Elecciones de mitad de término: EE.UU. vota en unas legislativas convertidas en un referéndum para Joe Biden y la democracia del país

El presidente Joe Biden habla durante un mitin con el expresidente Barack Obama, el candidato demócrata a senador estadounidense John Fetterman y el candidato demócrata a gobernador Josh Shapiro en el Centro Liacouras el 5 de noviembre de 2022
El presidente Joe Biden habla durante un mitin con el expresidente Barack Obama, el candidato demócrata a senador estadounidense John Fetterman y el candidato demócrata a gobernador Josh Shapiro en el Centro Liacouras el 5 de noviembre de 2022 - Créditos: @Mark Makela

WASHINGTON.- Con una economía golpeada por la inflación más alta de las últimas cuatro décadas y una discusión sobre la salud y el futuro de la democracia como telón de fondo, Estados Unidos vuelve a votar en unas elecciones de medio término en las que los norteamericanos darán un veredicto sobre el rumbo del país, el ambiente político y la gestión del presidente, Joe Biden, y marcarán el tono para la pelea por la Casa Blanca en 2024.

Los comicios decidirán las 435 bancas de la Cámara de Representantes del Congreso, 35 escaños del Senado, 36 gobernaciones, y cientos de autoridades estatales y locales junto con más de cien consultas populares sobre temas como el aborto –habrá seis, la mayor cantidad en un solo año–, el cannabis, el derecho a portar armas, los controles a las elecciones, el financiamiento a la educación o la privacidad digital. Pero, tal como ocurre en otras latitudes, las elecciones serán también un referéndum sobre Biden y el rumbo del país en un clima espeso y tenso la acidez retórica de la campaña y una polarización enquistada.

El presidente Joe Biden habla durante un mitin para el candidato demócrata al Senado de Pensilvania, John Fetterman, y el candidato demócrata a la gobernación, Josh Shapiro, en el Centro Liacouras el 5 de noviembre de 2022 en Filadelfia, Pensilvania.
El presidente Joe Biden habla durante un mitin para el candidato demócrata al Senado de Pensilvania, John Fetterman, y el candidato demócrata a la gobernación, Josh Shapiro, en el Centro Liacouras el 5 de noviembre de 2022 en Filadelfia, Pensilvania. - Créditos: @Mark Makela

Desde la última vez que Estados Unidos votó, en 2020, el país recorrió el asalto trumpista al Capitolio a principios de 2021, la transición presidencial más traumática que se recuerde, el fin de la pandemia del coronavirus, el caótico punto final a la guerra en Afganistán y la invasión de Rusia a Ucrania, el peor rebrote inflacionario de las últimas cuatro décadas, un aumento de los robos y asaltos, y la decisión de la Corte de revocar la protección constitucional al derecho al aborto, que profundizó las divisiones. La inflación y la economía son las principales preocupaciones en la mente de una sociedad fracturada.

Ante ese panorama, y con la irrupción de una camada de políticos “negacionistas” en el Partido Republicano que ha cuestionado fuertemente el funcionamiento y la integridad del sistema electoral, muchos expertos creen que el escrutinio de la elección estará envuelto en las mismas discusiones y tensión que el de hace dos años.

“Es posible que no conozcamos todos los ganadores de las elecciones por unos días. Lleva tiempo para contar todas las boletas de manera legal y ordenada”, dijo la vocera presidencia, Karine Jean-Pierre. “Es importante que seamos pacientes mientras todos los votos se cuentan”, insistió.

Qué dicen las encuestas

Todos los pronósticos y las encuestas anticipan un avance del Partido Republicano. Históricamente, en Estados Unidos el partido gobernante suele sufrir una derrota en las elecciones intermedias que se realizan después de su victoria en la elección presidencial. En las últimas décadas, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George H.W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama perdieron poder –en mayor o menor medida– en los comicios que se realizaron dos años después de su llegada a la Casa Blanca. Los republicanos y George W. Bush tuvieron su excepción, en 2002, en un país todavía traumatizado por los atentados del 11-S. En 2018, con Donald Trump en la Casa Blanca, los demócratas lograron enarbolar una “ola azul” que sirvió de antesala para el triunfo de Biden, dos años después.

El ex presidente de EE.UU. Barack Obama y el presidente Joe Biden se manifiestan a favor del candidato demócrata al Senado de Pensilvania John Fetterman
El ex presidente de EE.UU. Barack Obama y el presidente Joe Biden se manifiestan a favor del candidato demócrata al Senado de Pensilvania John Fetterman - Créditos: @Mark Makela

Este año, el interrogante en la antesala electoral es si los republicanos tendrán su “ola roja”, o si los demócratas lograrán salvar la ropa.

El magro respaldo a la gestión de Biden, que merodea el 40%, similar al apoyo que tenían Trump o Reagan al momento de sus derrotas, y por debajo del apoyo del que gozaban Clinton, Obama o los dos Bush, es para los expertos un preludio de una elección cuesta arriba para el Partido Demócrata, que se aferra a la esperanza de retener el Senado para ponerle, al menos, una cota al avance del Partido Republicano.

Durante toda la campaña, los republicanos han buscado enfocar su mensaje en la economía, el delito y la inmigración, tres temas que este año parecen tener eco en el electorado. Tal como ha ocurrido en los últimos años, el principal protagonista de la campaña de la oposición fue Donald Trump. El mensaje de los demócratas ha sido más errático. Al principio, el oficialismo buscó tomar el aborto como bandera electoral luego del fallo de la Corte, pero con el correr de los meses giraron hacia la economía, y en la recta final pusieron el acento en la democracia. Los mensajes de Biden, quien estuvo mucho menos activo que sus antecesores, han sido un testimonio de ese zigzagueo.

El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, observa un video del presidente Joe Biden tocando durante un mitin para el senador Marco Rubio en la Feria y Exposición de Miami-Dade Country el 6 de noviembre de 2022 en Miami, Florida.
El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, observa un video del presidente Joe Biden tocando durante un mitin para el senador Marco Rubio en la Feria y Exposición de Miami-Dade Country el 6 de noviembre de 2022 en Miami, Florida. - Créditos: @JOE RAEDLE

“Entendemos que los norteamericanos se sienten presionados, el presidente lo entiende”, dijo Jean-Pierre, sobre la economía y el alza del costo de vida. “La inflación está disminuyendo”, remarcó.

Si los republicanos consiguen victorias contundentes y logran recuperar las dos cámaras del Congreso, hoy, en poder de los demócratas, la presidencia de Biden quedará atada de manos durante los dos años restantes de su mandato. Biden solo podrá gobernar por decreto, sin posibilidad de imponer una agenda legislativa propia. Pero además los republicanos seguramente atormentarán a su gobierno con investigaciones, y quizá incluso con un eventual impeachment, tal como hicieron los demócratas durante los últimos dos años de Trump en el poder. Los republicanos también pueden forzar un recorte fiscal profundo para intentar reforzar la lucha contra la inflación.

Si los demócratas logran retener el control del Senado, Biden todavía podrá al menos designar jueces –incluso en en la Corte Suprema–, embajadores, o incluso conseguir la confirmación de funcionarios en su propio gobierno que necesitan el visto bueno del Senado.

Más allá del Congreso, las elecciones locales han capturado un especial interés este año por su decisivo impacto en los procesos electorales. En Estados Unidos, cada estado tiene la facultad de regular sus propias reglas para las elecciones. Los demócratas miran con enorme preocupación el avance de los candidatos republicanos “negacionistas” que pueden quedar a cargo del manejo de las próximas elecciones en los estados “pendulares” que decidirán el futuro de la Casa Blanca.