El playboy multimillonario que ha regalado toda su fortuna para ayudar a los demás

La vida de Mazzi Dumato cambió por completo tras sufrir un accidente de coche en Dubái. El Ferrari de este multimillonario de 38 años se estampó en una autopista provocando un choque múltiple en el que se vieron involucrados otros cinco vehículos. A partir de ahí decidió deshacerse de toda su fortuna invirtiendo en el bienestar de los demás.

Dumato abandonó los yates, los clubes exclusivos y la vida de rico desfasado para volverse un hippie y ayudar a todos los que se lo pidan mientras viaja por Sudamérica.

El momento en el que se dio cuenta de que estaba desperdiciando su vida fue cuando la Policía de Dubái le encerró en un calabozo por culpa del accidente en el que su Ferrari de 120.000 euros quedó para el desguace.

Según revela en The Sun, este hombre de origen sirio pero que ha crecido entre el Emirato y Brasil reflexionó en la cárcel sobre su vida. Sobre cómo había malgastado todo su tiempo en lujosas fiestas y en tirar el dinero.

Como si fuera su destino, poco después de la cárcel conoció a la que luego iba a ser su mujer: una voluntaria brasileña llamada Milena que tras superar una leucemia había decidido irse a África para ayudar a los más necesitados. Le impactó que alguien que acaba de superar un problema tan grave quisiera dedicarse en cuerpo y alma a los demás.

Dumato, que por aquel entonces tenía 3 millones de euros en el banco, en invertirlo todo en ayudar a los demás. Y a la primera que ayudó fue a Milena que tuvo una recaída en forma de cáncer de pecho y que además necesitaba de un transplante de médula.

La precaria salud de su prometida hizo que Dumato comprobara con horror el mal funcionamiento de la salud en Brasil. Por eso, junto a unos de los médicos que la estaban tratando, creó un centro oncológico. El multimillonario compró los terrenos y financió la construcción del edificio, que tiene como finalidad tratar a las personas que no tengan recursos.

Según cuenta en el mismo medio, ahora mismo Dumato no tiene nada de dinero: todo se ha ido en facturas para pagar el tratamiento de su mujer, para costear el de un hermano suyo al que encontraron un tumor en el cerebro y también para el centro oncológico.

Ahora Dumato ya no tiene ningún Ferrari y se mueve en una vieja furgoneta Volkswagen por Sudamérica ofreciendo al los demás algo que considera más valioso que el dinero: su tiempo para ayudarles en lo que necesiten.