"Mi padre", una historia con final sorprendente que ha enternecido a la red

Hay algo en las relaciones padre-hija que nos conmueve de una manera profunda y primaria. Una historia de amor paternal siempre es un hit en potencia si se sabe exprimir toda la emotividad que contiene.

Hemos visto grandes éxitos en esta línea, generalmente salidos de agencias asiáticas, las grandes maestras de lo lacrimógeno. Pero este anuncio de Hershey’s, aunque comienza con un planteamiento tópico -niña quiere pasar más tiempo con su padre- te sorprenderá por sus peculiares protagonistas y por su mágico final.

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El vídeo cuenta la historia de Scarlett, una niña que cada día ve cómo su padre se pasa horas frente a la pantalla del ordenador, enfrascado en videoconferencias de trabajo. Como cualquier niña, ella desea su atención para poder hacer cosas juntos. Hasta que un día decide tomar cartas en el asunto.

La original idea de Scarlett es romper su hucha y, con sus ahorros, hacerse fabricar una réplica de su padre de cartón a tamaño natural. Acompañada por su padre de pega la vemos caminar muy contenta por la calle, tomar el autobús y hacer la compra ante la sorprendida mirada de la gente. La situación da bastante lástima, pero la historia tiene un giro inesperado.

Al llegar a casa, descubrimos los verdaderos planes de Scarlett: poner la réplica de cartón ante la pantalla del ordenador para simular la presencia del padre en la videoconferencia. Así, por fin, la niña puede pasar un rato con él comiendo dulces y el espectador obtiene el final feliz que estaba deseando.

La historia, por supuesto, no pretende ser realista: todo está pensado para resultar encantador, desde el argumento naif hasta la atípica elección de los actores (una niña ya bastante crecida y nada cursi y un padre con una pinta algo friki) y la música que acompaña. Según la marca, la idea es crear un ambiente emocional en el que se relacionen sus productos con esos momentos mágicos que se viven en lo cotidiano. Y es que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida, ¡sobre todo si van acompañadas de una buena dosis de chocolate!