El narco quiere a un candidato en México: el suyo

Por décadas el Estado mexicano ha querido impedir que el dinero de procedencia ilícita financie las campañas de los políticos y para ello determinó que el financiamiento para partidos y sus campañas fuera de su responsabilidad. En la práctica la medida sirvió para que estos recursos quedaran en la opacidad y se beneficiaran los grupos internos que dominan al partido, dando con ello origen a la disputa dentro de estas organizaciones, no por causas ideológicas sino por el control de los grandes recursos financieros sobre los que no tienen que rendir cuentas a nadie y, si lo hacen al Instituto Nacional Electoral, no suele haber sanciones difíciles de negociar.

No es extraño escuchar en periodos electorales el reproche al Gobierno federal en el sentido de que no ha tomado las medidas necesarias para impedir el lavado de dinero proveniente del narcotráfico en las empresas que se vinculan con las campañas políticas y financian a los candidatos a los puestos de elección popular de los niveles federal, estatal y municipal.

En el pasado reciente se ha denunciado que políticos de diferentes partidos llegaron al poder apoyados por el financiamiento que les dio el narcotráfico y que al asumir su cargo, deben retornar a sus patrocinadores lo que recibieron y lo hacen de diversas maneras, siendo frecuente la impunidad para que estas bandas puedan operar sin temor a ser perseguidas por las autoridades policiacas, cuyo mando suele ser también otra parte del pago que demandan.

Hoy cuando se encuentran en marcha diversas campañas políticas en las entidades, el caso de lo que sucede en Chihuahua llama la atención debido a que el modelo de financiamiento a un candidato empieza a ser abandonado por la delincuencia organizada, para sustituirlo por el de la presencia en la contienda electoral de un solo candidato: el suyo.

Las bandas de delincuencia organizada impulsan a sus propios candidatos en algunos municipios de la zona serrana de Chihuahua, donde se celebrarán elecciones en junio, según denunciaron los dirigencias nacionales y estatales de los partidos Acción Nacional y Morena.

Las intimidaciones de la delincuencia organizada ya afectaron el proceso electoral y siendo periodo de precampaña, el PAN no cuenta con aspirantes para seis municipios, según dijo Mario Vázquez, presidente del Comité Estatal del PAN. Comentó que en los municipios de Ahumada, Bachíniva, Batopilas, Chínipas, Galeana y Guadalupe, nadie quiere ser candidato del PAN para la presidencia municipal, y los que estaban postulados fueron “bajados” por el crimen organizado.

“Cuando hay un candidato fuerte dentro del PAN por su trayectoria, por su reconocimiento social, ocurre que eventualmente le piden que desista; de alguna manera mandan a golpear a las familias, a otros les dicen abiertamente: no quiero que participes, ya hay alguien que va a participar y tiene que ganar”.

El presidente estatal del PAN, Mario Vázquez dijo no tener garantía de que haya candidatos para todas las presidencias municipales en el actual proceso electoral de la entidad, por lo que pidió a las autoridades “blindar el proceso electoral contra la inseguridad y de la injerencia del crimen organizado.”

Por su parte la presidenta del Consejo Nacional de Morena, Berta Luján, denunció que en esa misma región de Chihuahua un grupo armado impidió colocar la propaganda de sus candidatos, en particular la de su candidato a la Gubernatura, Francisco Javier Felix, quien comentó que “ha sido víctima de amenazas por parte de bandas criminales para no visitar determinados municipios serranos, por lo que no podrán registrar a sus candidatos, aunque rechazó nombrar estos puntos por la seguridad de los militantes”.

La acción desplegada por la delincuencia organizada en Chihuahua, pero no solo en esa entidad, indica que la estrategia del Estado contra el narcotráfico no ha funcionado por no haber desmantelado sus redes financieras, sus empresas para lavar dinero, ni su ambición por dominar también la esfera del poder político, mediante el financiamiento a las campañas y ahora por la disuasión y la imposición de sus candidatos.

La delincuencia organizada del narcotráfico es un problema muy serio que debe ser enfrentado de maneras diversas y no solo mediante la confrontación armada, si es que se desea ganar la batalla.

En países como Italia el planteamiento para derrotar a La Mafia tuvo una estrategia de largo plazo, consenso social, policía especializada, legislación específica, respeto a los derechos humanos, pero sobre todo la construcción de una cultura de la legalidad, para poner límites a la corrupción y la impunidad y sin la cual difícilmente, la sociedad podrá sacudirse este problema que podría desembocar en un callejón sin salida, que presione la aplicación de medidas autoritarias. Todavía hay tiempo, pero antes ya era tarde.


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