El veterano que regresó a reconstruir su barrio en Nueva Orleans

Es la historia de un hombre emprendedor que fue golpeado por el destino, pero que ha sabido reponerse y apegado al barrio que lo vio nacer, el mismo que ahora se empeña en reconstruir. Cuando en agosto de 2005 el huracán Katrina devastó la ciudad de Nueva Orleans, Burnell Cotlon, un veterano de las fuerzas armadas, tuvo la suerte de evacuar a tiempo. Con dolor pudo ver luego cómo su ciudad quedó inundada y destruida.

Luego visitó en persona el sitio donde había estado su casa. “Lo perdí todo. Fue como un sueño. Lloré. Lloré como un bebé. No había nadie más alrededor, pero me quedé allí y lloré durante aproximadamente una hora”, recuerda.

Su barrio natal, el Distrito 9, conocido en inglés como el Lower 9th Ward, fue el más afectado de todos. Muchos murieron, otros huyeron.

Tras un tiempo en el que fue reubicado entre Nueva York y San Antonio, Cotlon regresó a su ciudad y comprobó que, más allá de las restauraciones a la zona turística, a la que sale en las tarjetas postales, muy poco se había hecho por su Distrito 9, una zona muy pobre donde abundan las personas de raza negra.

Este exmilitar había sido destinado durante diez años en Alemania. Y si bien en aquella época visitó media Europa, nunca dejó de considerar que el sitio de su corazón seguía siendo Nueva Orleans. Él forma parte del 25% de la población que decidió regresar a su ciudad después de la devastación provocada por el huracán y por la irresponsabilidad humana.

“Antes de Katrina, tenía 42 vecinos”, reconoce. “Hoy tengo tres.”

De vuelta a su terruño, Burnell Cotlon constató que se encontraba en medio de un desierto.

El Distrito 9 es lo que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha denominado “un desierto de comida”, un espacio habitable donde no existen supermercados ni otras estructuras capaces de abastecer de alimentos a la población, y donde muy pocos habitantes tienen acceso a un automóvil; ambos indicadores de la preocupante pobreza que predomina en la región.

De manera que el siempre sonriente Cotlon decidió abrir Lower 9th Ward Market, la primera tienda de víveres que se haya erigido en esa zona de la ciudad diez años después de que los diques se reventaran, el 80% de la ciudad quedara bajo las aguas y cientos de sus habitantes perdieran la vida.

“Imagínese, si usted no tiene un auto y tiene tres o cuatro hijos, tiene que subir a tres autobuses con sus niños antes de llegar a Walmart, para luego hacer el camino de vuelta con los niños y con las bolsas”, comenta.

“Estamos en Estados Unidos”, señala. “No debería existir esta dificultad que aquí tenemos que soportar.”

Por ello, tras apelar a compañías como Walmart o Winn-Dixie y Rouses –desde donde le contestaron que no les resultaba rentable abrir un establecimiento donde vivían tan pocas personas- este hombre se lanzó con sus ahorros por su cuenta y riesgo.

“Si las grandes superficies comerciales no están dispuestas a venir aquí para reconstruir, lo haré yo”, se dijo a sí mismo.

Fue entonces que su empeño llegó a oídas de la actriz y presentadora de televisión Ellen DeGeneres, también nativa de Nueva Orleans, quien lo invitó a su plató en Los Ángeles, elogió su empeño y hasta logró echar un programa de donación de lavadoras y secadoras para que Cotlon pueda abrir una lavandería en ese barrio pobre y maltratado que no quiere dejar morir.

Donde tras el huracán solo estaba el esqueleto de una estructura de dos plantas, este hombre edificó con muy pocas ayudas y con el auxilio de los tutoriales de YouTube para instalar conexiones eléctricas lo que hoy es su mercado; un espacio donde lo mismo se venden verduras, frutas, hortalizas, frijoles, arroz, pero también galletas para niños, juguetes, zapatos, útiles escolares, y hasta condones o pañales para bebés.

Un cartel en la entrada del establecimiento reza de esta manera: “si no ve lo que busca, pídalo”.

Burnell Cotlon, quien casi nunca sale de su tienda hasta tarde en la noche, no pierde la sonrisa: “Hay personas que me preguntan ‘¿y no le tienes miedo a otro Katrina?’ Y siempre les respondo: ‘¿y si construyo esto y Katrina nunca regresa?’”