Elecciones en Gran Bretaña: la riesgosa jugada de Rishi Sunak que no podría evitar la caída de los conservadores
PARÍS.– “Cambio”. La palabra adornaba el atril desde el cual el líder laborista Keir Starmer respondía el jueves al discurso que el primer ministro Rishi Sunak, empapado, había pronunciado el día antes para anunciar elecciones anticipadas en Gran Bretaña el 4 de julio. Un eslógan de solo una palabra, que tiene el mérito de ajustarse al sentimiento de hartazgo y exasperación de los 77 millones de habitantes del Reino Unido, fue repetido ocho veces por el dirigente de la oposición.
En una de las últimas encuestas de YouGov sobre el proyecto de elecciones generales, 58% de los sondeados —incluyendo más de un tercio de aquellos que votaron a los conservadores en 2019— declaró que había llegado “el momento del cambio”. “Starmer está decidido a ser la respuesta a ese deseo del electorado”, escribió esta semana el diario The Guardian.
El desafío es grande para ambos dirigentes. En una osada jugada de póker, Sunak sorprendió esta semana a sus conciudadanos anunciando unas elecciones que todos esperaban para la segunda mitad de 2024 y en la cual Starmer espera ganar el gobierno para su partido después de 14 años de régimen conservador.
En un discurso a la nación, pronunciado en la puerta de Downing Street, la sede del gobierno, Sunak dijo que era “el momento apropiado para que Gran Bretaña escogiera su futuro”, agregando que había que confiar en los tories para que dirijan el país en tiempos de inestabilidad global.
Una afirmación que, sin embargo, despertó alarma entre sus correligionarios conservadores quienes, conscientes de que el partido se arrastra más de 20 puntos por detrás de la oposición laborista, podría prácticamente desaparecer del mapa político. Algunos diputados hasta pensaban en la posibilidad en retirar la confianza al primer ministro, un procedimiento reconocido por los estatutos.
Para decirlo simplemente: Keir Starmer será casi con seguridad el próximo primer ministro británico, tras haber transformado al laborismo después de su histórica derrota de hace cinco años.
Change. pic.twitter.com/pLOFU5ijTz
— Keir Starmer (@Keir_Starmer) May 22, 2024
Pero, si la situación de los tories es tan desventajosa, ¿por qué Sunak decidió adelantar las elecciones? Porque cree que, en este momento, el partido tiene una única posibilidad de ganar —aunque remotísima—, teniendo en cuenta los escasos signos de recuperación de la economía. A su gabinete explicó que el retroceso de la inflación, así como el número de migrantes ilegales, reforzarán el mensaje conservador de “persistir con el plan”.
El problema es que el anuncio llegó el mismo día que las cifras mostraban que la inflación había caído menos de lo esperado, derrumbando así la esperanza de que una eventual reducción de las tasas de interés pudiera otorgar al Partido Conservador una recuperación en los sondeos.
Fuentes gubernamentales aseguran, en todo caso, que Sunak, convencido de que la situación económica no mejoraría antes del otoño boreal —es decir dentro de cuatro meses, cuando debieran haberse realizado las elecciones—, y que las críticas sobre su cuestionado proyecto de deportar a los inmigrantes ilegales a Ruanda se intensificarían, decidió anunciar la elección general para el 4 de julio.
A los malos pronósticos económicos se suman las cifras negativas de la confianza de los consumidores británicos, que no han conseguido regresar al periodo pre-pandémico.
“Esto sugiere que el público sigue soportando los efectos de la crisis sobre la capacidad adquisitiva, un modelo que se repite -es verdad- en otros países ricos”, analiza el periódico Financial Times.
¿El Brexit fue un enorme error?
Ese lento derrumbe de la situación económica no comenzó con la pandemia de Covid, sino con el Brexit. Según cifras recientes, desde entonces, el comercio de bienes del Reino Unido retrocedió 10%, mientras que progresaba 5% en los otros países del G7.
El Brexit no fue un acontecimiento puntual. Es un proceso que no termina. Ocho años después del referéndum del 23 de junio de 2016, cuatro años después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tres años después de la salida efectiva del mercado único europeo el 1 de enero de 2021, nuevos controles fronterizos acaban de entrar en vigor, provocando la violenta reacción de las pequeñas empresas, que deberán pagar aun más tasas.
“El Brexit fue un experimento raro desde un punto de vista económico. Se trata de un país que decidió levantar barreras con su principal socio comercial, que representa cerca de la mitad de los intercambios”, analiza Emily Fry, del centro de reflexión Resolution Foundation.
Es verdad que el acuerdo firmado con la UE evita el regreso de los derechos de aduana. Pero impone pesadas declaraciones (formularios de importación, exportación, certificados sanitarios, etc). Dos años y medio más tarde, el balance muestra un lento derrumbe del comercio británico.
También es raro el fenómeno social que se ha producido en el Reino Unido después del Brexit. Porque, si bien la historia demuestra que los electores raramente cambian de idea después de un referéndum, la opinión pública británica ha sufrido un cambio radical en los últimos dos años.
“Desde el voto de 52% a favor y 48% en contra de junio de 2016, la mayoría del electorado ha llegado a la conclusión de que cometió un enorme error. Un arrepentimiento que, en cifras, se sitúa por encima del 20% de aquellos que votaron por el ‘leave’ (salir)”, confirma Sir John Curtice, uno de los principales encuestadores de instituto UKiCE, para quien la mala situación económica ha pesado mucho más que la antigua irritación provocada por la inmigración.
Para la liberal-demócrata Sarah Olney, la deshonestidad y las mentiras de los defensores del leave es la primera causa de ese arrepentimiento, mientras que para Peter Kellner, expresidente del instituto de sondeos YouGov, los pro-Brexit nunca tuvieron idea de lo que pasaría cuando ganaran.
Según fuentes del partido, en caso de un triunfo del laborismo el 4 de julio, el nuevo gobierno intentará mejorar las relaciones con la UE. Hay quienes no solo hablan de ampliar el actual acuerdo de comercio con el bloque, sino de adoptar incluso un alineamiento con las reglas europeas. Pero el laborismo, que se opuso al Brexit, no tiene en sus planes, sin embargo, intentar una nueva adhesión a la UE.
Estos serán, en todo caso, los primeros comicios generales realizados en el Reino Unido en el mes de julio desde 1945, cuando el líder laborista, Clement Attlee, obtuvo una mayoría de 145 bancas en la Cámara de los Comunes. La campaña también se desarrollará durante el torneo Euro 2024 de fútbol, con el día de votación la víspera de los cuartos de final.
Los Liberales-Demócratas (LibDem), el tercer partido de Gran Bretaña, también esperan aprovechar la ocasión para ampliar su presencia en el país. Su líder, Ed Davey, declaró que el gobierno estaba “totalmente desfasado, sin excusas y sin tiempo”. Por su parte, la agrupación de derecha dura Reform UK, intentará obtener los votos del ala más a la derecha de los tories.