Elena Poniatowska y el pecado imperdonable de criticar a AMLO; de traidora no la bajan

Elena Poniatowska manifestó durante décadas su respaldo a Andrés Manuel López Obrador. Por ejemplo, en aquel recordado plantón de Reforma, provocado por los resultados electorales de 2006, la escritora se encargó de cronicar las muestras de apoyo de la gente hacia el lopezobradorismo. Pero en esta ocasión, Poniatowska tuvo algunos comentarios críticos hacia el presidente y recibió las respuestas ya clásica de los seguidores de la 4T: la tachan de ingrata y traidora.

"Sí le pediría que, en las mañaneras, hay que aceptar la crítica, que otros tienen una buena razón (para hacer críticas). Sería muy saludable, para él, pero también para nuestro país. Me da tristeza esta especie de (postura): "yo soy el que sabe". Todos sabemos, todos nos equivocamos. (Ojalá) que nos dé la oportunidad de equivocarnos, de decirle por dónde", fueron las palabras de la autora durante una conferencia en la Feria Internacional del Libro de Monterrey.

También hizo comentarios sobre la falta de apoyo a la cultura que ella percibe durante el actual sexenio. “No ha hecho nada de lo que esperábamos por la cultura. No se ha ocupado de la cultura. Tanto él como su mujer, Beatriz Gutiérrez Müller, son historiadores, pero no se ha visto un empujón hacia la cultura, un interés. Es una pérdida yo creo, y un error”. Y no dejó de lado la controvertida ampliación de tareas que el presidente ha asignado a las Fuerzas Armadas del país: “Es una sorpresa porque no había existido esta militarización. No entiendo qué está haciendo tanto el Ejército, si lo que se consideraba un logro era que no participara en la vida política del país”.

Por cierto, quien le realizó la pregunta en la que respondió que AMLO debía aceptar más la crítica fue Denise Dresser y eso también fue interpretado como un pecado en redes sociales: la compararon con la analista y dijeron que ambas quieren ser siempre protagónicas y les gusta criticar desde el privilegio. Como ha sucedido con otros personajes que los seguidores de AMLO consideraban cercanos (Aristegui como ejemplo más visible), no han tardado en llegar las etiquetas para Poniatowska. La realidad es que sus comentarios fueron muy ecuánimes: no buscó la polémica ni la provocación. Sencillamente emitió puntos de vista y destacó cuáles son los aspectos negativos que ella ve en el gobierno y en el presidente.

Pero precisamente hacer eso, dar un comentario sensato, parece un pecado imperdonable para los seguidores del presidente, que se han tomado muy a pecho eso de los "tiempos de definirse", como ha llamado AMLO a la época actual —para establecer que quiere lealtad absoluta—. Por eso Poniatowska ha pasado a ser considerar ingrata y traidora en diversos comentarios en redes. Y tampoco se lo han tomado muy bien los detractores del gobierno, pues dicen que Poniatowska se tardó mucho en darse cuenta de cómo era López Obrador.

Esa visión también adolece de totalitarismo: un respaldo previo, como el de Poniatowska, no condiciona el futuro. Es decir, la escritora siempre ha tenido alerta su sentido crítico, porque haber formado parte activa del movimiento no equivalió, para ella, a jurarle lealtad ciega a AMLO. Ella mismo recordó la trascendencia que tiene el pluralismo: "En vez de pelearse con la oposición y señalarla, sería más importante hacer un cónclave crítico de gente. Siento muchísimo que haya muerto Carlos Monsiváis, porque Andrés Manuel iba a su casa, le pedía de veras su opinión y en muchas ocasiones tomó muy en cuenta todas las opiniones que podrían ser contrarias a las suyas”, señaló también en su intervención.

Caminar en medio de las dos avenidas de polarización del país parece un juego de perder-perder. Pero Poniatowska se encuentra ahí, aunque muchos consideren que su postura es ingrata y otro más digan que tardó en abrir los ojos.

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