El mayor ridículo al hablar de Irma: tras sugerir que era un invento, un famoso locutor acaba huyendo de él

El locutor de radio Rush Limbaugh, de marcada ideología ultraconservadora, tiene propensión a difundir teorías conspiratorias y estrafalarias para explicar, con frecuencia con marcado tono ideológico, los acontecimientos nacionales y sus propias conclusiones ante ellos.

Una de sus más recientes explicaciones, muy criticada, fue su sugerencia de que la amenaza de los huracanes es con frecuencia exagerada para incrementar las audiencias de los medios de comunicación y elevar las ventas de ciertos comercios. Todo luego de que Harvey inundó de modo terrible Houston y otras regiones de Texas y mientras Irma avanzaba con su devastación por el Atlántico rumbo a la Florida.

El locutor radial ultraconservador Rush Limbaugh. (AP)
El locutor radial ultraconservador Rush Limbaugh. (AP)

Como se comentó en The Washington Post, Limbaugh afirmó que hay industrias y negocios que “prosperan durante tiempos de crisis y pánico, como ante un huracán” y que, en consecuencia, medios y empresas retroalimentan ese miedo y con ello incrementan, según él premeditadamente, sus audiencias y sus ingresos.

Así, en ese contexto, Limbaugh habría sugerido que la amenaza de Irma fue exagerada, una fabricación para amplificar la posición de medios y comercios, e incluso habría llamado a su audiencia, que es ciertamente numerosa, a no tomarse en serio las indicaciones oficiales que son difundidas por los medios de comunicación en torno al huracán, de acuerdo al Post.

Limbaugh incluso llegó a afirmar que “siempre se pronostica que los huracanes golpearán grandes centros de población” porque eso permite “demostrar que esas cosas se hacen más grandes, más frecuentes y peores, todo a casusa del cambio climático”.

De todo ello podría concluirse que Limbaugh considera , y ha sostenido públicamente, que la amenaza de los huracanes es una suerte de fabricación para elevar las ganancias de ciertas corporaciones y afianzar la posición política-ideológica de quienes consideran que el cambio climático es real y peligroso y por ello debe actuarse para mitigar los factores humanos que lo catalizan.

Con todo, más allá de explicaciones cargadas de rigor o delirio, no son los medios ni las tiendas ni los activistas medioambientales quienes han creado a Irma. Es la naturaleza misma, con su multitud de circunstancias e interacciones (algunas vinculadas a fenómenos como el cambio climático), la que ha dado lugar al huracán. Su poder devastador ha quedado comprobado por la destrucción que ya ha dejado a su paso por varias islas del Caribe.

La alarma y el interés público ante ello y las compras masivas de suministros (y los abusos en alzas de precios que ciertamente se han dado) son consecuencia de ello. Y eso no tiene que ver con el saldo final de un huracán, que no puede ser conocido de antemano y, en ocasiones, para alivio o dolor, resulta menor, equivalente o peor que los escenarios planteados.

Es de desear que en este caso el daño no sea grave, pero la amenaza de Irma es sustantiva.

La destrucción que el huracán Irma ha dejado en las Antillas es muy real, y la que podría provocar en la Florida es una amenaza concreta y ominosa. (AP)
La destrucción que el huracán Irma ha dejado en las Antillas es muy real, y la que podría provocar en la Florida es una amenaza concreta y ominosa. (AP)

Por eso, actitudes como la de Limbaugh no sólo son para tirarse los pelos por ir a contracorriente del sentido común y el dato científico sino que son insensibles para quienes ya han sido víctimas o están en peligro y puede, eso sí, incrementar innecesariamente el riesgo de las personas que creen en sus teorías y se encuentran en áreas que pueden ser golpeadas por el huracán.

Al final, la realidad fue más fuerte que la conspiración y Limbaugh, como se comenta en The Hill, reconoció que Irma es una tormenta peligrosa que afectará Florida y optó por dejar su casa en Palm Beach, ubicada en un área donde la evacuación es obligatoria.

Y anunció, no sin continuar con cierta renuencia, que suspendió su programa radial de este viernes porque era “legalmente imposible” emitirlo desde allí. Su mención a la legalidad, es de suponer, sería una referencia a la evacuación obligatoria de su lugar de residencia pero suena como un último intento por aferrarse a su discurso anterior. En realidad, la evacuación es una consecuencia directa de la enorme amenaza, muy real y no mediática-comercial, de Irma.

La comprensión y acción vía la ciencia y la responsabilidad ante las leyes de la naturaleza y sus fenómenos peligrosos es, en este y otros casos, la trayectoria más segura y propicia.


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