la sala, aparte del actor que estuviera allí. Estaban Yorgos y nuestro [director de fotografía] Robbie Ryan, que me mira como si fuera una lámpara —me ha visto desnuda tantas veces, que está más allá de la nada— y luego Hayley [Williams, la primera ayudante de dirección], y Olga [Abramson], nuestra primera asistente de cámara. Esas eran las personas que estaban en la sala.

LANTHIMOS: A veces ni siquiera había sonido. Poníamos micrófonos cuando podíamos y ni siquiera había un operador de micrófono. Así que es muy íntimo.

P: Yorgos, tú actuaste en la película griega “La vida según Attenberg” a principios de tu carrera, y ese papel requirió que participaras en algunas escenas de sexo. ¿Eso te dio una perspectiva única en la dirección de ese tipo de escenas?

LANTHIMOS: Para mí, ese aspecto nunca fue un problema. Nunca he entendido la mojigatería que hay al respecto del sexo en las películas, o la desnudez. Siempre me vuelve loco lo liberal que es la gente con la violencia y cómo permiten que los menores la experimenten de cualquier manera, y luego somos tan mojigatos con la sexualidad. Para mí, lo difícil de ser actor era tener que esperar mucho, y por eso, cuando hago películas, intento tener la menor cantidad de elementos posible: sin luces, sin equipo, sin nada. Nadie va a ninguna parte, nadie se va. No hay tiempo para fumarse un cigarrillo, porque seguimos adelante.

STONE: Por eso debes cambiar al vapeo.

P: ¿Qué se sintió acercarse el final de un proyecto tan absorbente como “Pobres criaturas”?

STONE: Yo era un desastre. Dios mío, estaba destrozada. Ni siquiera pude terminar las escenas que estábamos rodando el último día porque estaba llorando mucho.

P: ¿No querías dejarlo ir?

STONE: Quería terminar porque estábamos agotados, pero realmente no quería que acabara. Fue una experiencia tan importante para mí que ahora me entristece pensar en ello.

LANTHIMOS: El último día fue en el estudio, y grabamos la escena en la que salta del puente.

STONE: Estoy lagrimeando. Lo siento, esto es tan estúpido. Es extraño. Ese último día, hice el salto que Victoria hace desde el puente cuando está embarazada, y me emocioné mucho. ¡Puedes imaginarte, si estoy sentada aquí llorando, años después de eso!

Le dije a Hayley, nuestra asistente de dirección, “Ay, Dios mío, esto es tan triste. Estoy filmando un suicidio, y es el final de la película después de toda esta alegre experiencia”. Y ella dijo: “No, este es el nacimiento de Bella”. Le dije: “¡Sí, es el nacimiento de Bella! Porque que Victoria se haya ido es el nacimiento de Bella”. Es muy agradable terminar con eso.

[Secándose los ojos.] Sí. Como sea, fue genial. No fue gran cosa. Una película divertida, la pasamos bien. Solo me importaba el sueldo.

c.2023 The New York Times Company