El legado de Carlos Slim en manos de López Obrador

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

Del próximo 25 al 28 de octubre los ciudadanos podrán acudir a las urnas para optar entre dos preguntas que definirán el destino del proyecto de infraestructura más importante del país, la construcción de dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía o continuar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que en opinión de muchos es el sitio indicado, en términos aeronáuticos, pero con algunos problemas de carácter ecológico y con la oposición de los grupos aledaños a la obra.

El NAIM es una obra emblemática para el gobierno de Enrique Peña Nieto pero también, informa Bárbara Anderson en Milenio Diario, que “Quienes conocen a Carlos Slim saben que una de sus metas desde hace años era dejar como legado una megaobra para el país, más precisamente un aeropuerto.”

En función de esta aspiración desde hace más de 25 años llegó a hacer estudios de factibilidad en la zona de Texcoco. Ha invertido millones de dólares para realizar la futura terminal aérea, involucrando en el proceso “desde parientes hasta dinero de su propia familia -vía Afore Inbursa-, sin dejar pasar con sus empresas y aliados cuanta concesión de obra se lanzara.”

Señala Bárbara Anderson que la primera jugada de Slim fue ir por el diseño de todo el proyecto. Se asoció con Lord Norman Foster, diseñador de los aeropuertos de Pekín y Hong Kong, por medio del su yerno, el arquitecto Fernando Romero.

Por medio de esta estrategia Carlos Slim y sus empresas asociadas, ganó la licitación de la “construcción del edificio terminal (4 mil 200 mdd), la Pista 3 (361 mdd) y la planta de tratamiento de aguas residuales (115 mdp).” (Milenio, 19 de octubre de 2018)

Hace unos meses, cuando se llevaban a cabo las campañas y López Obrador se encontraba como opción ganadora en las encuestas electorales y su discurso sobre el NAIM era de oposición, como ahora, el ingeniero Carlos Slim, de manera inédita, salió ante los medios a exponer sus argumentos sobre la conveniencia de que el aeropuerto se construyera en Texcoco.

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Por estos días, previos a la consulta, existe la impresión en muchos observadores y analistas políticos de que la consulta servirá para legitimar una decisión ya tomada a favor del aeropuerto de Santa Lucía, aunque esto genere problemas de pagos a los tenedores de bonos y contratistas, involucrados con el proyecto del NAIM, a quienes se les ofrecería trabajar en la opción avalada por el presidente
electo.

Para la realización de la consulta López Obrador ha demandado a sus colaboradores que se mantengan imparciales, no obstante él ha sido incapaz de respetar su propia recomendación cuando expresa su opinión sobre el tema. “Yo no quiero dejar de ser imparcial, pero si me lo permiten por esta vez, si se hacen las dos pistas en Santa Lucía hay un ahorro de más de 100 mil millones de
pesos”.

Obviamente, la decisión sobre el lugar de construcción definitiva del nuevo aeropuerto será sólo del presidente electo, aunque él prefiere Santa Lucía y para que esta opción sea la que obtenga más votos “la consulta trae dos preguntas sencillas y hasta objetivas. Pero también es cierto que la información adicional está inclinada hacia Santa Lucía, que la consulta estará operativamente llena de activistas en contra de Texcoco, que el próximo gobierno sólo se ha dedicado a criticar a Texcoco, y que el presidente electo considera que Santa Lucía es la opción más económica.” (Excélsior, 19 de octubre de 2018)

Con esta evidencia a la vista, se especula si la encuesta le será útil a López Obrador, en caso de que se decida por Santa Lucía, para decirle no a Carlos Slim, pero también a los inversionistas nacionales y extranjeros que podrían reaccionar sacando sus capitales del país y congelando sus inversiones por largo tiempo, hasta encontrar garantías de respeto a los proyectos en los que arriesgan sus
recursos financieros.

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Desde luego que si la determinación dice que el aeropuerto estará en Santa Lucía, López Obrador evitaría la movilización opositora de los pueblos aledaños al NAIM, que siempre han contado con su apoyo.

En el escenario de que sea Texcoco el ganador en la consulta, es previsible la oposición activa de los habitantes de esa región, además de los grupos ambientalistas que se han manifestado en contra.

En una semana tendremos los datos sobre el futuro del nuevo aeropuerto, pero también habrá algunos indicadores sobre el futuro de las inversiones nacionales y extranjeras que llegan a México y el país podría pasar de la promesa a la incertidumbre. Efectivamente, ¿alguien sabe de qué se trata eso de la cuarta transformación?