El gobernador republicano que se arrepiente de su política antimascarillas
¿Arrepentimiento? ¿Choque con la realidad? ¿Sentido común?
El gobernador de Arkansas, el republicano Asa Hutchison, se encuentra en un severo dilema. Meses atrás, relata The Washington Post, promulgó una ley estatal que prohibía el establecimiento de regulaciones mandatorias en el estado en relación a la cobertura facial. Ello en el contexto de un covid-19 que parecía declinar a causa de la vacunación y, también, en sintonía con el rechazo que muchos sectores republicanos han tenido ante medidas clave de salud pública como han sido el uso de mascarillas o, incluso, la vacunación.
En marzo, Hutchison dejó expirar el mandato estatal de uso de mascarillas y en abril firmó la ley estatal que prohibía establecer esa clase de mandatos.
Pero desde entonces el covid-19 ha arreciado en muchas áreas de Estados Unidos, una de ellas Arkansas, catalizado por el auge de la variante Delta en un contexto de bajos niveles de vacunación en varios estados y relajación en las medidas de protección y mitigación.
Ahora, Hutchison parece haber recapacitado y llamó a una sesión especial de la Legislatura estatal para considerar el retiro de la prohibición de establecer el mandato del uso de mascarillas, a fin de permitir que se establezca el requisito de usar cobertura facial en las escuelas, ahora que está por comenzar el nuevo año escolar.
“En retrospectiva, quisiera que eso no se hubiera vuelto ley”, dijo Hutchinson.
Se disparan los contagiados
En los últimos 14 días, en Arkansas los casos de covid-19 se han incrementado en 80%, las hospitalizaciones en 50% y las muertes en 205%, de acuerdo a datos compilados por The New York Times. Cifras que no se habían visto desde el rudo pico registrado en el invierno pasado.
Por añadidura, de acuerdo con lo dicho por José Romero, secretario de salud de Arkansas, los casos de covid-19 en menores de 18 años se han disparado y han crecido más de 500% de abril y julio.
Y aunque en general se ha visto que la enfermedad es con frecuencia poco severa en los niños, las hospitalizaciones de menores de 18 años han subido en Arkansas casi 270% en ese periodo, se indica.
Ello permite concluir que dado que no hay vacuna para los menores de 12 y que la vacunación entre los adolescentes y adultos es baja, Arkansas se ha convertido en un foco rojo de la pandemia.
"We're thinking about it as a totally different virus, almost. It acts so differently than the other variants, especially with kids,” -- Dr. Rick Barr, Arkansas Children's Hospital.
New analysis of COVID-19 and its impact on children by @Rachell_ss09 https://t.co/FnRIdCVUJw— ArkansasCovid (@ArkansasCovid) August 3, 2021
La mascarilla es vital
El uso de mascarillas es, ante ello, una práctica clave. Es imperativa para los no vacunados y, según recomendaciones del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), es también necesaria en espacios cerrados para las personas vacunadas en regiones con alta transmisión del coronavirus.
Y lo más exasperante es que la gran mayoría de las hospitalizaciones y las muertes por covid-19 son prevenibles mediante la vacunación. El propio Hutchison dijo que más del 97% de las muertes vinculadas al covid-10 en su estado eran de personas no vacunadas. Las mascarillas, además, son efectivas para reducir los contagios.
Así, la inmunización y el uso de cobertura facial son medidas que urgentemente deben escalarse en general y, en lo específico en Arkansas, y por ello el gobernador de ese estado ha llamado a reconsiderar la prohibición al mandato del uso de mascarillas.
La mascarilla, una cuestión ideológica
El problema es que Hutchison está nadando contra un río de doble e impetuosa corriente. Por un lado trata de navegar la pandemia para proteger la salud pública y prevenir más enfermedad y muerte, y por el otro lidia con el rechazo, en muchos casos motivado por cuestiones político-ideológicas y nociones anticientíficas, que campea entre muchos republicanos en relación al uso de cobertura facial y a la vacunación.
Ese rechazo se ha expresado con firmeza recientemente en relación con el uso obligatorio de mascarillas en las escuelas, con muchos gobernadores y funcionarios republicanos rechazando de tajo esa noción. Hutchison no es uno de ellos, pero sus posibilidades de maniobra lucen reducidas.
Él mismo dijo que entiende “que algunos legisladores están renuentes a permitir a las juntas escolares esa libertad [de establecer un mandato de uso de mascarillas], incluso en esta manera limitada… Pero las excepciones que estoy solicitando se apegan al principio conservador de poner el control en las manos del gobierno local”.
Está por verse si Hutchison logrará que la legislatura de su estado, que es de mayoría republicana, revoque la prohibición al mandato del uso de mascarillas, pues ciertamente la salud pública en general, y la de la comunidad escolar en Arkansas, están en juego. Otros estados y localidades ya han establecido regulaciones que obligan a usar cobertura facial a todos en las escuelas, aunque ello se ha dado mayormente en ciudades gobernadas por demócratas. En estados republicanos ese rechazo es frecuente y notorio.
La punzante polarización política tiene una ruda expresión en la actitud y aplicación en torno a medidas de salud pública básicas, y eso ha sido trágicamente así desde que se desató la pandemia en marzo de 2020. Si esa distorsión, muchas vidas podrían haberse salvado.
Y muchas aún pueden salvarse si se amplifica la vacunación y se cumplen las medidas básicas de uso de mascarillas, distanciamiento e higiene pues la pandemia no ha terminado y sigue provocando estragos.