Emigró a Alemania, se topó con una diferencia que le generaba incomodidad y tomó una drástica decisión: “Logré lo que me planteé”
Instalado en Alemania, la vida de Martín Saldaño podría relatar el caso exitoso de un argentino emigrado. Con 34 años, tiene un desempeño profesional próspero y lleva una década en el continente europeo. Sin embargo, su historia cuenta con una operación a la que se sometió para aumentar su altura. En diálogo con LA NACION, rememoró cómo tomó la decisión de realizarse la cirugía estética, lo que implicó el proceso y el gran cambio que experimentó en su vida.
Martín trabaja en el rubro de desarrollo de negocios internacionales para un conglomerado de empresas de software. Además, tiene estudios en educación física, gestión deportiva y comunicación. Más allá de desempeñarse tanto en el ámbito profesional como personal sin problemas, el argentino siempre tuvo un conflicto con su altura.
Con 1.70 m, estaba apenas por debajo del promedio en la Argentina, que según un estudio hecho en 2021 por el Imperial College London es de 1.74 en los hombres. Sin embargo, hace diez años se mudó a Alemania, donde la altura promedio es mayor, y allí sí comenzó a sentir esta característica biológica como una limitación.
La primera vez que investigó fue en 2019, cuando googleó sobre una operación para modificar su altura. Sin embargo, las condiciones que leyó en aquel momento no lo convencieron. “Salía carísimo y evidentemente era un dolor traumático y una experiencia horrible. Me hice la cabeza de que la iba a pasar terriblemente mal y era impagable”, relató a este medio. Ante ese panorama, abandonó temporalmente la idea.
En 2022, decidió profundizar más en el tema y encontró un camino posible: “El año pasado tuve una fase en la que hubo cambios en mi vida. Googleé el tema de vuelta y lo hice con más precisión”. En su búsqueda, encontró un centro médico en Turquía que contaba con un alto nivel de profesionalidad y seguimiento por parte de un equipo interdisciplinario. Aunque el costo fue elevado, concretamente de 35.000 euros, Martín pudo organizarse para pagarlo mediante un préstamo y avanzó con la cirugía.
Cómo fue la operación para aumentar su altura
De acuerdo a lo que explicó Saldaño, la cirugía de alargamiento consiste en hacer un corte en la mitad del fémur, de manera que quedara una parte superior y otra inferior. “Se corta de forma transversal y se inserta un dispositivo en el canal medular. Ese dispositivo se convierte en la conexión entre el fémur superior e inferior”, contó el argentino. Junto con esto, se suman fijadores externos que permiten estirar el hueso.
Por la cercanía entre ambos fragmentos luego del corte, el cuerpo actúa como si hubiera una fractura y comienza a osificar la zona. De acuerdo al nivel de recuperación ósea de cada paciente, el dispositivo se estira y permite el alargamiento en distintas proporciones, aunque el promedio es 1 mm por día.
Con esta misma tónica de realizar un seguimiento caso por caso, el promedio de crecimiento total de los pacientes que se realizan la operación es de 8 cm, aunque Martín llegó a crecer 10 cm. Una vez que finalizó el proceso de crecimiento, se retiran los fijadores y se deja el dispositivo interno.
Más allá de que su posoperatorio fue favorable, el argentino remarcó que depende mucho de cada caso particular y reveló que por momentos sufrió de dolor por condiciones previas. “Yo estoy en buena forma, pero tenía lesiones previas en la rodilla y cadera. Al principio no me podía mover porque tenía las rodillas como sandía”, recordó.
A pesar de que se debe superar una etapa de dolor, Martín afirmó que en su caso no fue un sufrimiento: “La mayoría de las personas padecen dolor durante el proceso y para eso está el acompañamiento con un cóctel de analgésicos y un seguimiento. Sentí dolor, aunque con los medicamentos se lleva. No es un dolor que no te deja vivir”. Más allá de esto, en casos donde la dolencia sea demasiado intensa, el equipo médico y el paciente pueden tomar la decisión de interrumpir el proceso.
Luego de lograr el complicado objetivo, en el que tuvo que tomar analgésicos y seguir una estricta rutina de dieta y ejercitación para llevar a cabo el proceso de manera favorable, comenzó la segunda fase de la recuperación: “Desde ahí quedé liberado y pude hacer casi cualquier actividad física y salir. Lo que sí, quedó el hueso muy fino y los músculos traumatizados porque los estiré 10 cm”. “Hay un año en el que tengo que hacer actividad física y que el hueso crezca. Puedo hacer lo que quiera, pero todavía tengo este dispositivo intramedular. Pasado el año, me pueden retirar lo que quedó internamente”, indicó.
Por qué decidió aumentar su altura
Al ser consultado por este medio sobre las razones por las que decidió realizar la cirugía estética de alargamiento, Martín Saldaño citó el concepto de atractivo físico. Desarrollado en el campo de la sociología y basados en distintos estudios a lo largo de las últimas décadas, engloba a la altura, junto a otras características, como uno de los rasgos que captan la atención universalmente, independientemente de las diferencias socioculturales que puedan existir a lo largo y ancho del mundo.
El clic lo hizo cuando uno de sus compañeros de piso, que era estudiante de sociología, hizo su tesis justamente sobre el atractivo físico: “Me parecía que ahí pasaba algo objetivo, más allá de lo que era mi percepción personal. Había una percepción externa que tenía una influencia sobre mi vida”.
Es árbitro en el ascenso y, por las noches, realiza tributos de Joan Manuel Serrat en los bares
“Tiene influencia en cómo te percibe la gente en muchas áreas. En lo profesional, a la hora de hacer amigos, en la actividad física o al ir a la discoteca y no sentirse chichón del piso. Hubo un montón de momentos en mi vida donde si hubiese sido más alto hubiese tenido un beneficio”, argumentó. En esa misma línea, describió algo que le ocurrió al utilizar una app de citas: “En Alemania, muchos perfiles de Tinder dicen que si no medís más de 1.80 no escribas”. A pesar de que el argentino nunca consideró este aspecto como determinante en su vida, sí reflexionó que si existía una posibilidad de cambiar su altura, no había razón para no tomarla.
Con sus 10 cm nuevos y su 1,80 m de altura, Saldaño dejó en claro que ya siente la diferencia en el trato: “Me da cosa porque me gusta pensar que lo de adentro es lo más importante”. Aunque su nueva altura se hizo notar en distintos aspectos de su vida, Martín lo definió como un “cambio significativo” en el ámbito de las citas y de conocer mujeres.
Por último, en su entrevista con LA NACION, remarcó que está contento de haber llevado a cabo la operación. “Estoy muy feliz, porque logré hacer el desafío que me planteé, vencí el miedo”, manifestó. Con respecto a la exposición de su caso, espera que pueda servir para otras personas que piensen en realizar la misma cirugía o incluso para quienes no sepan que existe esa opción: “Me contactó bastante gente porque me preguntaron cómo es la operación. Hay mucha gente que no la pasa bien y quiero que sepan que se puede hacer y la tecnología te permite cambiar esa característica”. “No me molesta que la gente conozca el cambio de mi vida”, concluyó.