Emma Stone vs. Scarlett Johansson: sus amores, papeles más famosos y los miedos que pocos conocen
En un año tan particular, tanto Emma Stone como Scarlett Johansson vieron cómo dos proyectos para los que se prepararon por largo tiempo finalmente lograron estrenarse. Tanto Cruella, de Craig Gillespie -que se encuentra disponible en Disney+ a través de su servicio Premier Access- como Black Widow, de Cate Shortland, a la que se podrá disfrutar vía streaming a partir del viernes, tienen a las talentosas actrices como protagonistas excluyentes y en roles complejos que les llegaron tras disímiles recorridos en Hollywood.
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Los roles con los que dieron sus primeros pasos
En el caso de Stone, de 32 años, su debut en cine se produjo con una comedia que ya podríamos considerar de culto: Supercool, del año 2007. Posteriormente, la actriz oriunda de Arizona permaneció en el terreno de la comedia con The House Bunny, Zombieland (que se convertiría en todo un éxito, con secuela incluida) y, especialmente, con la brillante Se dice de mí, un homenaje a John Hughes donde tenía todo el protagonismo. El carisma que desplegó en ese film de 2010 derivó en un ascenso meteórico.
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Por su parte, Johansson, de 36, debutó a más temprana edad, a los 10 años, en el fallido film de Rob Reiner, North. Luego, formó parte de largometrajes como Si Lucy cayera, Manny & Lo, Mi pobre angelito 3 y El señor de los caballos, de -y con- Robert Redford, película que marcó un antes y un después en sus decisiones profesionales.
Sus papeles más famosos
Tras el éxito de Se dice de mí, Stone comenzó a trabajar sin tregua y lo hizo en films donde pudo probar su versatilidad, como la seguidilla de Loco y estúpido amor, Historias cruzadas, El sorprendente Hombre Araña, y Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia) por la que cosechó su primera nominación al Oscar como mejor actriz de reparto. Stone terminaría llevándose la estatuilla dorada en 2017 por su interpretación en el musical La La Land, donde volvió a formar dupla con Ryan Gosling. Dos años más tarde, fue nuevamente nominada, en ese caso por su brillante trabajo en La favorita. Temeraria, amante de los desafíos, pero cuidadosa, la carrera de Stone, quien también se subió a las tablas nada menos que con Cabaret, es una muestra cabal de que su potencial siempre estuvo ahí. Tan solo había que aguardar los papeles correctos.
La filmografía de Scarlett, quien también hizo su paso por el teatro y además es cantante, es más prolífica pero menos homogénea. En ella encontramos grandes aciertos como Mundo fantasma, Match Point, Under the Skin y Ella, para la que puso su inconfundible voz, pero también largometrajes no del todo logrados como La dalia negra, Hitchcock, Simplemente no te quiere y Don Jon. Podríamos decir que en los últimos años su carrera dio un gran giro. Johansson recibió dos nominaciones al Oscar en 2020 por Historia de un matrimonio, en la categoría de mejor actriz y por Jojo Rabbit en la de mejor actriz de reparto. Mientras tanto, formaba parte del Universo Cinematográfico de Marvel integrando el equipo de los Avengers, pero aguardaba paciente el estreno de Black Widow, el merecido spinoff del personaje de Natasha Romanoff.
Sus grandes amores
Emma Stone jamás se sintió a gusto hablando de su vida privada y, de hecho, no tuvo demasiadas oportunidades para hacerlo porque sus relaciones fueron pocas y largas. La más conocida fue la que entabló con Andrew Garfield. Tras un breve romance con el actor Kieran Culkin, en 2009, Emma conoció al actor en la filmación de El sorprendente Hombre Araña. El rodaje del film comenzó en 2010, y al año siguiente, sus protagonistas comenzaban su noviazgo.
Sin embargo, cuando notó que su pareja frecuentemente hablaba de su vínculo con la prensa, Stone no se sintió cómoda. “Entiendo el interés completamente, pero es un vínculo tan especial para mí que no se siente correcto hablar de eso con los medios, así que elijo no hacerlo, y voy a tener continuidad con esa postura”, le explicaba a la publicación WSJ Magazine. En 2015, ese vínculo llegó a su fin. A pesar de la ruptura, los actores se tienen un gran cariño y conservan una amistad. “Por supuesto que aún se quieren. Siguen teniendo una relación cercana y se llevan bien”, contaban amigos luego de la separación.
Un año después de dicha ruptura, Stone conoció al director y guionista Dave McCary, cuando participó de Saturday Night Live, y protagonizó un sketch titulado “Wells for Boys”, que fue dirigidio por el cineasta. La conexión entre ellos fue inmediata. En diciembre de 2019, en el Instagram de McCary, se podía ver a una radiante Emma mostrando un anillo de compromiso. La íntima boda se realizó en 2020, y en marzo de este año le dieron la bienvenida a su primer hijo bajo un total hermetismo. “No hablo de mi vida privada, porque siento que una vez que empiece a hacerlo van a tomar una frase y comenzar a especular, y yo voy a salir a desmentir, entonces va a surgir otra cosa... Por eso decido directamente no explayarme al respecto”, manifestó en una ocasión la talentosa intérprete.
La vida sentimental de Johansson, a diferencia de la de Stone, siempre estuvo mucho más expuesta. “La idea del matrimonio es muy romántica, es una idea muy bonita y su práctica puede ser una cosa muy bella, pero no creo que sea natural ser una persona monógama. Puede que me critiquen por esto, pero creo que es mucho trabajo”, expresó la actriz hace varios años. De todos modos, sí apostó por el casamiento. En 2008 contrajo matrimonio con Ryan Reynolds, de quien se divorció en 2011; de 2014 a 2017 estuvo casada con Romain Dauriac, con quien tuvo una hija, Rose. A pesar de que dichas relaciones no funcionaron, Johansson quiso darse una nueva oportunidad y se casó con el comediante Colin Jost -con quien incluso visitó la Argentina- en octubre de 2020 y sorprendieron hace unos días con el anuncio de que están esperando su primer hijo. Asimismo, la actriz tuvo relaciones de alto perfil con Jack Antonoff, Josh Hartnett, Jared Leto y Sean Penn.
Sus miedos más profundos
En una ocasión, Scarlett Johansson reveló uno de sus mayores temores. La actriz contó que, cuando se aboca a su faceta de cantante y al teatro, padece de un pánico escénico que la paraliza. “Me encantaría hacer más obras en Broadway, pero no sé cómo se va a manifestar mi miedo, es un pánico que debo superar”, le contó a la revista Glamour. De acuerdo a Scarlett, la sensación es tan palpable que queda completamente en blanco y sin poder moverse. “De chica no me sucedía, comenzó en mi adolescencia y creo que es algo que se queda con vos”, reveló.
Stone se ha explayado mucho sobre lo que no es un miedo per se sino un problema de salud mental. La actriz sufre de un trastorno de ansiedad con el que lidia cotidianamente e incluso recuerda cuándo comenzó a manifestarse. “Fue verdaderamente aterrador y abrumador. Estaba en casa de una amiga, y de repente me convencí de que la casa se estaba incendiando y se iba a quemar. Estaba sentada en su cuarto, obviamente la casa no se estaba incendiando, pero no había ninguna parte de mí que no pensara que iba a morir”, relató.
“De pequeña ya quería ser actriz y no había muchos actores hablando de ataques de pánico”, expresó, en alusión a cómo se estigmatizan las enfermedades mentales. “No tenés que ser actor para superar la ansiedad, pero sí hay que buscar lo que te atrae. No solo lo manejo en terapia, también medito y me reúno con mi familia y mis amigos”, se explayaba hace dos años. De hecho, en diálogo con LA NACION a propósito del estreno de Cruella, habló sobre cómo los monólogos de su personaje la ayudaron a estar presente en el momento y a olvidar la ansiedad.
Cruella y Black Widow: las mujeres al frente
Emma Stone siempre fue la primera opción para interpretar a un personaje emblemático del universo Disney en una precuela oscura, pero al mismo tiempo divertida, ágil y muy punk, ambientada en la Londres de los 70. La historia de Cruella de Vil fue adaptada cinco años después de su publicación por los estudios en su largometraje de animación (que tuvo su secuela en 2003), y en el díptico live action, protagonizado por Glenn Close en 1996 y en el 2000.
En diálogo con LA NACION, Stone contó que no considera a Cruella como una villana a secas. “Su punto de mayor vulnerabilidad es que siente una enorme responsabilidad por cosas que sucedieron en su vida. Creo que la película definitivamente pone la discusión de naturaleza versus crianza sobre la mesa pero, como después aprendemos, Estella no tiene la culpa de ciertas cosas y pienso que eso es muy cierto para muchos de nosotros. Muchos sentimos culpa por cosas que no hubiésemos podido haber evitado o cambiado, pero sentimos que deberíamos haberlo hecho cuando éramos niños. Creo que es en ese punto en donde peor la pasa”, señaló la actriz, quien se divirtió mucho con su personaje, y que volverá a trabajar con el guionista del film, Tony McNamara. “Yo lo amo a Tony y voy a volver a trabajar con él en breve”, anticipa, en relación a la adaptación de Poor Things, la novela de Alasdair Gray, que será dirigida por Yorgos Lanthimos. Será nada menos que el regreso del sólido equipo de La favorita. “Ahí se armó una gran trifecta”, remarcó Stone.
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En relación al estreno de este jueves de Black Widow, Johansson también habló con este medio sobre el spinoff del personaje de Natasha y los paralelismos que encuentra con su propia vida.
“El personaje evolucionó, quiero decir: diez años es mucho tiempo en la cultura pop, es enorme, ¡es una década! Pasaron muchas cosas malas en la sociedad, la cultura es un reflejo de eso. Y yo también crecí y me convertí en una mujer, en esta década que pasó. Cuando comencé a trabajar en el mundo de Marvel tenía 23 años, era una mujer joven, ahora soy madre. Creo que el viaje de Natasha es un reflejo de mi propio viaje, soy realmente afortunada de haber podido seguir la pista de la vida de esta mujer durante una década. No sé en cuántas otras circunstancias hubiera podido tener esta oportunidad como actriz. También tener la posibilidad de contribuir en el proceso creativo ha sido inusual y emocionante. Es tanto un viaje personal como ficcional”, contó Johansson, productora ejecutiva de un film necesario, con el que la actriz demuestra que la historia de Natasha merecía ser contada.